- A Nerea Ormazabal la ilusión de comenzar su primer año de Medicina en Leioa se le ha trastocado un poco por tener que estar confinada en el Colegio Mayor de Deusto.

La aparición de algún caso positivo entre las personas que viven en esta residencia ha hecho que se adopte esta medida preventiva, como en tantos otros lugares y centros educativos.

En el caso de Nerea Ormazabal, tampoco la vocación por la medicina le viene desde niña. “En mi clase siempre ha habido gente que lo tenía muy claro. En mi caso es verdad que siempre me han gustado los contenidos vinculados con el área de la salud, pero no he tenido claro que quería estudiar Medicina hasta primero de Bachiller, cuando fui consciente de que necesitaría nota para entrar en la facultad”.

Ser testigo de esa pelea encarnizada que los profesionales de las distintas áreas sanitarias han mantenido contra el COVID-19 no le hizo cambiar de opinión. Todo lo contrario, incluso le ha reforzado en su decisión.

“He visto la importancia que tienen estos profesionales”, reconoce Ormaetxea, que ante lo que le puede venir no siente temor. “Soy consciente de que la situación a la que se han tenido que enfrentar ha sido muy estresante, sobre todo al principio, con pocos medios. Pero es el trabajo del personal sanitario”, reflexiona.

“No es que ahora haya sido consciente de cuál es su trabajo, ya lo tenía asumido antes”, afirma Ormaetxea, que el viernes tuvo que seguir su exigente programa de clases de forma telemática.

El primer día de clase la lucha contra el COVID fue uno de los temas que se trató en las aulas. “Nos lo planteó uno de los profesores. Nos preguntó si lo que habíamos visto todos estos meses nos había animado o lo contrario. Casi todos opinaron lo mismo, que más o menos sabíamos cuál era el cometido de los médicos y las enfermeras y que estábamos dispuestos a aceptarlo. Muchos tenían claro desde antes que querían ser médicos, pero a otros esta situación sí les ha animado”.

No le gusta hablar de vocación. “No sé muy bien qué es, porque lo que yo creo es que al final quien acaba esta carrera demuestra que tiene ganas de trabajar en esto. No hace falta solo ser buen estudiante, tienes que demostrar un perfil, unas ganas de trabajar. Creo que esto pasa tanto en Medicina como en Enfermería”, añade.

Ha empezado el curso con el pequeño sobresalto en la residencia, aunque en la facultad no ha tenido problemas. “En Medicina las clases magistrales, teóricas, las damos online, por lo que un par de días a la semana es así”, explica Ormazabal que, como muchos otros estudiantes, espera ir avanzando en la carrera para tener clases más específicas, más clínicas.

Las que son de obligada asistencia, como es lógico, son las clases prácticas. “El peso de las prácticas es grande y en estos casos las medidas que se han tomado creo que son las necesarias, con las distancias garantizadas”, subraya Ormazabal.

Las quejas de esta estudiante tienen un claro destinatario: el transporte público. “Si toman todo tipo de medidas en la facultad y los autobuses de Bizkaibus van petados, poca seguridad hay”, critica, una denuncia que ya han formulado otros estudiantes que tienen que desplazarse a Leioa.

“Soy consciente del estrés que ha vivido el personal sanitario, sobre todo al principio”

“No es que ahora haya sido consciente de la importancia de su trabajo, lo sabía antes”

Estudiante de primero de Medicina