las rebajas ya no son lo que eran desde que se abrió el abanico y a lo largo del año, con un nombre u otro, se suceden las promociones o los descuentos. Pero este año las cosas se complican, tras largos meses de malas ventas e incluso cierres para el pequeño comercio tras la irrupción del covid. Los comerciantes valoran de forma diferente unas rebajas que se adelantan cada vez más.

Julen Maiz, Presidente de GMF: "No hay efecto llamada"

Julen Maiz, presidente de Gipuzkoa Merkatariak-Federación, habla de "rebajas desnaturalizadas". "Desde que se liberalizaron, se desvirtuaron y hay comercios que llevan ya muchos días con sus rebajas", explica.

"El efecto llamada se perdió hace tiempo y este año va a estar marcada por las medidas que vaya a adoptar el LABI el lunes", apunta Maiz. "Estamos inmersos en una situación de incertidumbre a la espera de que se den nuevos confinamientos municipales o se limite la movilidad entre municipios y provincias, lo que haría que disminuyeran más las ventas", añade.

"La irrupción de la venta online durante el confinamiento, que ha cambiado los hábitos de compra de muchos clientes, ha hecho que se adelanten las compras especiales, y el dinero que podría estar destinado a las rebajas, se ha destinado a otro tipo de compras", subraya Maiz, que constata que "el índice de confianza del consumidor está por los suelos".

Pese a todo, considera que las rebajas pueden tener su importancia para recuperar "parte de las pérdidas de este año", más después de una campaña de Navidad "muy light por el incremento de la venta online y porque "muchos clientes han adelantado sus compras para evitar aglomeraciones". Otro factor que ha influido es el adelanto del cierre de los comercios a las 18.00 horas los días clave, "limitando las compras de última hora". "Ha sido un año muy complicado y es difícil saber si se podían haber hecho las cosas mejor", abunda.

Ainara Bandrés, Propietaria de Anitz: "Se han ido de madre"

Ainara Bandrés, titular de los comercios de complementos Anitz, con sedes en Beasain y Tolosa, no es una defensora de las rebajas tan tempranas, "cuando el invierno empieza realmente aquí". "Las rebajas se fueron de madre ya hace muchos años. Cuando yo empecé, hace 22 años, las rebajas daban comienzo en febrero y ahora el 7 de enero", constata. "Las rebajas tienen su sentido si cuando se acaba una campaña antes de retirar el producto se rebaja, aunque siempre se pierda dinero", apunta Bandrés.

"Yo intento aguantar hasta dentro de una semana o dos porque, si pongo las rebajas ya y la clienta tiene que hacer un cambio no ve producto, y esto es un pequeño comercio, no una gran cadena", reflexiona.

"Este año está siendo muy duro. En la tienda de Tolosa en la campaña de Navidad se ha podido vender algo más, parecido al año pasado, pero en Beasain se ha bajado mucho, porque los bares están cerrados y el pueblo está muy triste. La gente no tenía alicientes y se iba a otros pueblos", subraya Bandrés, que no cree que las rebajas vayan a mejorar esta tendencia por sí solas. "Hay una recesión y esperemos que le siga una reactivación. Hay que ser pacientes y apretarse el cinturón", añade.

Si en algo hay coincidencia entre las comerciantes consultadas es en la influencia que para la animación de las compras y de la vida de un municipio en general tiene el hecho de que la hostelería haya estado cerrada e, incluso, que tenga los horarios limitados.

Mónica Ochotorena, Propietaria de M8T: "Hay que aligerar peso"

Mónica Ochotorena, propietaria de M8T Moda y Decoración del centro de Donostia, no tiene muy claro qué va a pasar con estas rebajas, ni tan siquiera cómo le están yendo las cosas al comercio en general. "Hay quien te reconoce que va mal y otros, no sé si dicen la verdad o no, aseguran que la venta online les está funcionando muy bien Si alguien se levanta tras haber vendido por la noche 1.000 euros online, me quito el sombrero, pero no sé si me lo creo", destaca.

Ochotorena ha empezado las rebajas fuerte, con "hasta un 70%" de descuentos. "Es la cara amable de no haber vendido lo que se tenía que haber vendido. Ya no se trata de fustigarnos por lo que no se puede cambiar, sino de aligerar peso para seguir navegando hacia la siguiente campaña, aunque no sea plato de buen gusto", señala esta optimista comerciante donostiarra.

La campaña de Navidad no ha sido buena, la venta online ha dejado al pequeño comercio "con las migajas". Además, aunque considera interesantes las ayudas en forma de Bono Dendak, Ochotorena es crítica con la forma en la que han funcionado, ya que se agotaron demasiado pronto, cuando se habían anunciado para toda la campaña.

"Las rebajas este año serán de una semana de ventas con el dinero de Reyes y después a tirar los precios", vaticina Ochotorena, que pone el foco en el vínculo existente entre la hostelería y el comercio. "Si no es por comida, la gente no va de compras por necesidad, va de compras por ocio, por darse un capricho. Nosotras tenemos mucha clientela de la provincia que viene a comprar y comer en un restaurante. Hace el plan completo, incluso a veces vienen de fin de semana y se alojan en un hotel. Haber tenido la hostelería cerrada ha hecho polvo al comercio. Primero a ellos, no cabe duda, pero nosotros hemos ido detrás porque no había nadie en la calle", destaca.

La influencia es tal que en M8T se ha reducido la jornada laboral en parte "por seguridad", para poder hacer turnos y no coincidir toda la plantilla, y en parte también porque al cerrar la hostelería las calles estaban vacías. "Se lo dije a compañeros hosteleros: resistir ha sido muchísimo más duro sin vosotros", recuerda.

Sin turismo, que es una parte fundamental de las ventas de M8T, más del 40% según su propietaria, y con la amenaza de que puedan aumentar las restricciones de movilidad entre municipios, la incertidumbre es la tónica en el sector. "En la larga temporada en la que no ha podido venir la gente del resto del territorio, para nosotros una clientela fundamental, solo teníamos a las clientas de Donostia y no salían porque los bares estaban cerrados".

Aunque no confía en que la venta online vaya a ser la panacea, cree que lo tiene que intentar y en ello está Ochotorena, a punto de arrancar con esta oferta, con precios de rebajas. Pese a su positividad, Ochotorena ha observado con tristeza que no ha podido desarrollar más que una pequeña parte del proyecto social que había diseñado, que incluía la realización de talleres y charlas en su elegante local. "La parte social iba a ser nuestro diferencial y no la hemos podido activar", lamenta. "Hay que amoldarse a las nuevas situaciones cada día y quien tenga la capacidad de adaptación y el colchón económico suficiente, será quien aguante", concluye.

Elene Berreteaga, Asociación Bareak: "La moral esta muy baja"

Elene Berreteaga, de la Asociación de Comerciantes Bareak de Beasain, se hace portavoz de unos comercios que "han notado mucho bajón" en la campaña de Navidad, sobre todo en su recta final.

"Las rebajas no van a salvar la temporada", constata Berreteaga. "La perspectiva no es buena, el comercio está con la moral muy baja", añade.

"Los Bono Dendak han ayudado a algunos comercios a salvar el mes de noviembre pero diciembre ha sido muy duro porque se han hecho muy pocos regalos. El pueblo, con los bares cerrados, está desierto también los fines de semana y por las tardes. Tanto es así que algunos comercios han adelantado su horario de cierre", apunta.

KArmele Zabaleta, Propietaria de Koket: "Hacen un gran daño"

Karmele Zabaleta es la propietaria de un comercio de moda ubicado en Azpeitia, Koket. Zabaleta tampoco es defensora de unas rebajas "desvirtuadas". El cambio del marco legal que liberalizaba estas rebajas, apunta, "hizo un daño impresionante al comercio local". En un año como este "la facturación no se puede recuperar y hay menos motivos que nunca para hacer las rebajas", pese a lo que se mantendrán para poder sacar "lo que no se ha vendido en la campaña".

"Lo que está pasando no es viable para el pequeño comercio. El consumo ha ido a menos, porque el consumidor no sale y muchos han tenido que adelantar las rebajas", destaca.

Zabaleta agradece incitativas como los Bono Dendak, pero critica también que se agotaran en "quince días" y reclama a las administraciones que se escuche al sector a la hora de tomar decisiones.

Calles con los bares cerrados destrozan la hostelería, algo que influye "en gran manera" en un comercio que ya vive la situación con cierto agotamiento. "Toda la gente está cansada, está siendo muy largo, pero para los que tenemos un negocio resulta muy duro no saber qué nos deparará el día siguiente", afirma Zabaleta, que aprovecha para hacer un "llamamiento a las instituciones para que, si verdaderamente apuestan por el comercio local, vuelvan a cambiar la Ley de Rebajas y se limiten a dos al año. Que demuestren su apoyo con hechos, no con palabras", concluye. "Lo que está ocurriendo beneficia solo a los grandes", lamenta.

Zabaleta, además, reclama que se analice la situación del comercio con una visión más amplia, considerando entre otros aspectos temas como los alquileres. "Quizá las administraciones antes de decidir cómo gastar el presupuesto destinado al comercio local deberían de consultarlo con nosotros para que el sector pueda seguir vivo, y antes de que sea muy tarde para actuar", apostilla.

Ixiar Prieto, Propietaria de Zugasti Jantziak: "Seguimos a la espera"

Ixiar Prieto abrió ayer la persiana de su comercio Zugasti Jantziak, en el donostiarra barrio de Altza, para dar comienzo a las rebajas que espera que "sean fuertes dentro de lo que cabe, porque el año ha sido catastrófico y más con el cierre de la hostelería". La clausura más temprano de los establecimientos hosteleros ha hecho que Zugasti Jantziak modificara a su vez su horario de atención al público, cerrando antes a la tarde y abriendo al mediodía.

"La primera mañana ha sido interesante, ha habido movimiento aunque se repite la historia de otros años, que para Reyes se compran detalles y la prenda cara se deja para rebajas", constata Prieto que, más allá de denunciar que las rebajas tal y como están establecidas benefician más a las grandes marcas, afirma que el pequeño comercio se hace daño a sí mismo. "La palabra rebajas no se puede usar fuera de campaña pero se hacen promociones y ofertas. Se sigue la estela de los grandes. Habría que volver a las fechas de rebajas concretas", abunda Prieto, cuya madre puso en marcha el negocio hace 50 años, cuando "no se rebajaba ni una prenda antes de Reyes y la gente no protestaba".

"Desde el confinamiento se trabaja más por la mañana que por la tarde. Han cambiado los hábitos de compra", concluye Prieto, que también ha vivido una campaña de Navidad muy floja. "Las limitaciones en las reuniones familiares también nos ha afectado. Si no vas a comer a casa de la familia el día de Reyes, no llevas ese detallito de regalo y se nota", incide Prieto, que sigue a la espera de "cómo va a ir el tema de bodas y comuniones este año, que para nosotros es muy importante. No se sabe cómo se podrán hacer, porque no es lo mismo una boda de 20 que de 200. La gente no se viste igual".