- Aunque a veces se les identifique solo como personal de quirófano, los y las anestesistas son imprescindibles para aplicar técnicas especiales y de reanimación, definitivas para la recuperación de pacientes muy graves de COVID. Tratan a enfermos muy complejos que necesitan terapias de soporte muy importantes. "La sociedad no asume que una UCI es también una unidad de reanimación y que los anestesistas ejercen ahí una función decisiva", asegura María Hernández, desde el servicio de Anestesiología y Reanimación de Cruces.

Ustedes se enfrentaron al principio a una enfermedad absolutamente desconocida. Era una incógnita absoluta.

-La información que disponíamos de los casos era muy escasa. Y necesitábamos urgentemente tener conocimiento de la enfermedad; a quién afectaba de forma más grave, cómo se comportaba, qué características comunes tenían los pacientes con mala evolución y sobre todo quién se moría, por qué y si algún tratamiento podía ser eficaz.

Y entonces se les ocurre la idea de crear un registro del virus que arroje un poco de luz.

-Sí, el registro Reg COVID-19 nace a mediados de marzo después de la declaración de pandemia. Desde nuestra unidad en Cruces surge la idea de elaborar un registro porque vemos que necesitamos conocimiento, y compartirlo. Con 54 pacientes con neumonía grave por COVID, que tuvimos nosotros, no te da para mucha evidencia, pero con 1.000 (de los que tenemos actualmente registros), la estadística es más relevante.

¿Qué recoge este censo?

-Es muy completoporque tenemos todas las constantes de los pacientes, los tratamientos, por ejemplo con corticoides, y el tema de los respiradores sobre los que tampoco había muchos datos. Estudiamos mucho cómo estábamos ventilando a estos pacientes y su evolución. Los médicos necesitamos herramientas como estas para poder atender a nuestros pacientes, para que no fallezcan y se vayan a casa en las mejores condiciones posibles. Y para eso es necesario compartir recursos y conocimiento.

La herramienta les ha proporcionado pautas para abordar una epidemia de una magnitud insólita.

-A mí, como usuaria, me ha servido mucho para la vigilancia de los pacientes porque cuando tienes semejante catástrofe numérica de pacientes tienes que ampliar mucho el número de camas. Nos hipertrofiamos mucho y la unidad de reanimación creció enormemente.

Les ha servido también para saber qué sucedía en otros hospitales.

-Sí, a veces nos limitamos a atender a nuestros pacientes pero necesitamos saber no solo qué pasa en tu centro si no saber también qué ocurre en el resto de la red hospitalaria. Así puedes comparar y trazar distintas estrategias. Este registro nos permite estar en comunicación con todos los científicos, nos permite actualizar las líneas de investigación, nos refuerza el trabajo en equipo. Se han creado lazos de investigación en toda la geografía desde el Clinic de Barcelona, al Ramón y Cajal, a la Clínica Universitaria de Navarra o la Paz. y así hasta 36 hospitales colaboradores.

Ahora ya son capaces de trazar el retrato robot del paciente tipo con coronavirus.

-Sí, generalmente se ha tratado de varones entre 55 y 65 años, con patologías asociadas, sobre todo hipertensión, diabetes y obesidad. Ese ha sido el perfil. Además a más edad, mayores posibilidades de fallecer.

¿Afecta más a los fumadores?

-No necesariamente. Nosotros no registramos los antecedentes tabáquicos pero hay estudios que lo han constatado como factor de riesgo y otros que no. Es algo bastante inconsistente. Sobre todo lo hemos relacionado con antecedentes de enfermedad vascular más que pulmonar.

Entre la opinión pública trascendió sobre todo la falta de respiradores en las UCI.

-En toda nuestra cohorte de personas atendidas, el 70% de los pacientes requerían ventilación mecánica, es decir un respirador. Generalmente llegan muy graves y hay que resolverlo pronto. Es un problema muy serio porque son muchos pacientes, en situación crítica, y encima tienen una estancia muy prolongada con 17 días de media. Hay pacientes que han llegado a estar más de tres meses en UCI. Pacientes que han superado los cien días de ingreso en estado crítico y eso, para un sistema sanitario, es un impacto brutal. Otro 30% se libran del respirador con otros métodos respiratorios, pero son cuidados que no se pueden ofrecer en planta.

¿Cómo están afrontando la situación actual de la pandemia?

-En marzo cada vez que subía el ascensor lo hacía con un paciente que estaba en un estado realmente terrible. Afortunadamente ahora están llegando de manera espaciada. La situación ya no es tan catastrófica, pero se están dando muchos ingresos, sobre todo en Madrid que es la comunidad que se está viendo más afectada.

"La situación en UCI ya no es tan catastrófica como en la primera ola porque ingresan más espaciadamente"

"36 hospitales estamos compartiendo información para saber más cosas sobre cómo se comporta el virus"