- Murcia y Andalucía acaban de imponer el uso obligatorio de la mascarilla aunque se cumpla la distancia de seguridad. Estas comunidades se suman así a las de Cataluña, Baleares, Extremadura, Aragón, La Rioja y Asturias, y previsiblemente Cantabria, que lo regulará de forma inminente. Nafarroa podría ser la siguiente en la lista ya que tratará mañana esta misma propuesta. Pero, ¿sirven de algo estos protectores si se usan mal? ¿Se respetan las cuatro horas de la vida útil de una mascarilla quirúrgica de las que se venden en farmacias y supermercados a un máximo de 96 céntimos la unidad? ¿Conocemos el grado real de defensa de las mascarillas caseras? Los expertos advierten de que una mala manipulación de estas protecciones o no guardarlas adecuadamente supone tanto riesgo de contagio como no llevarlas. Porque ni la mejor mascarilla puede prevenir contra el coronavirus si cometemos errores al usarla. Y es que, tal y como explican desde el Consejo de Farmacéuticos, "usar mal las mascarillas aumenta el riesgo de contagio de COVID-19, pues su superficie externa se considera un vehículo de transmisión del virus". Asimismo recuerdan que la gracia no es llevarlas encima, sino llevarlas bien puestas. De hecho, reducen al 1% la probabilidad de contagio entre dos personas con mascarillas.

Por ello, Sanidad aconseja que es preferible mantenerlas colocadas todo el tiempo ya que es lo único que asegura los poderes de filtración. No obstante, la nueva normalidad invita a una versión libre del uso de las estos protectores desde fumar, tomar una copas y olvidarse de volver a colocárselos o pasear con ellos colgados de cualquier sitio.

Sin embargo, la advertencia de los expertos es rotunda: nunca se debe llevar colocada ni en la frente ni en la barbilla ya que la parte interna puede acabar impregnada de partículas, y no solo del portador, sino de también de otras personas con las que se haya interactuado. De hecho, las autoridades sanitarias destacan que la mascarilla es de los instrumentos más eficaces para evitar la transmisión del virus y llaman a "adoptar el ejercicio más importante que cualquier obligación, la corresponsabilidad".

Porque aunque muchos de los errores que comete la ciudadanía son inconscientes, hay otras actuaciones deliberadas como ponérselas sin cubrir la nariz o colocárselas sin lavarse las manos. El calor acentúa las molestias que provoca esta prenda e infinidad de imágenes nos muestran personas que las llevan enganchadas en sus muñecas, las guardan de cualquier manera en el bolsillo o las dejan sobre la mesa del bar, para volver a cubrirse con ellas al terminar su consumición.

También están los que hacen trampas y se la ponen de forma incorrecta para coger aire. Otros se la quitan a la menor oportunidad y aparecen colgadas del codo o a modo de brazalete. Además estar toqueteándolas permanentemente tampoco ayuda a una protección adecuada contra el virus y contribuye a su mal uso.

En la retirada también se cometen pecados. Por eso hay que quitarla por la parte de atrás, sin tocar la parte frontal y tocando solo las bandas elásticas. También es frecuente tirarla de manera imprudente, olvidando que es imprescindible desecharla en un cubo cerrado y lavarse posteriormente las manos con agua y jabón.

Sanidad recuerda asimismo la forma correcta de almacenarlas para evitar que se contaminen con algún tipo de patógeno. En un vídeo divulgativo indica que el mejor lugar para guardarlas es "en un sobre, o en una bolsa de papel o de tela limpios". "Lo ideal es que estén en un recipiente ventilado, siempre en la misma posición, evitando el contacto con cualquier superficie", puntualizan.

Al volverlas a utilizar, al igual que en el caso de su retirado, se deben coger "tocando las cintas únicamente" y colocarlas "asegurando que cubra bien nariz, boca y barbilla". Por último, ya en casa, se debe "lavar la bolsa de tela si la mascarilla es reutilizable". En el caso de este tipo de tapabocas de varios usos, cada fabricante explica las instrucciones de lavado ya que usar un método distinto al recomendado puede deteriorar el producto y, por lo tanto, perder su efectividad.

Mortalidad

Las regiones que han decidido que la mascarilla sea obligatoria argumentan que en aquellos países donde se ha adoptado esta medida, las tasas de mortalidad son 100 veces inferiores a lo que se esperaba, como sucede en Tailandia, Vietnam, Japón y Eslovaquia.

Exenciones

No es obligatoria la mascarilla cuando se estén consumiendo alimentos y bebidas. Tampoco hará falta usar la mascarilla en la práctica de actividad física, actividad acuática o al utilizar instrumentos musicales de viento; en el trabajo, siempre que sea posible mantener el metro y medio de distancia entre empleados; ni en espacios de naturaleza y aire libre fuera de núcleos de población, en playas, paseos marítimos y piscinas.

Menores

Las comunidades exceptúan su uso a menores de 6 años. También en actividades de ocio infantil y juvenil, siempre que se produzcan con su grupo habitual de convivencia. Excluyen a las personas afectadas por una enfermedad respiratoria, la cual se pueda ver agravada por su uso, dependientes o con alteración de conducta o casos supuestos de fuerza mayor para utilizarla, como, por ejemplo, fumar.

100 euros

El incumplimiento de no llevar mascarilla en aquellas regiones donde es obligatoria, puede ser sancionado de conformidad con la normativa en materia de salud pública y la multa puede alcanzar los 100 euros.