- Uno de los requisitos que más chirrían para acceder al programa Gaztelagun tiene que ver con el alquiler máximo en las tres capitales de la CAV. Para ciudades como Donostia, cuya renta media supera los 800 euros, parece impensable fijar un tope de 750 (será de 765 en la próxima ayuda). No obstante, según el viceconsejero de Vivienda, Pedro Jáuregui, esta realidad es ajena al plan, que no trata de ser “una panacea, sino una ayuda” frente a “un problema de mercado que hay detrás” y que espera que con el tiempo se pueda solucionar.

“Donostia es una realidad aparte y para un joven con una renta de ingresos de 18.000 euros es muy complicado vivir allí. Es algo de lo que se tiene que mentalizar”, asegura el viceconsejero, que justifica el alquiler máximo de 750 euros en la capital guipuzcoana para no beneficiar a los arrendadores: “Si subimos el rango estaríamos favoreciendo a los propietarios que incrementarían el precio sabedores de que los huéspedes cuentan con una ayuda”.

Ante este panorama, la clave está, asegura, en “buscarse salidas en la periferia o en los municipios colindantes” y menciona los barrios donostiarras de Herrera y Loiola -donde como requisito la renta mensual no ha de superar los 650 euros, 665 de cara a la próxima convocatoria- o localidades próximas como Errenteria y Lasarte-Oria -máximo 600 euros-. “Sabemos que son unos números modestos de beneficiarios, pero necesarios para mucha gente”, puntualiza sobre los datos de la última convocatoria.

De este modo, la herramienta más efectiva para acabar con la especulación del alquiler en las capitales guipuzcoana y vizcaína pasa por construir “más parque público”. Algo que no se consigue de la noche a la mañana y que necesitará “mucho más que una legislación” para poder corregirse. “Siempre se habla de que en otro países del norte de Europa los jóvenes se van antes de casa, pero llevan 100 años promocionándolo. Vamos a tardar mucho tiempo en llegar a su nivel”, explica, al tiempo que compara el 12,7% de índice de alquiler en Euskadi con el más de 80% que tienen en lugares como Holanda. “Las políticas deben ir acordes al sitio y a la zona. No es un modelo que se pueda copiar y listo”, concluye.