Largos "periodos de aislamiento" y "falta de flujo genético". Estas son las dos causas que explican la "singularidad gentética" de la población vasca según un estudio realizado por investigadores de la Universidad Pompeu Fabra. Es decir, la poca mezcla con otras poblaciones desde la Edad de Hierro arroja una conclusión que refuerza el mito de que Euskal Herria ha sido un territorio impermeable a los flujos de la historia.

El estudio, en el que han participado lingüistas y genetistas, se ha publicado en la revista Current Biology, ha sido realizado con muestras de ADN de 1.970 individuos actuales y antiguos y ha sido liderado por el investigador principal en la Universidad Pompeu Fabra y en el Instituto de Biología Evolutiva, David Comas, que incluye "el muestreo geográfico más exhaustivo hasta el momento de la población vasca, con más de 600.000 marcadores genéticos a lo largo de todo el genoma para cada individuo".

Según el comunicado hecho público ayer por la universidad catalana, la investigación indica que "la barrera cultural del lenguaje pudo promover el aislamiento de la población vasca ante los contactos poblacionales posteriores, como por ejemplo la influencia del imperio romano o la ocupación islámica de la Península, e incluso actuó como barrera interna en algunos casos por el uso de dialectos". Así, estas "características diferenciadas" a nivel genético no serían resultado de un "origen externo (de los vascos) respecto a otras poblaciones ibéricas".

La investigación ha comparado la población vasca con otras poblaciones europeas actuales y también con datos de ADN antiguo y concluye que "los vascos tienen una composición genética similar al resto de poblaciones de Europa Occidental, pero presentan unas ligeras diferencias". Estas diferencias, según los autores, se deben a "una falta de flujo genético a partir de la Edad del Hierro, es decir, se ha producido menos mezcla con otras poblaciones".

El primer autor del artículo, André Flores-Bello, explica que "el muestreo incluyó microrregiones dentro del País Vasco y también de las áreas circundantes". "De este modo, obtuvimos muestras de una región geográfica donde siempre se ha hablado euskera, otras donde históricamente se ha hablado, pero se ha perdido, y regiones donde nunca se ha hablado", añade.

Comas, a su vez, apunta que no se ha encontrado en la muestra analizada "influencia procedente del norte de África que sí se ve en la mayoría de poblaciones de la Península Ibérica, ni tampoco se encuentra la huella de otras migraciones como la romanización".

Este estudio también permite a los investigadores postular que los dialectos del euskera "pueden haber surgido mucho antes de la Edad de Hierro, y por eso se relacionan con la estructura genética".

Los profesores Jaume Bertran-Petit y David Comas llevan estudiando estas cuestiones desde al menos 2008, cuando un estudio suyo en la UPF ya alertó de que los vascos guardan "ligeras" diferencias genéticas respecto al conjunto de ciudadanos de Europa, un continente que, genéticamente hablando, es "muy homogéneo".