Cuatro presuntos miembros de una banda georgiana, especializada en robos en viviendas de diferentes puntos del Estado español, serán juzgados el próximo lunes en Donostia, tras ser detenidos hace un año en Tolosa, donde la Ertzaintza halló "marcas" en más de 70 pisos a los que supuestamente pensaban acceder70 pisos a los que supuestamente.

La Fiscalía de Gipuzkoa reclama cinco años y medio de cárcel para tres de los acusados, por un delito continuado de robo con fuerza en casa habitada con integración en grupo criminal, si bien para el cuarto eleva su petición hasta los seis años, ya que le aplica la agravante de reincidencia.

Según informó en su momento el Departamento vasco de Seguridad, en febrero de 2020 los Mossos d'Esquadra alertaron sobre esta banda que ya había delinquido en Cataluña, entre otras comunidades autónomas.

La Ertzaintza vinculó entonces esta información con las pesquisas que estaba desarrollando en torno a diversos robos perpetrados en viviendas de Gipuzkoa desde 2019 con el mismo modus operandi que el señalado por los Mossos.

El grupo, que se movía con vehículos de alquiler, solía marcar un número "importante" de viviendas con hilos de pegamento para cerciorarse de que podían robar sin ser sorprendidos por sus propietarios. Posteriormente, abrían las puertas de los pisos con ganzúas, por lo que no causaban daños, y luego revisaban a fondo las habitaciones en busca de objetos de valor.

El 8 de febrero de 2020, la Policía vasca detectó la presencia de los cuatro sospechosos e inició una operación de vigilancia durante la que identificaron dos turismos, ambos de alquiler, que usaban para sus desplazamientos, y constató que "realizaban movimientos tendentes a detectar un potencial dispositivo policial".

La madrugada siguiente, los ertzainas observaron que los sospechosos se dirigían a Tolosa, donde comprobaron cómo entraban y salían de varios portales, en lo que parecía un método de comprobación de las marcas que habrían dejado previamente.

Los policías recibieron, además, información de que una vecina había denunciado por teléfono que dos individuos habían accedido a su domicilio y que ella se había escondido "para evitar cualquier enfrentamiento" sin saber si habían llegado a robarle algo.

Tras esta comunicación, hacia las seis de la mañana, los investigadores detuvieron a los cuatro presuntos ladrones y registraron los dos vehículos, en los que hallaron ocho jeringuillas con líquido para marcar las viviendas.

El escrito de acusación provisional de la Fiscalía precisa ahora que los procesados, que actuaban "conjuntamente y de común acuerdo" para acceder "en impunidad" a las viviendas, habían viajado el mismo 8 de febrero, en dos coches alquilados, desde Barcelona hasta Donostia, donde se alojaron en un hotel de la capital guipuzcoana.

El documento aclara que la madrugada del día siguiente presuntamente entraron en distintos portales de varios bloques de viviendas y recorrieron todas las plantas aplicando pegamento con jeringuillas en las cerraduras, con el fin de descubrir si en los domicilios había "movimiento de entrada y salida de personas".

Posteriormente, manipularon con una ganzúa las cerraduras de algunos domicilios y lograron acceder a dos de ellos, en uno de los cuales presuntamente sustrajeron varios objetos, si bien en el segundo fueron sorprendidos por su propietaria, quien se encerró en el cuarto de baño para protegerse y avisó a la Ertzaintza.

Los inculpados fueron detenidos poco después en una calle próxima al lugar donde habían dejado aparcados sus vehículos, en uno de los cuales fueron descubiertas las ocho jeringuillas y cuatro botes de un líquido transparente supuestamente usado para marcar las puertas de las viviendas.

Además de las citadas penas de cárcel, la Fiscalía reclamará también, en el juicio que tendrá lugar en la Sección Tercera de la Audiencia de Gipuzkoa, que, una vez accedan al tercer grado penitenciario o a la libertad condicional, los acusados sean expulsados del país.