Todo ocurrió muy rápido. “El maquinista ha bajado del tren, se ha puesto un chaleco amarillo y con una mascarilla y un extintor ha controlado el fuego enseguida”. Los vecinos de la calle Trenbide de Beasain escucharon ayer a las 11.04 una “pequeña explosión” frente a sus hogares, y se encontraron a un tren de cercanías que cubría el trayecto Brinkola-Irun echando un “humo blanco” desde la parte inferior de la cola del vehículo, y luego las llamas que pudo controlar el maquinista hasta que llegaron los bomberos. El accidente, provocado por un recalentamiento del freno, no causó heridos y los siete ocupantes del tren pudieron caminar hasta la estación de Beasain, situada a menos de 300 metros del lugar de los hechos.