Londres - El primer ministro británico, Boris Johnson, reveló este lunes sus cartas en la negociación con la Unión Europea (UE) al pedir un acuerdo comercial similar al CETA de Canadá sin obligatoriedad de cumplir con las normas y estándares del mercado único comunitario. En un discurso en Londres ante empresarios y embajadores, el político conservador avisó de que, si no consigue ese trato, el comercio bilateral se basará en el Acuerdo de retirada firmado en 2019, al amparo de la Organización Mundial del Comercio (OMC), o en un tratado parecido al que el bloque negocia con Australia.

El jefe del Gobierno británico planteó su posición negociadora después de que el 31 de enero el país saliera formalmente de la UE tras 47 años de pertenencia, lo que abre un periodo de negociación hasta el 31 de diciembre sobre la nueva relación comercial.

“A menudo se nos ha dicho que debemos escoger entre un pleno acceso al mercado de la UE, aceptando sus normas y sus cortes según el modelo de Noruega, o un ambicioso tratado de libre comercio, que abre mercados y evita toda la panoplia de regulaciones comunitarias, según el ejemplo de Canadá”, dijo Johnson.

“Hemos elegido: queremos un tratado de libre comercio similar al de Canadá pero, en el improbable caso de que no tengamos éxito, entonces nuestro comercio tendrá que estar basado en el actual acuerdo de retirada de la UE”, afirmó. Johnson aseguró que esto no supone una elección entre “un acuerdo o un no-acuerdo” al término del periodo de transición, como sostiene la oposición, sino entre una relación comercial con la UE comparable a la de Canadá “o más como la de Australia”.

El líder conservador, que dijo que, tras la consumación del brexit el pasado viernes, la palabra “ha pasado a la historia”, insistió en que “no hay necesidad” de que un tratado de libre comercio conlleve “aceptar las normas de la UE en competencia, subsidios, protección social, el medioambiente o nada similar”.

Sobre la cuestión de la pesca, Johnson precisó que tendrá que haber “negociaciones anuales” sobre cuotas, pues su prioridad es garantizar el acceso de los pescadores británicos a las aguas de estas islas. En cuanto a las reglas de competencia, aseguró que este país no pretende “socavar los estándares comunitarios” ni ser un competidor feroz de la Unión Europea, pero señaló que “mantendrá sus altos estándares” en esas áreas sin “la obligación de un tratado”.

El Acuerdo Económico y Comercial Global (CETA) de 2016 entre la UE y Canadá permite el comercio de una mayoría de bienes sin aranceles pero apenas cubre los servicios, motor de la economía británica, y mantiene los controles aduaneros y del impuesto sobre el valor añadido (VAT). - Efe