- El director general de Tráfico, Pere Navarro, advirtió ayer de que "pueden pedirse responsabilidades" si se produce un muerto por atropello como consecuencia de que los ayuntamientos no hayan adaptado la normativa que limita la velocidad a 30 kilómetros por hora en las calles de un único sentido y que entró en vigor ayer en todas las ciudades del Estado.

En un encuentro digital, Pere Navarro precisó que la medida se aplica a todo tipo de ciudades. "Cuando la calle tiene un solo carril de circulación, antes se podía circular a 50 km/h y excepcionalmente a 30 km/h, y ahora iremos a 30 km/h y excepcionalmente, si el Ayuntamiento quiere, a 50 km/h", explicó.

"La norma dice lo que dice y el BOE (Boletín Oficial del Estado) establece cómo se debe hacer. Como haya un muerto por atropello por no haberse adaptado a la nueva normativa, el tema se complicará y pueden pedirse responsabilidades", advirtió el responsable de Tráfico: "Cada vez tenemos más actores y se produce una interacción en las calles de nuestras ciudades. Con esta interacción y con todos estos actores no es posible garantizar la seguridad a velocidades superiores a 30 kilómetros por hora".

Pere Navarro aseguró que confía en que con la aplicación de la nueva medida "se retiren bastantes señales", ya que antes el límite en las calles de único carril era de 50 km/h y si se reducía a 30 km/h había que señalizarlo, mientras que con la entrada en vigor de la norma se generaliza esa velocidad.

Además, Navarro dijo no ser partidario de imponer los nuevos límites de velocidad "a base de policía y radares, sino de convencer", si bien consideró que "tras la educación y la formación, los ayuntamientos deberán trabajar en la vigilancia y control de la norma para aquellos que no hayan entendido la finalidad y puedan incumplirla".

La presidenta de Andando, la coordinadora estatal de entidades de peatones, Sonia Jichi Ribera, aseguró que, para que se cumpla la velocidad de 30 km/h, "se necesita intervenir sobre la calzada" y que esta "no fomente pisar el acelerador": "Las calles rectas y con determinadas características hacen que pisemos el acelerador sin casi ser conscientes. Para corregir este problema, existen técnicas como el estrechamiento de la calzada y actuaciones con pintura y mobiliario urbano".

Sonia Jichi Ribera cree que hoy en día una ciudad debe ser "100% caminable para todos, desde los niños hasta los ancianos y personas con movilidad reducida, lo que implica una pacificación total de las calles y medidas de restricción de tráfico y de accesibilidad universal".

Por su parte, la coordinadora general de la asociación ConBici, Laura Vergara, califica este cambio normativo de "oportunidad para reducir la siniestralidad, para impulsar modos no contaminantes y que requieren menos recursos energéticos, reducir la contaminación y la lucha contra el calentamiento global, así como la movilidad activa, que redunde en un beneficio para la salud pública".