Las autoridades de Alemania han anunciado este miércoles que el país ha superado la barrera de los 48.000 muertos a causa del coronavirus, tras sumar más de 1.100 durante el último día, tras prorrogar hasta el 14 febrero el confinamiento en el país.

El Instituto Robert Koch (RKI), el ente gubernamental encargado del control de enfermedades infecciosas, ha detallado a través de su página web que durante las últimas 24 horas se han registrado 1.148 fallecidos y 15.974 casos, lo que sitúa los totales en 48.770 y 2.068.002, respectivamente.

Asimismo, ha apuntado que en estos momentos hay unos 277.700 casos activos y ha cifrado en cerca de 1.741.800 las personas que se han recuperado de la COVID-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, incluidas unas 25.600 durante las últimas 24 horas.

El Gobierno de Alemania acordó el martes con los líderes de los estados federados la extensión del confinamiento impuesto por la pandemia hasta el 14 de febrero. La medida, inicialmente prevista para finales de enero, implica el cierre de restaurantes, instalaciones de ocio y tiendas de productos no esenciales.

De forma paralela, las autoridades alemanas decidieron hacer obligatorio el uso de mascarilla en el transporte público y fomentar el teletrabajo, tras lo que la canciller, Angela Merkel, ha defendido la necesidad de adoptar más medidas. "Se trata de precaución", zanjó.

En este sentido, el ministro de Sanidad alemán, Jens Spahn, ha defendido la prórroga de las restricciones. "Es lo mismo con este encierro que con un antibiótico: si paras demasiado pronto, puede empeorar después", ha argumentado.

Spahn ha destacado que hay que tener mucha precaución en lo que respecta a las nuevas variantes de virus, probablemente más infecciosas. "Una vez que tengamos la mutación en todas partes, será demasiado tarde para dudar", ha valorado, según ha informado la agencia alemana de noticias DPA.

Así, el ministro ha incidido en que ahora que las cifras de contagios están descendiendo, es necesario intensificar los esfuerzos para que bajen aún más y se pueda lograr a una situación manejable durante un periodo de tiempo más largo.

"No quiero que terminemos culpándonos de que nos relajamos demasiado pronto y después de cuatro semanas volvimos a estar donde estábamos antes"", ha zanjado el titular de la cartera de Sanidad.