- El sector del reciclaje en Gipuzkoa representa 5.000 puestos de trabajo y factura 500 millones. El objetivo es duplicar estas cifras para el año 2030. ¿Es un objetivo asumible?

-Es un objetivo ambicioso, pero que se puede cumplir porque ha habido un cambio de mentalidad muy importante en las administraciones e incluso en la ciudadanía. Son ambiciosos, pero con la colaboración entre las administraciones, la empresa privada y el público en general, creo que se podrá llegar.

¿De qué manera ha afectado la pandemia al sector del reciclaje?

-La generación de residuos tratables en las empresas se ha reducido en torno al 70% y en el ámbito estatal la incidencia en el sector es de hasta el 40%. Si la economía ha caído como ha caído lo lógico es que la industria vaya más lenta, la fabricación de bienes de consumo se haya reducido y, si no se compra, uno no se deshace de los bienes al final de su vida útil.

Pese a esta caída, ¿qué perspectivas tienen para los próximos años?

-Todos estamos con los ojos muy abiertos con la posibilidad de que las vacunas lleguen a tiempo y se inocule a la ciudadanía en el tiempo que se espera. La verdad es que es una incertidumbre muy importante porque cada semana estamos cambiando de parecer y no sabemos lo que va a pasar, pero estamos muy ilusionados porque, en cuanto vuelva la ansiada normalidad, la industria del reciclaje está preparada para volver a los volúmenes prepandemia.

¿Cuáles van a ser los principales ejes de la industria del reciclaje?

-Hay varios factores muy importantes, como es el ecodiseño. Hay que tener en cuenta que estamos reciclando productos cuyo diseño es de 30, 40 o 50 años, cuando el problema medioambiental no era tan incipiente. Para hacer efectivo el paso a la economía circular eso debe cambiar. La fabricación de los productos tiene que tener en cuenta que el reciclaje sea posible al 100% y ahí llegaremos a la ansiada economía circular. Y otro punto muy importante es que las administraciones, que son las que tienen la llave en la obligatoriedad del consumo de productos reciclados, tienen que fomentar que vuelvan al circuito, porque ya podemos reciclar el 100% de los productos, pero si los materiales que se consiguen no tienen salida en el mercado no adelantamos nada.

¿En qué referentes debe fijarse Gipuzkoa para avanzar en esta materia?

-Creo que hoy en día está a un nivel de reciclaje que no tiene nada que envidiar a las potencias europeas. Tenemos unas empresas perfectamente preparadas y creo que estamos en la buena línea.

¿Comparte la afirmación de que el futuro será verde o no será?

-Sí. Hago una reflexión que creo que es curiosa pero que es una realidad. En estos momentos tan complejos que estamos viviendo en el mundo, ir hacia la economía circular es muy necesario. En este momento los valores están cambiando: los abrazos y los besos se convierten en peligrosas armas, no visitar a nuestros padres y amigos se convierte en un acto de amor, el planeta a pesar de todo continúa su vida mientras los humanos estamos recluidos en jaulas en nuestras casas. Puede ser que el planeta nos esté mandado un mensaje: humanos, no se les necesita y recapaciten porque ustedes son mis invitados y mis huéspedes, no mis dueños. Si nos seguimos comportando como hasta ahora sobramos, porque el planeta seguirá regenerándose, pero nosotros tenemos que pensar que es nuestra casa y que no la tenemos que deteriorar.

¿La pandemia ha pasado factura a la lucha contra el cambio climático, tan en auge hace apenas un año?

-Todos los sectores se han visto tapados o sobrepasados por el tema del covid, porque la salud es lo más importante en lo que tenemos que preocuparnos. La carrera que se estaba llevando a cabo se ha ralentizado, pero cuando esto se solucione se retomará con más fuerza.

Europa ha condicionado sus fondos de reconstrucción pospandemia a factores medioambientales. ¿Estamos ante una oportunidad para dar un impulso definitivo a los objetivos de la Cumbre del Clima de París?

-Claro que sí. Como estamos concienciados todos de que o nos ponemos las pilas o vamos por mal camino, en cuanto se solucione el principal problema, que es el de la dichosa pandemia, la carrera va a empezar a más velocidad de la que llevaba antes de la pandemia. En la actualidad estoy ejerciendo como vicepresidente en el sector de los plásticos en Europa y también como directivo en la asociación de reciclaje europea, y por supuesto que una de nuestras labores más importantes es poder conseguir esos fondos que apoyen a este sector del reciclaje, que es el eslabón crítico. Y por otro lado, que cada país miembro utilice dichos fondos debidamente para empujar y apoyar a este sector.

A nivel individual, ¿qué gestos cotidianos podemos llevar a cabo para ser parte de la solución al problema?

-Ya los hacemos. Siempre digo que si a mi bisabuela le diéramos cinco cubos de basura en la cocina igual nos daba con los cubos en la cabeza, pero ahora mismo es una práctica normal.

Me comenta que los índices de concienciación son altos, pero, ¿es necesario reforzar la educación ambiental entre los más jóvenes?

-Siempre he defendido que debería ser una de las asignaturas de las escuelas, porque estamos intentando educar a la gente para que recicle, para que no consuma excesivamente, para que se lleve a cabo toda esta transición hacia la economía circular. Entiendo que además de ser bonito, porque los críos en cuanto les explicas se interesan en qué se hace con estos productos, sería de mucho interés para los chavales. Cambiar los hábitos de consumo cuesta más porque además son muy diferentes en cada parte del mundo, de forma que es difícil dictar normas que sirvan para la generalidad. Pero no vamos a tener más remedio que aplicarlo.

El Gobierno Vasco anunció la pasada semana que va a grabar el vertido para favorecer el reciclaje. ¿Es este el camino?

-Los vertederos van a tener que seguir existiendo porque hay productos irreciclables cuyo diseño no estaba pensado para reciclarse. Pero lo que reciclamos hoy, en muchos casos no era reciclable hace 15 o 20 años. Tenemos que olvidarnos de la palabra vertedero y empezar a pensar en que los sitios tienen que ser depósitos clasificados de materiales que hoy no tienen solución para su posible reciclaje en el futuro. La tecnología está avanzando día a día y tenemos que tener la posibilidad de con estas nuevas técnicas, ser capaces de reciclar esos materiales. Y eso quiere decir organizar los depósitos en almacenes de productos para que en su día sean reciclables. Hay que legislar para que la gente no tenga ese vicio de verter, pero tenemos que usar políticas conjuntas para ser también competitivos.

Como experto, ¿es optimista con respecto al futuro?

-Yo sí lo soy porque, entre otras cosas, estamos obligados y no podemos perder de vista que ahora mismo oímos noticias como la de la nevada de Madrid o las placas de hielo que se están despegando del ártico y que está generando problemas... Todos esos problemas son reales y están pasando día a día, y creo que ahora mismo la concienciación que tiene la ciudadanía es muy importante.

"Gipuzkoa está a un nivel de reciclaje que no tiene nada que envidiar a las potencias europeas"

"Tenemos que olvidarnos del vertedero y pensar en depósitos clasificados que hoy no tienen solución para su reciclaje futuro"