"Imagínate la empresa contrataba unos toldos, unas barandillas de balcón a otras empresas, hasta a veces por debajo de su precio y los vecinos pagaban por adelantado, pero el que había fabricado y colocado los toldos y barandillas no cobraba". Así desapareció del mapa una incipiente empresa de rehabilitación de fachadas que durante 2019 y 2020 estaba trabajando en numerosos edificios de Donostia y Gipuzkoa. Dejando en la estacada a mucha gente. Y sin ninguna consecuencia para sus dueños.

Nos lo explica una extrabajadora de esta compañía con sede en Hernani y que bajó la persiana debiendo hasta seis meses de nóminas a algunos de sus 29 trabajadores, y dejando deudas por valor de unos tres millones de euros a un centenar de acreedores, incluidos la Hacienda Foral y la Seguridad Social.

También se quedaron "colgadas" una quincena de comunidades de propietarios, sin realizar la obra que habían contratado y sin el dinero que adelantaron al constructor: en total más de 250.000 euros entre todas. Hasta 60.000 euros anticipados en el caso de alguna comunidad de vecinos.

El de esta empresa, es solo uno de los varios casos de firmas que aparecen y desaparecen en el sector de la rehabilitación de fachadas Gipuzkoa, un sector en plena ebullición sobre el que recientemente la patronal provincial de la construcción, Ascongi, ha levantado la voz de alarma.

Quizá se trata del más caso más sonado y, según explica la extrabajadora a este periódico, "los responsables se van de rositas. La ley parece que les ampara y les protege. El juzgado les declara como culpables, pero no se puede divulgar su nombre, y además hacen la misma vida que hacían, mientras todos pagamos como sociedad sus deudas con los trabajadores, a los que en muchos casos no pagaban", lamenta.

Este no es el único caso. Son varias las empresas que en sector se han evaporado con el dinero anticipado de los vecinos y con facturas y nóminas sin pagar; empresas que, además, vuelven a surgir con otros nombres. El propio presidente de la patronal guipuzcoana de la Construcción (Ascongi), Txema Muñoz, aseguró a este periódico conocer a una que "en los últimos diez años funciona ya con el tercer nombre" y que esto sucede a menudo, aunque judicialmente no se consiga establecer la continuación de empresa.

El testimonio de esta trabajadora es revelador. "Antes de empezar a trabajar con ellos, yo les conocía por habernos hecho antes una obra de comunidad y aunque no era del todo formal, acabó la obra", explica esta mujer que prefiere mantenerse en el anonimato. En cuanto comenzó a trabajar en ella, enseguida "me avisaron que debían dinero, pero el jefe me decía que era porque les debían mucho, pero que los trabajadores cobraban a tiempo. Ya cuando entré yo, media paga de julio estaba sin pagar", recuerda.

"Y mi parte de agosto me la pagaron muy entrado septiembre y encima menos del convenio de Gipuzkoa y de lo que me había dicho. No dije nada porque como sabía que había un año para reclamar, y la verdad, al principio me daba hasta apuro. Así, todos los meses, con retraso. La paga de diciembre, no la cobré y el mes de diciembre creo que lo cobré en marzo", asegura.

"Ya para entonces mucha gente llamaba para decir que les debía, proveedores, trabajadores, hasta el de la gasolinera, comunidades que habían adelantado dinero y no empezaba la obra. Firmaba pagarés que no se pagaban, se presentaban trabajadores con niños... Y era una impotencia. Mandar mails a los administradores de fincas prometiendo que se empezaba la obra, nos hacía tomar los datos de todos los que pedían presupuesto, pero luego no les llamaba", explica esta mujer.

"Situación desesperada"

"La situación ya empezó a ser desesperada y eso que los obreros de la obra, los que estaban asegurados, cobraron más meses que los de oficina. Había una persona también trabajando sin contrato y sin cobrar". En junio de 2020, sobre el 23, hizo un ERE de extinción y así por lo menos pudimos pedir el paro. Porque en algunos casos eran seis meses sin cobrar y encima, como no había pagado a la Seguridad Social, ni ERTE podíamos coger", explica.

"Había gente en situaciones graves con amenazas de desahucio. Querían que firmáramos con acuerdo, pero no lo hicimos; firmamos un no acuerdo en Inspección de Trabajo, así, casi todos denunciamos y se nos reconoció los improcedentes. Pero yo por ejemplo no cobre Fogasa hasta 2021. Imagínate, si dependiera de eso para vivir. Y Fogasa no paga todo...", recuerda esta mujer.

En su opinión, "además, no se trata de que pague Fogasa. Si uno se hunde, el jefe de una empresa, en este caso, no puede arrastrar a tanta gente: empresas, comunidades, trabajadores, Seguridad Social, Hacienda, hacer crecer la deuda, llegar a los 3.000.000 de euros y luego irse de rositas"."Había un vecino de Hernani, por ejemplo, con su mujer imposibilitada en la cama, que pagó por lo menos 3.000 euros que ha perdido y estaba destrozado", relata esta mujer.

"Sí que le han declarado culpable desde el 1 de septiembre 2019 hasta el 14 de marzo 2020. Fecha en la que entró en vigor el estado de alarma por la pandemia de covid, cosa que tampoco entiendo: ¿por qué se le perdona por la pandemia al infractor? Es que perjudican a los demás. El caso que nos enteramos que hay una nueva empresa que usa sus materiales y que está a vinculada a allegados suyos", apostilla esta extrajabadora.

Nadie a quién reclamar

"Lo triste", lamenta, es que no había por dónde reclamar nada al dueño, al no tener bienes a su nombre. "Su mujer, como no era administradora, no figura en el concurso; seguramente porque tenían separación de bienes, pero iba todos los días y llevaba la contabilidad", apostilla.

"Geroa tampoco lo tenemos pagado, nos lo descontaba de la nómina, pero desde septiembre 2019 no lo pagó, y no se hacen cargo si la empresa no ha pagado; no es como la Seguridad Social, lo cual creo que está mal. Se da la circunstancia que un trabajador que incapacitaron no pudo cobrar el seguro de Geroa por no haber pagado", explica la extrabajadora de esta empresa.

"Lo peor es que (el dueño) seguirá haciendo lo mismo y los afectados no denuncian por no gastar más en abogados, y los proveedores, algunos creen que si tiene nueva empresa les seguirá pagando", lamenta. l