- Esta entrevista está centrada en los transportes, la nueva área que ha asumido Iñaki Arriola en el recién estrenado Ejecutivo de Urkullu. Una materia que ya conoce de su anterior etapa con Patxi López y a la que llega con la intención de culminar varios proyectos, ya muy maduros en la anterior legislatura, así como lanzar otros que ya tocan.

¿Cambiará mucho la política de Transportes en esta legislatura?

—Las infraestructuras del transporte requieren mucho tiempo para su desarrollo. En cuatro años la capacidad de actuación es limitada en proyectos que ya tiene el departamento aprobados hace tiempo y que, en la medida de las capacidades inversoras de cada año, van avanzando. Sí queremos darle un arreón a las infraestructuras de transporte más necesarias, el TAV, las cercanías de Euskotren, Metro Bilbao y el tranvía, además de la Variante Sur Ferroviaria.

Su primer acto como sailburu fue una reunión con el ministro Abalos. ¿Dos socialistas pueden marcar la diferencia en el proyecto del TAV?

—El tren de alta velocidad es un proyecto que lleva muchos años y del que queda mucho por hacer. Quiero tener una visión completa de la situación. Por eso hemos constituido un equipo de trabajo con el ministerio y Adif en el que definir lo que resta por acometer. Detallar los tiempos para concluir los estudios informativos, redactar los proyectos constructivos y luego poder desarrollar las obras. Tendremos el puzzle de lo que supone concluir el TAV.

¿Cuando concluirá ese informe?

—Para principios del próximo año. Con las cosas claras, vamos a plantear unos plazos sensatos para culminar el TAV en función de las posibilidades reales que nos marcan la tramitación previa y las propias obras. Un horizonte de tiempo en el que se puedan acometer las cosas.

Vamos, ni hablar de llegar en 2024.

—Evidentemente. Se ha especulado mucho con los tiempos. Para saber las posibilidades reales, este informe en redaccion es muy necesario. No solo hay que tener recursos económicos sino ser capaces de ejecutar los trabajos y tener capacidad de gestión.

En el ramal guipuzcoano que ejecuta ETS está casi todo terminado, resta la estación de Donostia y el tramo Astigarraga-Irun-Lezo.

—Y esperamos finalizar toda la encomienda en esta legislatura. La obra civil de la estación, seguro. El tramo de Astigarraga todavía está por definir dónde pinchar con Francia y eso puede retrasarlo algo.

¿Puede ejecutar el Gobierno Vasco, por encomienda también, las estaciones del TAV de Bilbao y Gasteiz?

—Trabajamos con el ministerio en el acceso a Bilbao, desde Zaratamo al puente Cantalojas, y el nudo de Arkaute, cerca de Gasteiz. Ambos están en fase de estudio informativo que podrán estar finalizados para verano del 2021, el primero, y verano de 2022, el segundo, incluyendo en ambos el Declaración de Impacto Ambiental. A partir de ahí, queremos acometer la obra civil vía encomienda y minoración de cupo.

¿Y las estaciones?

—Lo inmediato es firmar los respectivos convenios de financiación entre las instituciones.

¿Hay algún avance?

—Con respecto a la estación de Gasteiz, el 50% sería del Gobierno de España y el restante entre el Gobierno vasco y las instituciones alavesas. Y en Abando igual, pero está por determinar si el 25% lo asume solo el Ayuntamiento o entra la Diputación, que aún no se ha pronunciado.

Si no firman ya habrá más demora.

—Uno de nuestros primeros objetivos es cerrar cuanto antes estos convenios, así lo hablé con el ministro y hay que hacerlo con el resto de administraciones implicadas.

Y es mucho dinero a aportar.

—En la estación de Abando, unos 500 millones de euros, y 600 en Gasteiz.

¿La pandemia ha parado las obras del TAV y sus tramitaciones?

—No, siguen adelante tanto desde el ministerio como nosotros.

¿Son suficientes las partidas que va poner Madrid para el TAV en 2021?

—Entiendo que sí, son 270 millones, incluida la encomienda de 58 millones de euros, que se tienen que reflejar en la ejecución de las obras.

¿Trató con el ministro la conexión de la 'Y' con Burgos? Es esencial.

—Evidentemente. Es clave la conexión con Madrid. De hecho en el informe que estamos elaborando también entra el tramo Vitoria-Miranda-Burgos. La 'Y' no se hace solo para conectar las capitales vascas, por eso debemos tener una previsión real de cuándo vamos a poder estar conectados con Madrid.

El próximo presupuesto vasco será más social por la pandemia ¿Afectará a la financiación del TAV?

—En un departamento inversor todo nos parece poco siempre. Nadie discute que hay que priorizar las áreas sociales, pero vamos a tener en 2021 una buena capacidad de endeudamiento y un refuerzo en fondos europeos que permitirán apuntalar proyectos, tanto en el área de vivienda y rehabilitación urbana, como el de movilidad y transporte sostenible. Espero tener capacidad financiera para impulsarlos.

Han pedido más frecuencias en hora punta en el transporte público para evitar aglomeraciones, pero no se pueden dar.

—Sí, ya están en máximos y técnicamente no hay capacidad de poder reforzar. Además, se están tomado medidas de prevención y limpieza, hidrogeles, uso de tarjetas...

Y la clientela está bajando otra vez en esta segunda ola.

—Los aforos se han reducido de forma muy importante en todos los servicios y también en hora punta. Además, la duración de los viajes en cercanías son cortos, y con la renovación frecuente del aire cada cuatro minutos creo que el transporte no es un foco de contagio.

¿Han registrado casos, por ejemplo, en metros de hora punta llenos?

—No, ninguno. Si la gente va con mascarilla, no habla profusamente y no grita, en trayectos cortos se ofrece seguridad. Hay que perseverar en lo que se viene haciendo.

Menos viajeros, menos ingresos. Las arcas públicas van a tener que pagar más déficit del ya habitual.

—Calculamos que este año ese déficit de explotación de los transportes va a rondar los 300 millones, aunque ya antes de la pandemia las aportaciones eran de 270 millones de euros.

¿Pueden enjuagarse esas pérdidas con las ayudas de Bruselas?

—Esas están orientadas a programas e inversiones nuevas. Aquí, las instituciones responsables tendremos que dotar a los operadores de financiación, o incluso habilitar algún instrumento financiero que gestione este aumento tan fuerte de déficit. Todos estamos haciendo cuentas.

¿El miedo al virus penalizará el uso cada vez mayor del transporte que se venía experimentando?

—La bajada de la demanda actual será temporal. En la normalidad normal, el transporte se recuperará en la medida de que podamos ofrecer buenos servicios y frecuencias, fiabilidad, como ocurría anteriormente. Perseveraremos en esa línea.

¿Será una ayuda para revertir el cambio climático que padecemos?

—Y para la sostenibilidad. La apuesta pública por un transporte cada vez más atractivo no tiene retorno. Esto ha sido un bache puntual. Volverá a crecer la demanda.

La Variante Sur Ferroviaria al Puerto de Bilbao es otra encomienda a Lakua. ¿Cómo van los plazos?

—En la primera fase hasta Olabeaga se está tramitando el informe de impacto ambiental y, en paralelo, se ha licitado los proyectos constructivos en cuatro lotes. Ya se han presentado las ofertas y esperamos adjudicar en breve. Tras finalizar esta fase, esperamos que para mediados de 2022 podamos sacar a concurso la construcción del trazado.

¿Se ha elegido la opción para sortear el río Castaños, en Barakaldo?

—Aún no, depende de ese estudio de impacto ambiental, eso nos aclarará la alternativa a tomar.

Vayamos bajo tierra. ¿Ha sido un palo lo ocurrido en las obras del metro de Donostia?

—Las cosas hay que cogerlas como llegan. Había que tomar una decisión cuando entramos y con los técnicos de ETS se decidió que no era posible mantener el contrato por los problemas del terreno encontrados. Antes de final de año esperamos tener el proyecto reformado listo para sacarlo a licitación y en mayo reiniciar los trabajos.

El metro cumple 25 años. Defíname qué ha supuesto su servicio.

—Como pasa el tiempo, ¿verdad? Es un ejemplo claro de cómo un transporte puede convertirse en un eje vertebrador de una ciudad y una parte importante del territorio. Fue una apuesta que tuvo sus detractores...

Nadie veía el metro para viajar por la villa e ir de Abando a Indautxu.

—Pasó lo que ocurre ahora con la variante soterrada de Donostia, hay gente que no ve la dimensión de las cosas. Tiene una versión reducionista de que para ir de aquí a allí, no hace falta, pero son proyectos mucho más ambiciosos y de mayor alcance. El metro de Bilbao fue un gran acierto y hay que reconocer a aquellos pioneros que lo propusieron. ¡Cómo sería ahora la movilidad de Bilbao y su entorno sin metro!

¿Va a seguir ampliándose en la línea 4, a Rekalde, y 5, a Galdakao?

—Ahora se están redactando los estudios informativos para finalizarlos antes de terminar este año. Después compartiremos con la Diputación y los ayuntamientos las propuestas que también deben pasar por aprobar sus informes de impacto ambiental. Los siguientes pasos son encargar los proyectos constructivos y cerrar los convenios de financiación para poder planificar en el tiempo. Aún queda trabajo.

En la línea 5 a Galdakao ¿qué opción va a ser al final la definitiva?

—Depende lo que nos diga el estudio informativo, pero hay que aprovechar los recursos y las redes construidas. Hay que recordar que Metro Bilbao no partió de la nada, ocupó la línea de Euskotren hasta Plentzia.

Salgamos a la superficie. Aún no han empezado las obras del tramo del tranvía entre Atxuri y Bolueta.

—El día 30 se firma el acta de remplanteo para comenzar antes de fin de año. La intención es inaugurar a finales del 2021 o principios de 2022.

¿Y el cierre del anillo tranviario por el centro de Bilbao? Está en vía muerta desde hace muchos años.

—El estudio informativo está avanzado, pero es un proyecto condicionado por las obras de la estación de Abando para el TAV.

¿Se va a esperar a su conclusión?

No, necesariamente. Hay que ver cómo quedan todas las piezas de la mano del Ayuntamiento antes de poder avanzar. El espacio físico es el que es y con eso tenemos que jugar.

¿Están pensando en extender el tranvía hacia Rekalde?

—En la medida que se apuesta por la línea 4, con dos estaciones en Irala y Rekalde, no tiene sentido la ampliación del tranvía. No parece una solución eficiente.

¿Para cuando el billete único que se use en los transportes de Euskadi?

—Vamos a apostar por la interoperabilidad de las tres tarjetas, Bat, Mugi y Barik, y que el viajero no tenga problemas con su uso en cualquier transporte. En eso se ha avanzado mucho.

"Hay gente que tiene una visión reduccionista y cree que para ir de aquí a allí no hace falta metro o Topo"

"Esperamos tener el proyecto reformado del Topo a fin de año y reiniciar en mayo los trabajos"

"En la normalidad normal, los usuarios del transporte se recuperarán si podemos ofrecer buenos servicios"