Elçili/Atenas - La tensión sigue por tercer día consecutivo en las fronteras terrestre y marítima griegas ante el constante aumento de refugiados que intentan cruzar desde el lado turco y la mejora de la meteorología en las costas del Egeo Oriental.

Al igual que el sábado, la policía fronteriza griega volvió a dispersar ayer con gas lacrimógeno a los refugiados que esperan desde hace días en el lado turco ante el paso fronterizo de Pazarkule, cerca de Edirne, con la esperanza frustrada de poder pasar a la Unión Europea (UE). La emisora CNNTürk mostraba en directo cómo densas humaredas de gas lacrimógeno se dispersaban por el bosque fronterizo, donde varios miles de refugiados, la mayoría de Siria, Irak, Pakistán, Afganistán o Somalia, acampan desde el pasado viernes. Sin embargo, y pese a las cargas policiales, los migrantes no han abandonado la esperanza de que la UE cambie su política y les acabe franqueando el paso.

Desde el sábado por la tarde la policía turca ha vetado el acceso de la prensa a la zona de aduanas, pero permite el de migrantes que siguen afluyendo a la frontera, si bien otros ya se han cansado de esperar y abandonan la zona. Según dijo a Efe un portavoz de la asociación turca UMHD de ayuda a los refugiados, se estima que unos 30.000 refugiados se hallan en la zona fronteriza.

Según el viceministro de Defensa griego, Alkibiadis Stefanís, durante la noche del sábado se evitaron unos 9.600 intentos de entrada ilegal al país y, al menos, 73 personas han sido detenidas en las últimas 24 horas por cruzar la frontera terrestre de Evros (norte de Grecia), lo que desde el viernes significaría 139 detenciones en la zona, confirma la policía.

En este contexto, las patrullas fronterizas y el Ejército han aumentado su presencia en la frontera terrestre con Turquía con más patrullas, drones con cámaras térmicas y perros militares. En algunos casos, los migrantes intentaban romper la valla o pasar por debajo en los puntos más débiles, aunque otros llegaron a intentar utilizar escaleras para saltar a territorio europeo.

Ante esta situación, el alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, anunció ayer la convocatoria para esta semana de un Consejo de ministros de Exteriores extraordinario para abordar la crisis en Siria y sus repercusiones para los refugiados,

También la mejora del tiempo en el Egeo oriental ha traído un aumento de las llegadas a las islas griegas, lo que ha elevado el crispado ambiente en Lesbos, donde grupos de habitantes intentaron ayer impedir el desembarco de refugiados de un bote y atacaron a voluntarios y periodistas.

Según varios medios locales, en el pequeño puerto de Thermi, al norte de la capital, Mitilene, varios vecinos increparon a los tripulantes de un bote que intentaban desembarcar y les exigieron que se volvieran a Turquía.

“Las fronteras están cerradas, ¿por qué habéis venido? Marchaos de vuelta a Turquía”, les gritaron los vecinos, según muestra en Twitter en un vídeo tomado por testigos.

Testimonios A lo largo del río Evros, que separa Turquía de Grecia, algunos refugiados y migrantes caían exhaustos tras dos noches, atrapados en un islote. Es el caso de Anmar, un joven iraquí que llegó el viernes por la noche a la orilla del Evros con una decena de compañeros guiados por un traficante que cobró a cada uno 50 euros por trasladarlos con una barca al otro lado. Sin embargo, tras desembarcar descubrieron que estaban en un islote boscoso, rodeado por dos brazos del río Evros, entre fuertes corrientes.

Frontex refuerza efectivos La Agencia Europea de Fronteras y Costas (Frontex) ha anunciado el reforzamiento de su personal y equipamiento en Grecia, ante la situación creada en las fronteras con Turquía y el constante aumento de refugiados que tratan de alcanzar territorio europeo. “Frontex está en estrecho contacto con las autoridades griegas para enviar apoyo adicional. Estamos desplegando equipamiento y personal adicional a Grecia”, informó este estamento, con sede en Varsovia.