Donostia. Han sido años difíciles para el Estudiantes. Habituado a codearse con los grandes pese a contar siempre con menos recursos, a ser un equipo modélico por pelear por los títulos con varios jugadores de cantera en sus filas, el club colegial está viviendo desde 2005 una especie de travesía por el desierto a la que parece vislumbrar el final de la mano de Luis Casimiro, un experimentado técnico que debutó en la ACB llevando al título liguero al TDK Manresa en la temporada 1997-98 y que llegó al Estu tras cuatro buenas temporadas en el Fuenlabrada.
Fue marcharse Pepu Hernández y entrar en crisis el Estudiantes, tanto deportiva como económica. En la temporada 2005-06, la apuesta de Juan Antonio Orenga para el banquillo resultó fallida y la llegada de Pedro Martínez sirvió al menos para que el equipo se metiera en los play-off por el título como octavo, aunque cayó en la primera eliminatoria ante el Unicaja por 3-0.
Ésa fue la última temporada con el Estu peleando por el título, algo que no sucedía desde la campaña 1988-89. En la 2006-07 estuvo cerca de entrar en el play-off de la mano de Mariano de Pablos, que sustituyó en los tres últimos meses de liga a Pedro Martínez. La reacción final de un equipo en el que ya estaba Sergio Sánchez sólo sirvió para acabar en novena posición. Peor fueron las cosas en la siguiente campaña. El efecto De Pablos se diluyó pronto y de la mano de Velimir Perasovic tampoco se solucionaron los problemas. Así, el equipo llegó a las tres últimas jornadas hundido, a dos victorias de la salvación y con un pie en la LEB, lo que hubiera supuesto un golpe durísimo para un club que además estaba atravesando por una grave crisis económica. Pero los milagros existen y el Estudiantes -con Sergio Sánchez y Domen Lorbek- ganó los tres últimos encuentros y se salvó.
La pasada campaña, el club colegial también sufrió, aunque no tanto, para lograr la permanencia. Ya con Luis Casimiro en el banquillo, el Estudiantes salió del San Sebastián Arena con el agua al cuello tras perder 84-60 en la 31ª jornada, pero unos días después fue capaz de hacer la machada ganando al Madrid y sellando la salvación. No fue un gran temporada para un club histórico, desde luego, pero al menos sirvió de aprendizaje a Casimiro, que empezaba a poner las bases del futuro.
un equipo compensado En su segunda campaña en el banquillo, el técnico de Ciudad Real ha sido capaz de formar un equipo sólido y competitivo. Manteniendo a puntales como Carlos Suárez, Pancho Jasen o Petar Popovic, en verano fichó a un base experimentado como Albert Oliver, a dos pívots versátiles como Caner-Medley y Germán Gabriel y a un tirador como Blake Ahearn, sustituido en enero por Chris Lofton.
Estos siete jugadores, más Daniel Clark y Jayson Granger, forman la columna vertebral del Estudiantes, que es séptimo en liga, con catorce victorias y otras tantas derrotas. El de Casimiro es, por derecho propio, el mejor Estudiantes post Pepu, la mejor versión colegial tras la marcha del ahora técnico del Joventut.