Cinco de los seis detenidos en 2018 en el marco de la operación antidroga "Volcano", acusados de integrar una banda que traficaba con estupefacientes en Donostialdea, han sido condenados a cuatro años y medio de cárcel, pena que ha ascendido hasta los cinco años para el quinto integrante del grupo.

Según han informado a EFE fuentes del caso, los procesados, cinco hombres y una mujer, han reconocido los hechos y alcanzado un acuerdo con la Fiscalía durante el juicio por este asunto celebrado este lunes en la Sección Tercera de la Audiencia de Gipuzkoa.

Estas seis personas, cinco hombres y una mujer, fueron detenidas en diciembre de 2018, en el marco de la citada "operación Volcano", durante la que la Ertzaintza registró además distintas viviendas en Donostia y en Lasarte-Oria, así como varios locales, un garaje y un bar en los que fueron incautados más de medio kilo de cocaína pura, con un valor estimado de 32.000 euros, y 4,1 kilos de sustancia para cortar la droga.

En la inspección de estos inmuebles, los agentes también encontraron más de 50.000 euros en metálico, así como distintas balanzas de precisión, numerosos teléfonos móviles, una pistola simulada, un arma eléctrica, y varias agendas con anotaciones, entre otros efectos.

La Fiscalía imputó a todos los procesados un delito contra la salud pública en concurso real con un delito de integración en grupo criminal, con la agravante de reincidencia en el caso de uno de los varones, por lo que inicialmente solicitó para los imputados penas que iban desde los cinco años y tres meses de cárcel hasta los seis años y nueve meses de prisión.

Según el escrito de acusación del ministerio Público, al que ha tenido acceso EFE, los procesados actuaban "de manera conjunta" en una "estructura criminal" dedicada a la "adquisición, venta, adulteración, empaquetado y distribución de cocaína a terceras personas", si bien tres de ellos ocupaban "una posición preponderante" sobre los otros tres, quienes llevaban la droga hasta "el consumidor final".

La banda utilizaba un domicilio del barrio donostiarra de Egia como "laboratorio para la fabricación, manipulación y empaquetado de la cocaína".

El documento aclara que, en este lugar, los imputados recibían "alijos de cocaína en embalajes que tenían incorporado un logotipo con la identificación del proveedor" y que se almacenaban en la vivienda.

Tras la desarticulación de esta banda, el departamento vasco de Seguridad ofreció el dato "curioso" de que el morador de este piso, ante la reiterada presencia de consumidores en el domicilio para la adquisición de cocaína, había ideado un "sistema de auto-servicio mediante la colocación de un pequeño depósito en el interior del buzón de correos instalado en el portal del inmueble".

De esta manera, gracias a unas llaves facilitadas a los compradores, éstos accedían a la droga, incluso cuando el presunto traficante se encontraba ausente.

Durante la operación policial, se llevó a cabo además un seguimiento sobre el vehículo de uno de los procesados que, según la Fiscalía, "puso de manifiesto" los desplazamientos presuntamente realizados para distribuir la cocaína por parte de este hombre, quien fue arrestado el 8 de diciembre de 2018 en Hernani, el mismo día en el que fue registrado el supuesto laboratorio de la banda.

Esa misma jornada, los policías detuvieron al resto de supuestos traficantes, salvo a dos de ellos, padre e hijo, quienes fueron capturados el 10 de diciembre, e inspeccionaron sus domicilios, así como las citadas lonjas y el garaje, donde hallaron el resto de la droga y el dinero.