ué es el covid-19? ¿Por qué se le llama coronavirus? ¿Cómo surgió? ¿Por qué hay que llevar puesta la mascarilla? ¿Cómo entra en el cuerpo? Aunque no son para nota, preguntas como estas se han colado este curso académico en las aulas de los colegios guipuzcoanos. Desde hace un mes, DYA organiza talleres para prevenir el virus entre alumnos de Primaria en los que los menores, a base de juegos didácticos, se conciencian sobre la importancia de mantener las medidas de protección. NOTICIAS DE GIPUZKOA fue ayer testigo directo de una de estas formaciones en el colegio La Salle de Irun.

El dibujo del SARS-CoV-2 tachado por una señal de stop y la frase "Koronabirus, irabazi egingo dizuegu!" (Coronavirus, ¡te venceremos!) que preside cada uno de estos talleres deja bien clara la importancia de esta asignatura dentro y fuera de las aulas. Desde DYA Gipuzkoa detectaron que el coronavirus se trataba únicamente en los colegios "para hacer hincapié en el protocolo", pero los alumnos, sobre todo los más pequeños, desconocían qué era este virus y cómo actuaba. "Tratamos de explicar qué es, cómo se contrae y qué hay que hacer para evitarlo. En general, están bien informados pero tratamos de aclararles todo a través de juegos", cuenta Eva Montoya, una de las dos monitoras que imparten estos cursos en el territorio.

Así, cada clase empieza por lo básico: ¿Qué es el covid-19, cómo surgió y qué aspecto tiene? "Preguntan mucho y tienen curiosidad. Suele haber respuestas de todo tipo y no se callan", avisa Eva, y los alumnos de segundo de Primaria de La Salle le dan la razón: "Es un bicho". "Lo crearon los que hacen experimentos". "Empezó porque alguien se comió un murciélago", son algunas de las respuestas surgidas en uno de los talleres realizados ayer.

Los más pequeños no son ajenos a la gran cantidad de información que desde hace más de un año circula por todas partes. Buena prueba de ello es cuando la monitora les hace dibujar el virus: "Suelen acertar bastante, aunque alguno siempre dice que tiene forma de gusano o algo parecido. Lo tienen muy interiorizado".

También conocen de sobra las medidas de protección, el verdadero motivo de estos talleres y que sirven para recordarles los seis ejes anticovid: el uso de la mascarilla, mantener la distancia, lavarse las manos, reducir los contactos, ventilar las clases y, en caso de tener síntomas, quedarse en casa.

Las consecuencias de no hacer caso a estas medidas la comprueban a través de juegos didácticos. La diferencia de llevar correctamente la mascarilla, por ejemplo, la ven con dos peluches, uno que no se la coloca y otro que sí. Al toser el primero rocía de purpurina a los menores, mientras que el segundo, en cambio, no lo hace, ya que la purpurina se queda en el interior de la protección.

No obstante, el juego que quizás más les sorprende es "el de la araña". Los alumnos deben guiar un coche teledirigido disfrazado como el virus por un recorrido que simula el interior de una nariz, de tal modo que lo hace el coronavirus. "La cuestión es que el mando a distancia está lleno de purpurina, por lo que cada vez que lo tocan se quedan con las manos manchadas sin darse cuenta que, al coger otra cosa o chocársela con otro alumno, están pasando la purpurina. Igual que pasa con el virus", explica Eva.

Los más pequeños "saben de sobra" lo importante que es llevar a rajatabla las medidas sanitarias y, aunque, como a todo el mundo, también les molesta la mascarilla, saben que tienen que llevarla, más que por ellos mismos, por aquellos que les rodean. "Mis padres tuvieron el virus y no les pasó nada, pero mis abuelos estuvieron muy mal en el hospital", contaba una alumna. De ahí la importancia de protegerse con los más vulnerables. "Cuando estéis con vuestros abuelos, aunque ya estén vacunados, es mejor que no os quitéis la mascarilla", les aconseja Eva.

Los colegios son conscientes de su labor fundamental en esta educación y han acogido con los brazos abiertos la propuesta de la DYA. De hecho, lo que iba a ser unos talleres de prevención puntuales en algunos colegios por parte de una monitora pasó en poco tiempo a ser un proyecto que continuará el próximo curso ante el aluvión de solicitudes.

Por el momento, los talleres no se abrirán a estudiantes de más edad y continuarán siendo para menores de entre seis y doce años, quienes seguirán aprendiendo en las aulas una lección cuyo examen lo deberán aprobar a diario hasta conseguir derrotar al virus.

"En general, están bien informados, pero tratamos de aclararles todo a través de juegos"

Monitora de DYA Gipuzkoa