donostia - El Gobierno Vasco continúa en la búsqueda de un destino para las 500.000 toneladas de residuos que cada año iban a parar al vertedero de Zaldibar y que ahora, tras el colapso del mismo, han quedado sin una instalación que los albergue. Desde hace dos semanas, el Departamento vasco de Medio Ambiente se afana por encontrar una solución a esta crisis. El pasado día 10, solicitó al resto de vertederos de titularidad pública su "colaboración activa" para dar respuesta a los residuos no peligrosos por las empresas que eran clientes de Verter Recycling, gestor del accidentado vertedero de Zaldibar.

Tras varias reuniones técnicas, el Departamento de Medio Ambiente informó ayer de que tanto la Diputación Foral de Bizkaia-Garbiker (titular de las instalaciones de Jata-Lemoiz y Artigas), como los vertederos Epele (Mancomunidad de Debagoiena) y de Gardelegi (Ayuntamiento de Vitoria) han mostrado su disposición a colaborar para aliviar la situación extrema de logística de la gestión de residuos industriales producida.

Según esta información, realizando distintas adaptaciones, habría capacidad para acoger, "a corto o medio plazo": 550.000 toneladas en Jata-Lemoiz y Artigas, y 350.000 toneladas en Epele. Asimismo, Gardelegi dispondría de un millón de metros cúbicos de espacio disponibles.

En su resolución firmada ayer, la Viceconsejería de Medio Ambiente agradeció "la colaboración ofertada", así como el "esfuerzo realizado" por estas instituciones. No obstante, teniendo en cuenta las necesidades urgentes, les requirió a que en el plazo de dos días remitan un "compromiso fehaciente", suscrito por el órgano competente, que precise su compromiso, detallando la capacidad de sus vasos de vertido para la recepción inmediata de vertidos, la capacidad a corto y medio plazo, el tiempo necesario para acometer las obras que se precisen, y el flujo habitual de residuos que vienen recibiendo.

no a corto plazo Sin embargo, desde la Mancomunidad de Debagoiena matizaron esta información. Según su presidenta, Maite Anton, los datos dados a conocer ayer fueron compartidos la pasada semana con el Gobierno Vasco, con quienes diferentes responsables de vertederos públicos de Euskadi mantuvieron una reunión técnica. Se trata de una información "publica" pero que no varía la voluntad de Debagoiena, que es, tal y como lo expresó la pasada semana, mantener Epele "cerrado".

"De momento, al menos a corto plazo, el vertedero no se va a abrir", aseguró a este periódico Anton, quien precisó que, simplemente, "no se puede". Y es que en caso de que se quiera dar un nuevo uso a Epele, sería necesario acometer una importante obra civil en el vertedero, que retrasaría su apertura, "como mínimo nueve meses", explicó la presidenta de Debagoiena, quien, prosiguió: "El vertedero dispone de cinco celdas de las cuales dos están llenas ya. Para poder abrir la tercera, se necesita una obra civil que requiere de unos trámites, de una licitación, de un proceso que nos puede llevar, al menos, nueve meses".

Sin embargo, los planes de la mancomunidad en torno al vertedero no han cambiado, al menos de momento. "La decisión de reabrir el vertedero la deberán tomar los ayuntamientos de la comarca y la mancomunidad, y en este sentido, nuestra intención no ha cambiado y no hay ninguna voluntad de ponerlo en marcha de nuevo".

Tal y como recordó, el vertedero de Epele fue construido con la vocación de dar una respuesta al tejido industrial de la comarca, "no para dar servicio a toda Euskadi". Se trata de una instalación que se clausuró en 2018 y la Mancomunidad de Debagoiena pretende que así siga estando.

Ejecución forzosa Por su parte, el Gobierno Vasco recordó a los vertederos púbicos y privados de Euskadi que la Administración ambiental "podrá tomar, mediante resolución motivada, las medidas de urgencia que sean precisas para que dichas infraestructuras reciban los mencionados residuos en caso de que fuese necesario -ejecución forzosa-".

Asimismo, precisó que los residuos trasladados a esos vertederos son "única y exclusivamente los residuos no peligrosos que empresas y gestores venían depositando en Zaldibar", y que ya no pueden hacerlo al haber quedado inutilizadas las instalaciones por el deslizamiento del día 6.

Además, aseguró que estos residuos se depositarán "atendiendo a la autorización ambiental de que disponen dichos vertederos y a su plan de explotación aprobado. Es decir, el tipo de residuos que reciben todos los días o para los que están autorizados".

En este sentido, cabe destacar que la pasada semana, la Diputación de Gipuzkoa se comprometió a hacerse cargo en sus instalaciones de los residuos industriales asemejables a los urbanos que gestionan las ocho mancomunidades del territorio. Por el momento, se está llevando a cabo un diagnóstico para conocer de el volumen y la tipología estos residuos y pronto se realizará un plan de acción para tratar los mismos.

La voluntad de la Diputación es que estos residuos sean tratados en la planta de reciclado de envases de Legazpi, la planta de compostaje de Epele en Bergara y las insfraestructuras del Complejo Medioambiental de Gipuzkoa, en Zubieta.