Los diferentes recursos habilitados por el Gobierno vasco para la atención de las personas migrantes en tránsito hacia otros países de Europa atendieron a lo largo de 2021 a un total de 8.115 personas, lo que supone la cifra más alta de los últimos cuatro años.

Además, se han contabilizado tres muertes de migrantes al intentar cruzar la frontera por el río Bidasoa, el último de los cuales, un hombre de unos 40 años fallecido el 20 de noviembre, todavía no ha podido ser identificado.

Euskadi puso en marcha una red e atención a los migrantes en tránsito en 2018 cuando se constató un importante flujo de este tipo de personas en su recorrido hacia Europa y, principalmente, hacia Francia, ha informado este jueves el departamento vasco de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales que dirige Beatriz Artolazabal .

Así se formó la Mesa Interinstitucional de Coordinación para la Acogida de Personas Migrantes en Tránsito, compuesta por instituciones y agentes del tercer sector social, que aprobó un plan de contingencia capaz de atender hasta a 500 personas al día en los centros repartidos por los tres territorios históricos.

Desde entonces, las instalaciones de Hilanderas de la localidad fronteriza de Irun (Gipuzkoa), gestionado por Cruz Roja, se ha convertido en el lugar al que se dirigen miles de migrantes que llegan a este municipio con la intención de pasar la frontera con Francia.

Así, entre junio y diciembre de 2018, se atendió a 5.837 personas, en 2019 a 4.244 personas, a 3.493 en 2020, un año condicionado por las restricciones sociosanitarias por la Covid-19, y, finalmente, 8.115 personas han pasado por estas instalaciones en 2021.

Según la información aportada por las personas que llegan a los recursos vascos, el 94 % entraron en España por Canarias con el objetivo de pasar la frontera y seguir su trayecto hacia Francia y el centro de Europa.

En este sentido, el Gobierno Vasco ha intensificado los contactos con el Gobierno canario y también con las autoridades de Iparralde, con el fin de intercambiar información y poder anticipar la respuesta ante los diferentes escenarios que pudieran darse.

En 2021, tres personas han perdido la vida en su intento de cruzar el río Bidasoa: Yaya Karamoko, de Costa de Marfil, tenía 28 años y falleció ahogado el 22 de mayo; su cuerpo está enterrado en el cementerio musulmán de Burgos.

Abdoulaye Coulibaly, de 18 años y natural de Guinea Conakry, perdió la vida el 8 de agosto; su cuerpo fue repatriado con la ayuda del Gobierno Vasco.

Un tercer cadáver fue hallado en aguas del Bidasoa el 20 de noviembre, aunque no ha podido ser identificado de manera oficial; se trataría de un hombre de unos 40 años y se baraja la posibilidad de que fuera un temporero que trabajaba a ambos lados de la muga.

El director de Migración y Asilo, Xabier Legarreta, ha admitido que "hay una dramática realidad y es que cada día que pasa se incrementa el número de personas migrantes que abandonan sus casas en busca de un futuro mejor. Y lo hacen en condiciones extremas, tan inhumanas, que Europa no puede mirar a otro lado, aunque solo sea por razones humanitarias".