- Las largas colas en las panaderías, especialmente en las que vendían cafés para llevar, se multiplicaron ayer en Donostia y otras localidades de menor tamaño en las que no se estila tanto. Desde Eibar a Zumarraga y otras localidades las filas se fueron alargando alrededor de las panaderías, algunas de las cuales se quedaron sin barras de pan para el mediodía.

El síndrome del confinamiento se dejaba notar también en las tiendas que tienen cafeterías, unas áreas que quedaron anuladas desde ayer, como lo estuvieron antes, durante el confinamiento. Algunas empleadas, con una sonrisa, atendían a la clientela pero sabían que tenían los días contados antes de pasar al ERTE.

Las pescaderías también fueron un tipo de comercio que ayer vendió con mayor intensidad, según distintos clientes. “He ido a la Bretxa y al final no he comprado nada porque había demasiada gente”, se quejaba Juan. La clientela fue más abundante que el sábado anterior, según señalaron varios comercios.

Y también los supermercados fueron muy visitados. El guardia de seguridad del mercado donostiarra de San Martin preguntaba a cada persona si iba al mercado o al supermercado situado en el sótano. “Está lleno y no podemos dejar bajar a quienes se dirigen a él, solo a los que van arriba, a la zona de puestos”, explicaba a este diario, mientras la cola iba creciendo junto al comercio Zara, con clientela, pero menos que cualquier otro sábado.

Todas las zonas de bares de punta a punta de Gipuzkoa quedaron paralizadas y solo seguían bullendo de actividad los comercios de comida para llevar, como el Baan Thai , de la plaza Easo donostiarra. “No sabemos cómo irá la cosa pero hoy va muy bien”, explicaba el trabajador del único negocio hostelero que podía abrir ayer en su plaza, normalmente atestada de gente en las terrazas.

Los restaurantes chinos también trabajaron de puerta para adentro, ya que es un sector que trabaja mucho con comida a domicilio.

Mientras, las tiendas acusaban la menor presencia de clientes. “La hostelería nos afecta a todos. Si no hay bares abiertos las tienda venden menos”, admitía un comerciante. Y un compañero recalcaba que, sin bares, también se nota la carencia de wáteres. “A veces necesitas ir al baño y te tomas un café; ahora no se puede”, lamentaba. / Foto:

“La hostelería nos afecta

a todos. Si no hay bares abiertos las tiendas venden menos”, señala un comerciante