La de ayer fue una jornada calurosa, especialmente en la primera mitad del día, cuando la canícula azotó con intensidad. Sobre todo en el interior, donde el calor fue más notorio, mientras que en la costa, la brisa permitió suavizar unas temperaturas que, sin embargo, rozaron los 30 grados. Así, mientras en puntos del interior como Arrasate se alcanzaron valores de 32,7 grados, en Donostia la máxima fue de 28. Cientos de personas aprovecharon para disfrutar de las playas, como se ve en la imagen.