- Con gran emoción, los tripulantes del Aita Mari desembarcaron ayer en el puerto de Pasaia tras 49 días bloqueados en Palermo y con la autorización de poder navegar únicamente hasta tierras guipuzcoanas. Las autoridades italianas exigen al barco de rescate unas condiciones técnicas "que no se ajustan" al tipo de navío que es para poder volver a aguas del Mediterráneo, por lo que la ONG Salvamento Marítimo Humanitario (SMH) iniciará en los próximos días "una vía política" para que el Gobierno español interceda "y defienda lo que es suyo".

"Solo ha cambiado la localización, seguimos bloqueados". El vicepresidente de SMH, Iñigo Gutiérrez, explicó a este periódico la situación actual del barco, similar a la que tenían en Italia y que les impide continuar con su labor de rescate como la que llevaron a cabo el pasado 13 de abril cuando salvaron a 44 personas en alta mar. "No podemos hacer nada. Para las autoridades italianas es más seguro que estas personas estén en un bote que en nuestro barco", cuenta.

Hace casi dos meses, las autoridades porturias de Italia exigieron al barco que atracase para una desinfección. "Lo que pasa es que nos encontramos con una inspección ilegal de la que nos exigieron requisitos que no se corresponden con el tipo de barco que es el Aita Mari", explicó Gutiérrez, detallando que el expediente exigido se corresponde a un navío de 500 GT (el volumen de todo el barco) cuando este es de 180 GT: "Es como si vas con tu coche por la carretera, te para la policía y te dice que necesitas una inspección de fórmula 1".

Según indicó el vicepresidente de la ONG, el Aita Mari incluso llegó a salir del puerto de Pasaia "con certificados superiores a los que nos correspondían", por lo que la exigencia del Gobierno italiano "no tiene sentido" y todo se debe a una estrategia para evitar "que estemos operando allí". De hecho, en los últimos días, otro barco de rescate, el Alan Kurdi, también fue llamado a una desinfección y se encontró con la misma inspección. "Hasta han publicado el mismo documento que sacaron con nosotros simplemente cambiando el nombre del barco", añade.

Las trabas con el barco guipuzcoano van más allá, porque, tal y como denunció la ONG, ellos mismos se han tenido que hacer cargo de los costes de los propios inspectores además de "unas tasas portuarias excesivas con las que obligarnos a salir".

En esta situación, SMH ha puesto en marcha dos vertientes. Por un lado, intentarán subsanar "como podamos" los requisitos que piden las autoridades italianas -"aunque da igual con lo que vayamos que seguro que encuentran cualquier otra cosa"- y, por otro, iniciarán una vía política con el objetivo de buscar la implicación del Gobierno español.

"Durante nuestro bloqueo en Palermo, no dio señales de vida. Al impedirnos navegar están atacando a su soberanía nacional y parece que no les importa. Nosotros salimos de Pasaia con todos los documentos y requisitos en regla", recuerda Gutiérrez.

Por lo tanto, en los próximos días la ONG "entablará diálogos con todos los partidos políticos" para tratar de desbloquear esta situación.