El Programa Vasco de Protección Temporal para Defensoras y Defensores de Derechos Humanos ha asistido a 30 personas en una década.

Este programa está liderado el Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno Vasco, a través de su Viceconsejería de Derechos Humanos, Memoria y Cooperación, y gestionado por CEAR-Euskadi.

El evento de este miércoles, bajo el lema 'Nosotras Protegemos', ha estado presidido por la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno Vasco, Beatriz Artolazabal, quien ha tenido palabras de reconocimiento y respeto para las 30 personas (18 mujeres, tres menores a su cargo, y nueve hombres) que han participado en el programa a lo largo de esta década.

"Visibilizar su trabajo, proteger sus vidas y reconocer su esfuerzo para que este mundo sea un mundo más justo y mejor para todas las personas es un imperativo y un compromiso firme del Gobierno Vasco, y en especial, del Departamento que tengo el honor de dirigir", ha expuesto Artolazabal.

"Sirvan estas palabras para mostrarles todo mi respeto, agradecimiento y mi más sincero reconocimiento", ha dicho a las personas defensoras.

El acto de celebración ha contado también con la presencia de la Relatora Especial de NNUU sobre la situación de las personas defensoras de los derechos humanos, Mary Lawlor.

En su discurso, Lawlor ha resaltado la importancia de contar con este tipo de programas de reubicación temporal, ya que, a menudo, "los mecanismos de protección nacionales son inadecuados para las situaciones urgentes que enfrentan las defensoras; además, muchos no incluyen enfoque de género o no se adaptan a las situaciones que viven las personas LGTBIQ+, quienes son atacadas por desafiar las estructuras de poder cisheteronormativas".

PROPIAS DEFENSORAS DE DERECHOS HUMANOS

En el evento han participado tres personas procedentes de Colombia que han pasado por el programa: Danelly Estupiñán, del Proceso de Comunidades Negras (PCN); Deyanira Soscué, del Cabildo Indígena Cerro Tijeras; y Fabián Torres, del Congreso de los Pueblos y Colectivo Maloka.

Todas han destacado el Programa como "una herramienta de solidaridad internacional que fortalece la resistencia de los pueblos afrodescendientes, indígenas y campesinos, así como sectores urbanos".

También han destacado la importancia del refugio temporal como una estrategia para el cuidado de la vida y han puesto en valor que se ponga en el foco del programa "el respeto de la identidad cultural" de todos los pueblos que pasan por el mismo, "porque es un altavoz para nuestras luchas".

UNA DÉCADA DE ACOGIMIENTO

El objetivo del programa es proteger a defensores y defensoras de derechos humanos que vean amenazada su vida o integridad física por la actividad que desarrollan en sus países de origen en defensa de la vida y la justicia social, a través de la acogida en Euskadi, por un periodo de seis meses.

Su estancia en Euskadi les permite también descansar y cuidarse atendiendo a los impactos de la violencia política, con el fin de fortalecerse física y emocionalmente. Durante este tiempo, desarrollan una agenda política con diferentes instituciones públicas y organizaciones sociales, con el fin de ampliar y fortalecer sus redes internacionales de apoyo.

Estas redes actúan, en la práctica, como un paraguas de protección que contribuye a generar un retorno en mayores condiciones de seguridad y la continuación de su trabajo en defensa de los derechos humanos.

Leire Lasa, de CEAR-Euskadi, ha puesto en valor durante su intervención los 10 años del programa. "Para nosotras, este décimo aniversario es un acto de reconocimiento y de profundo agradecimiento a sus luchas; un homenaje a quienes nos acompañan en la sala, a quienes nos acompañan desde sus territorios, a quienes hemos conocido en estos diez años y, especialmente, a quienes han sido asesinadas y desaparecidas por defender esos derechos que también son nuestros", ha dicho.

Además, ha manifestado que "si el Programa sirve para que las compañeras defensoras sientan legitimado el derecho a parar, se sientan con derecho a poner el cuidado de sus vidas en el centro de la acción política o a tomarse un respiro, podemos celebrarlo con ellas".

Durante estos diez años, 30 personas han sido acogidas (nueve hombres, 18 mujeres y tres menores que estaban a su cargo). Colombia, Perú, Honduras, Guatemala y el Sahara Occidental ha sido sus países de procedencia. En este tiempo, han sido once las organizaciones vascas que han pasado a formar lo que denominamos la red de apoyo. Se encargan de presentarlas al programa, acompañarlos durante estancia en Euskadi y de dar seguimiento a sus situaciones en el retorno.