- El primer ministro populista Boiko Borisov, que gobierna Bulgaria desde hace una década, es el favorito en las elecciones legislativas que se celebran hoy y en las que se teme una abstención récord debido a la pandemia de coronavirus. La formación conservadora de Borisov, Ciudadanos por el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB), es la primera en las encuestas con alrededor del 28% de los apoyos, seguida por el opositor Partido Socialista (BSP), con el 20%.

El tercero en las encuestas es una formación recién creada, Existe Tal Pueblo (ITN), liderada por el personaje televisivo Slavi Trifonov con un mensaje populista contra la corrupción y las elites, que obtendría casi el 13%. El Movimiento por los Derechos y Libertades, el partido que aglutina el voto de la minoría turca, quedaría en cuarto lugar con alrededor del 12,5%, según las encuestas. También entrarían en el Parlamento otras dos nuevas formaciones reformistas que se nutren del descontento contra el Gobierno y, quizá, un partido ultranacionalista que esta legislatura ha sido aliado de coalición con Borisov, siempre que supere el umbral mínimo del 4%.

De esta forma se prevén hasta siete formaciones en el Parlamento unicameral de 240 escaños, y aunque la victoria de Borisov parece clara, necesitará al menos de otros dos socios para lograr una mayoría en la Cámara. Sin embargo, todas las formaciones nuevas han avanzado que no pactarán con Borisov, y los socialistas ya han descartado una posible gran coalición.

También la oposición está dividida, ya que muchos de los nuevos partidos, como el ITN del populista Trifonov, se niegan a colaborar con los socialistas, a los que consideran parte de la casta oligárquica del país balcánico. "Ningún partido podrá formar un Gobierno por sí mismo. Se necesitarán al menos tres formaciones para pactar una coalición", resumió el analista político Dimitar Ganev. "Estamos en una situación en la que nadie quiere pactar con nadie y todos luchan contra todos", añadió el analista sobre la incertidumbre que se puede abrir en el peor momento de la pandemia y cuando el próximo Gobierno deberá gestionar los cruciales fondos de reconstrucción de la Unión Europea.

Bulgaria tiene la cuarta mayor tasa de mortalidad por el covid en Europa y más de 10.000 pacientes se encuentran hospitalizados por el virus, el máximo desde que comenzó la pandemia. Esta situación llevará a que muchos votantes se queden en casa por temor al contagio, una situación que castiga especialmente a los socialistas, que tienen una base electoral muy envejecida.

Las encuestas prevén una participación de menos del 50%, con algunos análisis situándolo en torno al 40%. En lo que coinciden todos los expertos es que la baja participación beneficia a Borisov, que cuenta con un electorado fiel y movilizado.

Después de tres veces en el cargo, Borisov, de 61 años, podría convertirse tras estas elecciones en el primer ministro de Bulgaria con más años en el poder. El populista ha conducido él mismo su todoterreno durante la campaña para visitar fábricas, pequeñas aldeas o dirigirse a mítines retransmitidos en sus redes sociales para evitar preguntas de la prensa. Su campaña, con el lema Trabajo, trabajo y trabajo promete grandes inversiones en infraestructuras, sanidad y educación, y mejorar el nivel de vida.

En los últimos años Borisov ha ido subiendo paulatinamente el salario mínimo y las pensiones, lo que explica gran parte de su popularidad entre parte de la población del país más pobre de la UE.

Los analistas, pese a reconocerle mejoras económicas, coinciden en su fracaso para frenar la corrupción y reformar el poder judicial, lo que ha impedido que el país se sume a la zona de libre movimiento de Schengen.