- La portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, aseguró ayer que la normativa que obliga al uso de mascarillas en exteriores solo será modificada cuando así lo determine "el criterio de los expertos" en función del nivel de inmunización que haya alcanzado la población. Montero respondió así al ser preguntada por la fecha en la que la mascarilla podría dejar de ser obligatoria al aire libre después de que el lunes Castilla-La Mancha lo situara para finales de junio o principios de julio.

"Es obvio que al igual que en este momento hay una normativa que obliga a la utilización de la mascarilla por criterio experto, será el criterio experto el que cambie esa regulación para permitir que los ciudadanos puedan ya circular sin tener que hacer uso obligatorio de la mascarilla", zanjó la ministra. Y eso será cuando la Comisión de Salud Pública -integrada por los directores generales del Ministerio de Sanidad y de las comunidades- determine que "ya, por el grado de inmunización que tenga la población, estemos en condiciones de transitar sin ella", más allá de que haya ciudadanos que "entiendan que la mascarilla es una protección adicional y decidan seguir utilizándola", añadió.

Mientras tanto, "es evidente que el Gobierno no va a cambiar su normativa". La obligatoriedad de la mascarilla está regulada en la ley de nueva normalidad aprobada definitivamente el pasado marzo, que impone su uso en exteriores incluso cuando hay distancia de seguridad debido a que en su trámite parlamentario en el Senado se introdujo una enmienda del PSOE que así lo fijaba.

Sanidad y comunidades flexibilizaron esta imposición en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud y es lo que se ha venido aplicando en algunas zonas pese a que una lectura literal de la norma sigue obligando su uso en estas circunstancias.

Ayer mismo, la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, señaló que "todavía estamos en unos valores que distan mucho de ser los que perseguimos". Así, recordó que su departamento establece como objetivo el llegar a la tasa de incidencia acumulada de 60 casos positivos por 100.000 habitantes, "una situación que en Euskadi, hoy por hoy, todavía nos queda camino por recorrer".

Por ello, consideró "prematuro" hablar de esas circunstancias y recordó que la utilización obligatoria de la mascarilla está contemplada en una ley, "por lo que habrá que ver cuál es la decisión que al respecto se adopta y veremos, incluso, si eso se plantea en el Consejo Interterritorial, que no ha tratado este tema en ningún momento". Sagardui insistió en que "una medida que se ha demostrado que es eficaz, como es la utilización de las mascarillas, junto con la distancia social, la ventilación y la higiene de manos, tratando de mantener el mínimo de interacciones sociales, es algo que debemos de seguir manteniendo en Euskadi".

Mientras, el jefe del Gobierno cántabro, Miguel Ángel Revilla, manifestó que él y sus homólogos autonómicos deben ir "todos a una" en la retirada de la mascarilla, que a su juicio hay que ir "jubilando", pero cuando digan los expertos. "Esto ya a mí me tiene harto, y a la mayoría de la gente, pero habrá que quitarla cuando nos digan que quitarla no tiene ningún problema", consideró el líder del PRC, para rechazar así una "carrera entre presidentes autonómicos" para ver quién adopta una medida "más revolucionaria". Con estas palabras, el regionalista advirtió que "uno por quedar mejor va a decir: En Castilla no hay mascarilla; en Cantabria sí, pero si unos la llevan y otros no, nos mezclamos y entonces no tiene ningún sentido", dijo Revilla.

Emergencia. La OMS aprobó ayer el uso de emergencia de la vacuna anticovid de Sinovac, segunda de fabricación china que obtiene esta luz verde después de que a principios de mayo lo consiguiera la desarrollada por Sinopharm. Se trata del sexto fabricante que logra entrar en la lista de uso de emergencia, después de que antes lo consiguieran las vacunas de Pfizer, Moderna, AstraZeneca, Johnson & Johnson y Sinopharm. La aprobación de uso de emergencia da a estas vacunas la posibilidad de entrar en el programa Covax, creado por la OMS en cooperación con otras agencias para distribuir a bajo precio y de forma equitativa dosis de vacunas anticovid en todo el mundo.