- Continúa abierta la investigación policial para localizar a los responsables del intento de atraco perpetrado ayer en una sucursal bancaria de Irun. El registro de locales y viviendas próximas a la oficina del Banco de Santander no dio resultado, pero se está analizando pormenorizadamente el rastro dejado por los sospechosos en su precipitada huida tras un plan que no salió como esperaban.

Según fuentes cercanas a la investigación, los hechos se precipitaron cuando dos empleados que se disponían a incorporarse a sus puestos de trabajo en la sucursal bancaria escucharon un ruido que provenía de una de las paredes. Cuando se acercaron a comprobar lo que ocurría, el tabique de ladrillo cedió, tras el cual irrumpió una persona blandiendo un arma.

Entre los empleados que se vieron sorprendidos por el atracador se encontraba la directora de la oficina, que no tardó en dar la voz de alarma. De este modo, sobre las 7.10 horas fue descubierta la existencia de un butrón en la pared, al parecer, perforado desde la calle Luis Mariano.

El plan de atraco se vio así frustrado. Según indican fuentes de la investigación, habitualmente en estos actos delictivos suelen intervenir “dos atracadores”, que aguardan en el interior, a la espera de un primer trabajador al que previamente han vigilado en su rutina diaria. “O los empleados se han adelantado en su horario, o los atracadores han tenido alguna dificultad mientras hacían el butrón”, indican las mismas fuentes.

imágenes de las cámaras

Los agentes inspeccionaron todos los locales y establecimientos del inmueble para comprobar que los responsables del atraco no se hubieran ocultado en ellos. Durante toda la jornada se revisaron las cámaras de todos los bancos y negocios cercanos.

También inspeccionaron una a una las viviendas de los pisos superiores a la oficina afectada. No hubo resultado. En torno a las 9.40 horas, una docena de agentes de la Unidad de Intervención de la Ertzaintza accedieron al interior del banco, donde tampoco se encontraban los presuntos ladrones.

Se interrogó a los vecinos para saber si durante los últimos días habían escuchado algún ruido de obra. El hecho de que empleados se toparan con el atracador también podría permitir hacer un retrato robot del sospechoso.

Un amplio dispositivo de seguridad paralizó durante toda la mañana el céntrico Paseo Colón de Irun, en el que se ubica la sucursal del banco. Muchos empleados de la zona no pudieron acudir a sus puestos de trabajo como consecuencia del cordón policial. La normalidad no regresó hasta casi seis horas después de que los trabajadores descubrieran que alguien había entrado en la oficina.

Una de las personas que vivió en directo la llegada de las patrullas de la Ertzaintza fue la trabajadora del quiosco situado en la plaza del Ensanche. “Ha sido alucinante ver bajar a los policías de los coches con las escopetas saliendo hacia el túnel, acordonándolo todo”, reconoció.

Entre los trabajadores afectados también estaba Yon Gallardo, de la heladería Papperino, situada en el número 27 del Paseo Colón, dentro del cordón policial. Cuando acudió a su puesto de trabajo a las 7.45 horas, encontró “cortado el acceso” al parking subterráneo de Luis Mariano, donde suele aparcar su vehículo. “No he podido acceder ni al parking ni al portal”, reconoció.

Cabe recordar que este robo o intento, puesto que la Ertzaintza no confirmó si el ladrón o ladrones lograron su objetivo, se produjo en una de las zonas más céntricas de Irun, el Paseo Colón, a la altura de la plaza de Ensanche, donde se encuentran los jardines de Luis Mariano y donde se ubican la mayoría de las sucursales bancarias, entre ellas la del Santander, una de las mayores oficinas que tiene este banco en Gipuzkoa.

Se investiga si estos hechos guardan relación con otros robos similares, como el ocurrido en enero del año pasado. En aquella ocasión, tres ladrones aprovecharon un conducto de aire acondicionado para hacer un butrón y penetrar en la oficina de la sucursal que el Banco Popular tiene en la Plaza de Eibar de Donostia. Los ladrones se encontraron en el interior de la oficina, que se hallaba cerrada al público, al director de la sucursal.