Barcelona - La borrasca Gloria, que se despide tras causar al menos nueve fallecimientos desde el pasado fin de semana, golpeó con extrema dureza para ser uno de los temporales más importantes de la historia reciente, lo que ha provocado que kilómetros de playas y unas 3.000 hectáreas de arrozales en el Delta del Ebro fueran engullidas por el mar que penetró hasta tres kilómetros tierra adentro. La subida del nivel del mar provocó que casi la totalidad de las playas del delta estuvieran ayer bajo el mar, así como la mayoría de los arrozales colindantes. La situación es especialmente grave en la zona de la Playa de la Marquesa que sufre problemas de regresión histórica y donde los arrozales están situados justo por detrás de un cordón dunar muy débil y sin protección de humedales. Las muscleras de la bahía del Fangar también fueron destruidas por el temporal, que provocó afectaciones muy importantes en otros puntos frágiles, como la isla de Buda, en Sant Jaume d'Enveja, y la barra del Trabucador, en Sant Carles de la Ràpita.

En L'Ampolla también se vivió un importante episodio de inundaciones en el centro del casco urbano, provocado por el agua que bajó de los barrancos, combinada con las olas que sobrepasaban el puerto. El agua que desembocó de los barrancos no encontró salida al mar e inundó decenas de bajos en el centro del pueblo.

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, reconoció, tras visitar algunas de las zonas afectadas, que la situación en la que queda el Delta del Ebro tras el paso de la borrasca Gloria es una "catástrofe natural". - Efe