La noticia de la desaparición de otro joven en aguas del río Bidasoa ha caído como un jarro de agua fría en Irungo Harrera Sarea, la ONG que atiende a las personas que llegan a la ciudad bidasoarra con intención de cruzar la Muga. "Les decimos que el río no es alternativa de ninguna de las maneras, pero están desesperados", reconoce Josune Mendigutxia, voluntaria de la asociación.

De confirmarse el fatal desenlace, sería la quinta persona ahogada en el río en los últimos meses, lo que ha convertido al Bidasoa en una "trampa mortal" para estos jóvenes africanos que sueñan con un futuro en Europa. "Estamos intentando que no cojan el río de ninguna de las maneras. Les decimos que estén tranquilos, que van a conseguir llegar a Francia aunque pasen dos o tres días, pero están desesperados. La frontera está cerrada, hay mucha presión policial y las consecuencias son estas: que están optando por vías mucho más peligrosas", advierte Mendigutxia.

La organización ya alertó el pasado noviembre de la gravedad de la situación después de registrarse tres ahogamientos en el ríotres ahogamientos . A ellos hay que sumar una cuarta muertecuarta muerte, la de un joven que se quitó la vida en el parte trasera del polideportivo Azken Portu, a orillas del Bidasoa. Desde entonces, otra persona ha fallecido ahogada y ahora se busca a otro joven desaparecido desde el pasado día 18. "Las consecuencias de lo que está pasando en la frontera van a ser mucho más graves, lo estamos viendo. Porque el flujo no va a parar, solo que optan por opciones mucho más peligrosas", insiste esta voluntaria, que equipara lo que está ocurriendo en el Bidasoa con lo que sucede en Canarias, la ruta más peligrosa del Mediterráneo.

La presión migratoria sobre Irun ha descendido en las últimas semanas. Si en noviembre esta ONG alertaba de la llegada de entre 20 y 25 personas al día, actualmente el número de personas atendidas en el recurso Hilanderas de la localidad es de "siete u ocho". Se trata de un descenso al que desde Irungo Harrera Sarea no saben dar una razón exacta, aunque sosprechan que el último acuerdo del Gobierno de Sánchez con Marruecos o incluso el Ramadán han podido tener su influencia. "En Canarias está pasando igual", advierten.

Sin embargo, el drama no cesa, tal y como evidencia la nueva desaparición de la que se ha sabido este miércoles. Por ello, desde Irungo Harrera Sarea piden al Gobierno Vasco que presionen a los gobiernos de Madrid y París para que Francia "abra la frontera". "Tienen la frontera cerrada y están haciendo controles absolutamente racistas, lo que es ilegal", insisten.