- Ha sido el verano de las no fiestas, uno de esos nuevos términos acuñados en la pandemia del COVID-19, debido a la imposibilidad de juntarse grandes grupos de personas para celebraciones. Un verano, en términos festivos, al que de alguna manera se puso el punto final ayer con una celebración en petit comité del Kilometroak, que suele juntar por estas fechas a miles de personas y que esta vez se limitó a un acto de carácter institucional.

Una situación que todo apunta a repetirse en los próximos meses. Porque ahora llegan los eventos, celebraciones y fiestas del otoño y el invierno y, teniendo en cuenta la situación sanitaria en Euskadi -y en todo el Estado-, metidos de lleno en la segunda ola de la pandemia, no estarán permitidas las grandes aglomeraciones de personas. Salvo una mejoría radical de la pandemia -algo que desde las instituciones no esperan-, poco tendrán que ver las fiestas y eventos de estos próximos meses con los que vivimos en años anteriores.

Dos eventos deportivos con mucho gancho en Gipuzkoa, la Behobia-San Sebastián y el Maratón de Donostia, que iban a disputarse el 8 y 29 de noviembre, respectivamente, ya han sido oficialmente cancelados. Especialmente significativa es la suspensión de la prueba organizada por el CD Fortuna, en cuya línea de salida se han acumulado en las últimas ediciones más de 30.000 atletas y que atrae a miles de personas de fuera de Gipuzkoa, con el consiguiente beneficio económico para la hostelería y el turismo, que son ahora dos de los sectores más perjudicados por la aparición del coronavirus.

Otro de los eventos más importantes de cada año, las comparsas de Carnaval, tampoco se celebrarán en 2021, pese a que todavía quedan más de cuatro meses para mediados de febrero, que es la fecha en la que iban a tener lugar. El motivo de que Donostiako Festak lo haya avisado con tanta antelación es que las comparsas suelen comenzar los ensayos por estas fechas y en esta ocasión no pueden hacerlo. En cualquier caso, esto no significa que se suspenda todo el Carnaval, ya que, según explicó Festak, podrían salvarse algunas actividades. Ahí se podrían incluir los caldereros, que al no tener tanta elaboración previa no han sido cancelados pero que en principio tampoco se celebrarán. Al menos no de la forma habitual.

El mismo camino que el Carnaval lo seguirá, seguramente, la Tamborrada, pese a que todavía no hay un anuncio oficial al respecto. El Ayuntamiento de Donostia inició esta pasada semana una ronda de reuniones con las entidades implicadas en la fiesta. El problema es el mismo que con el Carnaval: no se puede ensayar al no estar permitidas las reuniones de más de diez personas y los desfiles del 20 de enero son inviables en plena pandemia. El Consistorio donostiarra anunciará a lo largo de este mes la decisión definitiva al respecto, al igual que el de Azpeitia, la otra localidad guipuzcoana que celebra la Tamborrada.

Más celebraciones durante los próximos meses están también en vilo. En los últimos días del año suelen congregar a muchas personas la feria de Santa Lucía, el día de Santo Tomás o la feria Gabon Zahar de Elgoibar, que este próximo mes de diciembre tendrán que festejarse sin aglomeraciones, así que habrá que ver qué deciden al respecto los distintos ayuntamientos guipuzcoanos. También el desfile de Olentzero está en el aire, así como la disputa de las clásicas carreras del último día de diciembre, las San Silvestres.

Al igual que Olentzero, resulta difícil imaginar ahora mismo que la próxima cabalgata de Reyes sea como la de años anteriores, con todos los niños y niñas viendo el desfile. Los Reyes llegarán con regalos, como siempre, pero se evitarán aglomeraciones de personas, así que el desfile no será posible. Eso sí, al igual que sucede con la Tamborrada, aún no se ha comunicado nada de forma oficial. Será una Navidad, en general, distinta porque la prohibición de reunirse más de diez personas hace imposible esas comidas y cenas de familias numerosas en restaurantes. Otra cosa es lo que suceda en cada casa, aunque Sanidad insiste en que también se deben evitar reuniones numerosas en los hogares. Los cotillones tampoco podrán festejarse, ni la celebración del Año Nuevo en los bares durante las primeras horas del 1 de enero.

Después de Navidad llegan el Astotxo Eguna de Lazkao (10 de enero) o la víspera de Santa Ageda (4 de febrero), otras dos jornadas señaladas en el calendario que también verán limitada su actividad. También la temporada de sidrerías estará marcada por la pandemia. Además del acto de apertura del txotx (15 de enero), que tendrá que ser menos multitudinario, la propia temporada en las sidrerías tendrá que convivir con las limitaciones de aforo después de que la de este año se viera abruptamente interrumpida por el confinamiento.

La Behobia-San Sebastián y el Maratón de Donostia, dos clásicas citas atléticas de cada otoño, no se disputarán este año

Será difícil que se celebre la Tamborrada, al igual que Olentzero y la cabalgata de Reyes, o los festejos de Santo Tomás o Santa Lucía