Si un equipo lanza a canasta 21 veces menos que su rival, lo lógico es que pierda por paliza. Eso es lo que le sucedió al Lagun Aro GBC, que hizo 40 tiros de campo a lo largo del partido por 61 de su rival, una diferencia abismal que se reflejó en el marcador. Laso dijo la semana pasada que uno de sus objetivos era que su equipo "compitiera en posesiones" con el rival de turno. Es obvio que ayer el GBC no lo consiguió.

Las 21 posesiones de diferencia vienen principalmente de dos apartados: el primero, los 18 rebotes ofensivos que concedió el Lagun Aro, una cifra inadmisible; la segunda, sus 17 balones perdidos, un defecto que esta temporada se está convirtiendo en costumbre.

Ya se sabía que el poderío interior del Bilbao Basket podía causar problemas al Lagun Aro, y así fue. Doblas, Miralles y Panko, los tres jugadores llamados a cerrar el aro guipuzcoano, no tuvieron su día y concedieron hasta 18 rebotes ofensivos a los de Katsikaris, lo que supone otras tantas posesiones para el rival y la imposibilidad de salir al contraataque, una de las armas preferidas del conjunto de Laso.

Además, el Lagun Aro perdió hasta 17 balones, doce de ellos entre Sergio, Ignerski y Doblas (cuatro cada uno), especialmente desafortunados en este apartado.

Lo cierto es que el Bilbao Basket aprovechó a la perfección las facilidades con las que se encontró, como demuestran su 47% en triples o las 18 asistencias que repartieron entre todos. En el otro bando, el Lagun Aro tiró bien de dos (70%) pero otra vez mal de tres (30%).