Llegan tres día de fiesta y con ellos, al parecer, también recibiremos al tiempo revuelto. Habrá, explica Onintze Salazar, meteoróloga de Euskalmet, un poco de todo, aunque se espera “un cambio de tendencia” respecto al mes de octubre, que ha sido más seco que lo habitual.

Lloverá, “pero no van a ser días de mucha precipitación”. Y es que no se esperan frentes que entren desde el mar, sino una situación de borrasca que entrará por el oeste de la península, lo que conllevará que lleguen vientos del sur, al menos viernes, sábado y domingo.

En consecuencia, la lluvia será más frecuente en el interior que en el litoral y tampoco serán “lluvias continuas”. Lloverá, sí, pero a ratos y también se abrirán claros. El viento del sur soplará con cierta intensidad y aunque a veces puede resultar molesto, no será “frío”.

Se esperan máximas en torno a los 20º, una temperatura que el domingo podría ser superior y rondar los 22-24º.

En resumen, se esperan temperaturas suaves, con algo de viento y precipitaciones “de vez en cuando y más probables en el interior”, unas jornadas que ni resultan extrañas en el otoño guipuzcoano.

Para el lunes, aunque Salazar advierte que es pronto para asegurarlo, puede que el viento gire a norte y bajen las temperaturas. Además, con este cambio llegaría asimismo un aumento de la precipitación a Gipuzkoa.

El agua, que los primeros días al menos no se espera que caiga a raudales, puede molestar en los paseos y el disfrute de las jornadas al aire libre pero “viene bien” tras un octubre en el que “ha llovido la mitad de lo habitual”. En Donostia, por ejemplo, ha llovido cinco días cuando lo habitual es que lo haga doce y se han recogido en torno a 64 litros, frente a la media de 150 de años anteriores.