Un tiroteo en pleno centro de París, en el que murió la pasajera de un vehículo que rehusó detenerse en un control policial, ha desatado una tormenta política en Francia, con las elecciones legislativas del próximo domingo como telón de fondo.

El conductor del automóvil intentó escapar de un control de uso del cinturón de seguridad y embistió a una patrulla policial en bicicleta, cuyos miembros dispararon.

El conductor y un pasajero resultaron heridos de gravedad y una pasajera murió el domingo a causa de sus heridas. Los tres agentes de la patrulla, uno de los cuales resultó herido leve, están en detención preventiva y siendo investigados.

El incidente, que ocurrió en la conocida calle Caulaincourt, que bordea buena parte de la famosa colina de Montmartre, ha generado una polvareda electoral. El próximo domingo se celebra la primera vuelta de las elecciones a la Asamblea Nacional, con la segunda una semana después.

El líder izquierdista Jean-Luc Mélenchon publicó un tuit en el que denunciaba "otro abuso de poder inaceptable. Pena de muerte por no obedecer. ¿El prefecto lo aprueba? ¿El ministro felicita? ¿La vergüenza para cuándo?".

Después se informó de que el conductor del automóvil estaba buscado por la policía por varios motivos y conducía sin tener permiso y sin poder volver a tenerlo durante cinco años por una serie de infracciones de tráfico, lo que no frenó a Mélenchon.

"No es normal matar a alguien porque rehúsa obedecer. Está la ley, hay castigos y multas, pero no la pena de muerte", insistió este martes en la emisora France Inter, donde recalcó su oposición "al uso desproporcionado de la violencia".

El ministro del Interior, Gérald Darmanin, respondió recordando que los policías "hacen un trabajo valiente, difícil y arriesgan su vida a cada momento. Insultarles deshonra a quienes quieren gobernar. Dejemos que la investigación prosiga sin utilizarles como rehenes de una campaña electoral".

Y la líder ultraderechista Marine Le Pen acusó hoy en otra entrevista radiofónica a Mélenchon de "ser amigo de los maleantes y los delincuentes".

Mélenchon, líder del partido La Francia Insumisa (LFI), encabeza una coalición de formaciones progresistas que incluye al más moderado Partido Socialista (PS), donde algunos dirigentes han mostrado su malestar por lo que consideran su incontinencia verbal contra la policía.

El objetivo del veterano Mélenchon, que abandonó el PS para formar la más radical LFI, es ganar las elecciones para forzar a que el presidente Emmanuel Macron le nombre primer ministro.