Un individuo ha sido condenado a seis años de cárcel por agredir sexualmente en febrero de 2017 a una chica en un altillo de un inmueble de Donostia, al que la víctima había acudido junto al acusado y otro hombre tras haber alternado con ellos de madrugada por distintos establecimientos de la capital guipuzcoana.

Inicialmente, la Fiscalía reclamaba nueve años de prisión para el procesado pero durante el juicio oral, celebrado este miércoles en la Sección Tercera de la Audiencia, éste ha reconocido los hechos y ha llegado a un acuerdo con el Ministerio Público y la acusación particular, que han accedido a aplicarle la atenuante de haber actuado en estado de embriaguez.

Además de las citadas penas de cárcel, el inculpado, que ha sido defendido por la letrada Elena Septién, deberá compensar a su víctima con 6.000 euros y no podrá acercarse a la chica ni comunicarse con ella durante diez años. Asimismo, una vez sea excarcelado, permanecerá en situación de libertad vigilada durante seis años.

Según el escrito de acusación de la Fiscalía, al que ha tenido acceso Efe, los hechos sucedieron la madrugada del 10 de febrero de 2017 cuando la joven se encontró con un grupo de chicos en el que había un amigo suyo que le propuso acudir todos juntos a un pub del barrio de Gros.

Durante la noche, la chica perdió de vista a su amigo y se quedó "a solas" con el procesado y con otro chico del grupo, con los que acudió a una cafetería, tras lo que, sobre las 7.00 horas, se marchó con ambos varones hacia unos garajes de la zona de Intxaurrondo.

El documento precisa que fue durante este trayecto cuando, "con ánimo libidinoso" el acusado, que por entonces tenía 26 años, comenzó a realizar a la víctima "tocamientos por encima de la ropa en la zona de las nalgas y de los pechos", "sin cesar en su actitud" a pesar de que la chica le pidió "reiteradamente" que parase y llegó a empujarlo para "zafarse" de él.

Ya en la zona de los garajes, los tres jóvenes entraron en una de las plazas de aparcamiento y desde allí accedieron a un "altillo" a través de una trampilla con escalera desplegable".

En un momento dado, el segundo chico abandonó el lugar "con el pretexto de ir a comprar algo", instante que el acusado, que tenía sus facultades volitivas "ligeramente" disminuidas por el alcohol, aprovechó para "abalanzarse" sobre su víctima y, al tiempo que profería expresiones obscenas, le bajó el jersey y le mordió un pezón.

Ante estos hechos, la chica mantuvo las piernas cruzadas y, como el hombre no consiguió separárselas, éste "le bajó por detrás" las mallas que vestía para introducirle los dedos, "al tiempo que la golpeaba con fuerza" hasta que ella consiguió liberarse, lo empujó y lo apartó, tras lo que "abandonó rápidamente el lugar".

A raíz de la agresión, la chica resultó con distintas lesiones, incluyendo una erosión en la zona genital, aunque también sufrió "afectación psicológica" con "aumento de la sintomatología ansioso depresiva".