La escena suele repetirse después de cada atropello. Cristales rotos sobre el asfalto. El cuerpo de un ciclista inconsciente al que atienden los servicios sanitarios. Compañeros con las manos en la cabeza tratando de contener los nervios. Un casco o una zapatilla a unos cuantos metros del lugar del accidente.

"La muerte de un ciclista siempre impacta, pero cuando esa persona es conocida, lo hace aún más". Son palabras de Mikel Azparren, exciclista profesional, que ahora disfruta de su pasión como un cicloturista más, liderando la grupeta Mundaiz, integrada por cerca de 50 txirrindularis de alrededor de 40 y 50 años, personas experimentadas y todas ellas federadas. Azparren se refiere al fallecimiento de Jon Rodríguez, vecino de Hondarribia que fue atropellado por un coche a la altura de Gaintxurizketa el pasado sábado. Kerman Lecertua, miembro de la misma grupeta de Azparren, pasa "todos los días" por ese punto kilométrico. "Cada vez que hay una muerte, hay una sensación rara", reconoce, aunque "intento evadirme de esa sensación", asegura.

"Salimos convencidos de que nada va a pasar", confiesa este donostiarra de 36 años. "Temor, en realidad, no hay, aunque muchas veces es verdad que lo utilizo como herramienta de defensa", se sincera. Y se explica: "Cuando me dicen que la carretera es peligrosa y que hay muchas posibilidades de que me atropellen, siempre les digo lo mismo, que eso es cierto, es algo innegable, pero la carretera es peligrosa para todos los vehículos", destaca Lecertua. En su opinión, "gran parte de los accidentes vienen de una falta de respeto". Pese a todo, "el disfrute está muy por encima del temor", deja claro.

Azparren, por su parte, lanza un mensaje un tanto pesimista. "Yo llevo un montón de años andando en bici, disfrutando de esta pasión, pero porque no lo piensas bien. Si no, no saldrías a la carretera", se sincera el exciclista que, ahora, en su condición de aita de dos hijos txirrindularis -Xabier Mikel y Enekoitz-, muestra su inquietud. "Es algo que me preocupa", declara. Xabier Mikel ya es profesional en la Fundación Euskadi y realiza al año entre 25.000 y 30.000 kilómetros. Enekoitz todavía es aficionado, pero su kilometraje al año oscila entre los 15.000 y 20.000. "Lo que la gente no percibe que el lugar de trabajo de esos ciclistas que admiran en la tele y con los que se quedan impresionados viendo sus hazañas, es la carretera que comparten con los coches. Mucha gente no se da cuenta de que el lugar de trabajo de un profesional es esa carretera y que tiene tanto derecho como el coche", recuerda. No entiende muchas veces la forma de proceder de los conductores. "Cuando la gente ve un tractor, todo el mundo asume que va a 30 por hora. Reduce la velocidad y espera a adelantar. Pero cuando ve una bicicleta, parece que la tiene que pasar inmediatamente. No puede ser", se lamenta Azparren.

Pese a todo, el exdirector del Caja Rural sigue manteniendo el entusiasmo de siempre. "Desgraciadamente, sucede lo que sucede, pero esta es mi pasión, es mi momento de estar con mi cuadrilla, con mis amigos, reírme...", comenta este especialista en larga distancia. "Es una forma de vida, sin duda. Los que somos ciclistas, somos muy ciclistas, muy de pasión, muy de vivirlo", enfatiza. Eso sí, por este motivo para Mikel Azparren "es muy importante que la gente se dé cuenta de que alguno de los que están ahí, están trabajando, chavales que su ilusión es ser profesionales y van por la carretera porque es su lugar de entrenamiento", reitera.

Agradece el hecho de que Gipuzkoa tenga una cultura ciclista muy grande. "Afortunadamente, un altísimo porcentaje de gente nos respeta. Hay un pequeño grupo que no y hay otro que a mí me preocupa muchísimo", revela. "Son aquellos que notas que te pasan rozando, pero con mala intención. Esos son los que me preocupan", apostilla. Entiende que "un despiste lo puedes tener; si no, no habría accidentes, pero cuando notas que te pasa con mala intención, te preocupa y eso se nota, porque ves que te pasa ni a 20 centímetros, le miras y te gesticula. Hay veces que me quedo asombrado", relata con incredulidad.

evitar los puntos conflictivos

Kerman Lecertua reconoce que a la hora de organizar salidas, "sí tenemos en cuenta los puntos conflictivos", una cuestión en la que incide Azparren, que refiriéndose a Gaintxurizketa, el lugar donde perdió la vida Jon Rodríguez, analiza que "es un punto de la carretera por el que los coches van muy rápido". En este sentido, "nosotros, siendo de San Sebastián, normalmente hacia el lado de Hondarribia no vamos, vamos más hacia la costa". Aunque por la zona de Usurbil hasta Orio Mikel lo pasa mal. "Es un tramo en el que siempre voy con cierta tensión", reconoce. "Sabemos que incomodamos al tráfico. Es una zona estrecha y la grupeta ocupa. Además, los sábados por la mañana solemos salir un montón, igual más de 50 ciclistas". Pasar a Iparralde está prohibido. "Es horrible, te insultan, te pitan", afirma Azparren. Kerman es de la misma opinión: "La cultura de ciclismo que hay en Francia choca con los conductores franceses".

A pesar de que la grupeta Mundaiz cuenta con cerca de 50 corredores, nunca van todos a la vez en las salidas de fin de semana. "Para ir integrados mejor en la carretera, nuestra opinión es que cuantos más mejor", sostiene Kerman. "Ir en grupo es mejor que ir solo porque se comparten esfuerzos y se pueden hacer salidas más bonitas, más largas y en compañía. Hablando de seguridad, siempre el grupo es más visible y propicia adelantamientos más fáciles", estima. No es la primera vez que tienen que llamar la atención a otros ciclistas que tratan de unirse en carretera: "Se crea una situación incómoda y, muy a nuestro pesar, tenemos que decirles que se separen". Para Azparren, otro aspecto "muy importante" es la vestimenta. "Todo el mundo va vestido igual porque esa mancha de ropa hace que seas más visible", enfatiza el exciclista profesional, para quien la cuestión de la visibilidad es un tema de continua discusión con los agentes de seguridad. "Los ertzainas nos dicen que en tramos determinados tenemos que ir en fila de uno para facilitar el adelantamiento de los coches. Nosotros entendemos que es mejor que vayamos diez ciclistas en fila de a dos, que 20 en fila de uno. Imagínate lo que supone adelantar algo parecido a tres trailers. Es complicado".

El ciclismo, pese a todo, está de moda y lo va a seguir estando gracias a gente como Mikel Azparren o Kerman Lecertua, para quienes "es un estilo de vida, una pasión y eso nada ni nadie lo van a cambiar".

Respeta a los ciclistas. El primer consejo que ofrece el RACE (Real Automóvil Club de España) dirigido a los conductores para una adecuada convivencia en la carretera es que las bicis tienen "el mismo derecho que los coches a circular por la vía pública".

Ten paciencia. "En ello se incluye no apremiarles, no utilizar el claxon ni conducir de forma que se puedan sentir presionados".

Mantén un espacio de seguridad cuando te sitúes detrás. "10 metros pueden ser suficientes cuando el ciclista o grupo de ciclistas circulan a 30 km/h"

Adelanta con cuidado. "Cuando realices la maniobra de adelantamiento de un ciclista, la distancia ha de ser de al menos 1,5 metros. Además, el RACE pide a los conductores "no adelantar cuando hay línea continua" y "cuando en ese momento viene un ciclista en sentido contrario".

En vías interurbanas. "En ciudad puede haber carriles compartidos, que estarán señalizados adecuadamente. Respeta la velocidad indicada, que suele ser de 30 km/h, y no invadas ni aparques en carriles bici".

"Gran parte de los accidentes vienen por una falta de respeto por parte del conductor"

Cicloturista

"Algunos, al ver una bici, parece que la tienen que pasar inmediatamente, y eso no puede ser"

Exciclista profesional