- La UE supera hoy más dos años de divisiones sobre su estrategia en los Balcanes Occidentales. Los 27 ministros de Asuntos Generales han dado luz verde al inicio de las conversaciones de adhesión de Albania y Macedonia del Norte.

El bloque comunitario se sobrepone con este paso al veto de Francia y a las últimas reticencias de Grecia. Y demuestra que a pesar de estar inmersa en la madre de todas sus crisis con el COVID-19 continúa “capaz” y “operativo” para tomar “decisiones importantes”.

Y, sin embargo, se mueve. La crisis del coronavirus ha centrado la agenda y actividad europea de las últimas dos semanas. Pero este martes, el bloque comunitario ha dado un paso que en circunstancias normales abriría portadas de periódicos.

La UE avanza en su perspectiva de ampliación a los Balcanes dando luz verde al inicio de las conversaciones de adhesión con Albania y Macedonia del Norte.

La Comisión Europea así lo había recomendado en cinco ocasiones desde 2018. Pero las divisiones de los Estados miembro frenaron en seco la decisión. El momento más complicado tuvo lugar en la cumbre de otoño, cuando Francia utilizó su derecho de veto para bloquear la decisión.

El Elíseo alegaba que en los momentos convulsos que atraviesa el bloque comunitario y la deriva de algunos de sus países, la UE tiene que ordenar la casa antes de invitar a alguien. Por su parte, Países Bajos y Dinamarca se mostraban escépticos con Albania, por sus altas tasas de criminalidad y problemas con la separación de poderes.

Croacia fue en 2013 el último país en unirse al bloque comunitario. Desde 2004, la UE ha pasado de ser un club de 15 a uno de 28 (27 con la salida del Reino Unido). En nueve años se multiplicó por dos. Turquía estuvo llamada durante mucho tiempo a ser el próximo Estado miembro, pero a día de hoy, su adhesión es más una ilusión que una realidad. La prioridad de expansión europea pasa ahora por los Balcanes Occidentales.