La educación francesa vive este jueves una jornada de huelga y movilizaciones, con amplio seguimiento, en protesta por el baile de medidas contra la pandemia, con tres protocolos sanitarios diferentes en una semana.

La protesta ha recibido el apoyo de la práctica totalidad de los sindicatos de la enseñanza, pero también de las mayores organizaciones de padres de alumnos, lo que muestra el descontento generalizado con la forma en que el Ejecutivo está gestionando la situación.

"Es una huelga contra la falta de concertación" con la escuela, afirmó en la emisora France Info el secretario general del sindicato de enseñantes CFDT, Laurent Berger.

Amplio seguimiento de la huelga

La huelga ha sido seguida por un 62 % de los profesores de secundaria y un 75 % en primaria, según distintos sindicados, mientras que el Ministerio de Educación aseguró que la media nacional de seguimiento es del 27,34 %.

Profesores y padres de alumnos protestan en concentraciones por toda Francia, y en París lo harán en el parque de los Jardines de Luxemburgo, junto al Senado.

Un protocolo sanitario cambiante

Docentes y padres critican que el ministro de Educación anunció un complicado protocolo sanitario en una entrevista de prensa publicada en internet el 2 de enero, la víspera del retorno a las clases tras las vacaciones navideñas, y después las ha modificado en dos ocasiones.

El Gobierno anunció el lunes la última modificación, con más flexibilidad para no cerrar las clases al primer positivo. De lo contrario, y ante la rápida extensión de la variante ómicron, "en pocos días todas las clases de Francia estarían cerradas", explicó el primer ministro, Jean Castex.

Contínuas pruebas a los más pequeños

Sin embargo, esta flexibilización ha sido rechazada de forma unánime por profesores y padres de alumnos, que se dicen hartos de tener que realizar pruebas continuas a los niños, sobre todo los más pequeños.

Mientras tanto, ómicron sigue avanzando en Francia, con 361.719 contagios notificados ayer, ligeramente por debajo de la víspera, y 294 muertes en un día, mientras que la situación hospitalaria sigue empeorando de forma progresiva, tanto en enfermos hospitalizados como en los que reciben cuidados intensivos.