-Hace tres años, cuando estaba en Barcelona haciendo la tesis doctoral, el director de tesis y yo empezamos este proyecto y luego, cuando vine a Boston a hacer el posdoctorado en la Harvard Medical School, ya seguí este trabajo. En total hemos analizado 271 individuos antiguos, el más reciente, de hace 500 años. Por eso hemos tardado más de tres años. Hemos analizado 8.000 años de historia, con lo cual necesitas tener un número amplio de individuos representativos de diferentes periodos.

¿Han tenido que llamar a muchos museos?

-Sobre todo hemos contactado con arqueólogos, porque hay muestras que las acaban de excavar hace poco y todavía no están depositadas en museos. Pero sí, museos también. De hecho, yo mismo en enero de 2016 fui al Museo de Arqueología de Araba, donde tienen almacenados los restos del yacimiento de La Olla, que está en Laguardia. Fui a muestrear esos individuos. Le tuvimos que pedir permisos al museo y a la Diputación. Por eso hay 111 coautores, porque todos los arqueólogos que han excavado en las muestras que hemos analizado están como coautores en el artículo de la revista Science.

¿Qué es lo que más le ha llamado la atención de su estudio?

-Por ejemplo, hay un individuo en particular, de la Edad del Cobre, del año 2300 antes de Cristo, que de esos siglos igual tenemos más de 100 individuos, que era totalmente distinto al resto. Era básicamente 100% norteafricano, en el medio de la Península Ibérica. ¡En Madrid! Lo primero que pensé es que nos habíamos equivocado y tuve que contactar con los arqueólogos para que me enviaran otra muestra del mismo individuo para asegurarme de que era real.

¿Alguien que consiguió llegar a Europa?

-No podemos saber si fue él directamente el que migró o fue su familia, pero en todo caso tuvo que ser su familia más directa, porque no tenía ancestría de la Península Ibérica.

Pero lo que más ha impactado de su estudio es que tenemos ascendencia de los yamnayas, pastores de la estepa póntica.

-Claro, pero tienes que darte cuenta de que eso ha sido posible porque tenemos muestras de los yamnaya directamente, no que hayamos publicado nosotros, si no que ya estaban. Nosotros hemos analizado 271 muestras de la Península Ibérica pero es clave poder compararlas con otras poblaciones, porque si no sería muy difícil saber qué tipo de ancestría tienen nuestros individuos, si no tenemos muestras antiguas de distintos periodos de otras zonas del mundo.

¿Qué pudo pasar para que prácticamente desapareciese el rastro genético de los anteriores moradores de la Península y se sustituyera por el de los yamnaya? ¿Siente curiosidad o ya no es su trabajo?

-Por supuesto. Al final, lo que nosotros queremos es reconstruir la historia. El ADN es muy poderoso porque es el único tipo de datos que te permite ver de manera directa la relación biológica entre tus individuos y otros del mismo lugar u otro lugar en años anteriores. Pero esto no nos informa de qué es lo que produjo esos patrones. Por ejemplo, en la Edad de Bronce vemos claramente que después del 2000 antes de Cristo, las poblaciones no descienden directamente de las poblaciones anteriores de la Península Ibérica, sino que también descienden en gran parte de otros grupos que llegaron de Centroeuropa y que antes llegaron de la Estepa. Pero claro, cómo interactuaron las poblaciones locales con las de fuera son procesos sociológicos que no te dice el ADN. Se verá a nivel de antropología o arqueología si fue una interacción violenta o no.

¿Aún hoy, la traza genética de esos yamnayas es la predominante?

-Sí, de las mayoritarias. De la gente que vive en la Península Ibérica antes del neolítico, las poblaciones cazadoras-recolectoras, alrededor de 6.000 años antes de Cristo, nos queda muy poco. Y eso es muy parecido en toda Europa. Nos queda muy poca ancestría de los que vivían en la Península Ibérica hace 8.000 años.

¿Su traza genética se ha borrado?

-Sí, ya casi desaparecieron cuando llegaron las poblaciones de Anatolia (actual Turquía) durante el neolítico, que fueron las que trajeron la agricultura. Pero si ya sumamos todo lo que ha pasado en la Edad de Bronce y en los últimos 2.000 años, ya ha quedado muy diluida la ancestría de estos cazadores recolectores.

¿La variedad genética mejora la especie?

-Si vas al extremo contrario, que son poblaciones que han estado muy aisladas y hay mucha endogamia, ves que eso acaba generando enfermedades en base genética que son muy perjudiciales. Obviamente, si tienes más diversidad, tienes alelos nuevos y te permiten adaptarte mejor al ambiente.

¿Se puede decir que los vascos son una mezcla entre rusos, turcos y una porción mínima de cazadores-recolectores del neolítico?

-Bueno, los vascos y el resto de la Península Ibérica. En el resto, también tienen un montón de ancestría de las poblaciones neolíticas de Anatolia y de las poblaciones de la estepa. La diferencia es que en los vascos, la influencia de los romanos, griegos y musulmanes de los últimos años es menor. Pero en gran parte, nuestra ancestría es muy parecida.

¿Se podría decir que en Europa todos somos parecidos genéticamente?

-Comparado con las poblaciones africanas, el resto, los no subsaharianos, somos muy parecidos entre nosotros. De hecho, en dos poblaciones africanas distintas hay más variabilidad entre ellas que entre nosotros y un asiático. Porque cuando la especie humana estaba en África, había poblaciones muy diversas, y solo una parte de esa variabilidad salió de África. Entonces, al final, todo el resto de los no africanos somos una porción muy pequeña de toda la variabilidad que había en África.

¿Seremos más parecidos todos en el futuro genéticamente?

-Depende, pero si seguimos así, en un mundo cada vez más globalizado, probablemente seamos poblaciones más parecidas entre nosotros.

El predominio genético de los yamnayas se gestó en unos 500 años...

-Sí, desde que empezamos a detectar estos nuevos individuos, hasta que ya la ancestría de estos individuos está en toda la Península Ibérica, más o menos 500 años.

¿Y parece ser que hubo una sustitución casi generalizada entre los varones, o cómo fue esto?

-Bueno, no solo se ve en los varones. Estos, probablemente, sobre todo eran varones que llegaron de fuera, se mezclaron con las mujeres locales y todos los descendientes, tanto mujeres y hombres, tienen ancestría de las dos poblaciones, tanto de hombres y de mujeres. Lo que sí vemos es que todos los linajes locales son reemplazados por uno que traían estos clanes de la estepa. Y que este linaje es el que está en la actualidad en mayor proporción en la Península Ibérica, y en Euskadi más. Digamos que el 80% de los hombres vascos trazan su linaje de estos hombres que llegaron en esa época de la Península Ibérica y no de los que existían anteriormente.

¿Entonces los vascos somos un 80% rusos?

-No. Tienes que diferenciar la ancestría global y los linajes estrictamente paternos. Imagínate, en tu caso, que te vas diez generaciones atrás: ya tienes miles de ancestros en tu árbol genealógico, pero el linaje paterno solo te habla de un ancestro, una de esas miles de ramas, que es la que conecta contigo a través del padre de tu padre, etcétera. Y del resto, de las otras mil ramas, se olvida.

¿Sería como el apellido?

-El linaje se hereda muy parecido al apellido, de padres a hijos y se transmite sin que se pierda. El cromosoma. Y es igual, se hereda de padres a hijos directamente, sin modificarse y por eso podemos detectarlo muy fácil, pero lo que quiero decir es que los hombres de la Edad de Bronce en la Península Ibérica, después del año 2000 antes de Cristo, trazan su ancestría tanto de las poblaciones locales como de las que venían de fuera. Pero si solo hablamos de la ancestría estrictamente paterna, entonces solamente vienen de las de fuera. Pero te quiero decir que la ancestría estrictamente paterna es una porción pequeña del árbol genealógico. No decimos que los hombres locales desaparecieron de repente de la faz de la tierra. Probablemente contribuyeron a las generaciones posteriores, pero ninguno mantuvo el linaje.

¿Y esto por qué puede ser?

-Puede ser porque estos nuevos clanes que llegaron de fuera eran patriarcales, en los que tenía mucha importancia el clan paterno al que pertenecías y tenían mucho más estatus social, más riqueza y sus hijos varones heredaban esa riqueza, y tenían a la vez más descendientes y así, a lo largo de muchas generaciones, si los linajes estos tenían una tasa de reproducción más alta, los linajes paternos locales acaban desapareciendo, pero eso no quiere decir que no tuvieran descendencia en las generaciones posteriores.

Lo que sí se puede concluir es que no somos lo que fuimos, ni seremos lo que somos.

-Exactamente, esa idea de que hay poblaciones que permanecen en el mismo lugar durante miles y miles de años sin mezclarse con ninguna otra, al menos en Europa, no ocurre así. El ADN está demostrando claramente que eso es falso. Las poblaciones actuales somos fruto de la mezcla de distintas poblaciones.

¿Qué significa para usted la pureza?

-La pureza racial para mí, claramente no existe, pero claro, depende de dónde pongas tu límite. Si te quedas de los últimos 500 años hasta ahora, pues igual sí. Pero la raza blanca, como nosotros la entendemos, es un producto muy reciente. En Europa hemos experimentado mezclas con poblaciones que venían de fuera de Europa durante miles de años.

Otro aspecto llamativo del estudio es de la la tolerancia a la leche animal. ¿Nos viene de los esteparios?

-En la Península Ibérica nadie tenía esa variante que estaba asociada a la tolerancia a la lactosa hasta los últimos 2.000 y pico años. Probablemente no fue fruto de mezcla de poblaciones, sino de lo que llamamos selección natural. Es decir, es una variante que igual está en una muy baja frecuencia para la población y de repente, esa variante se vuelve beneficiosa, y entonces los que la poseen son capaces de reproducirse más y, al cabo de varias generaciones, esa variante está en mayor proporción.

¿Cuántos años harían falta para que se diesen nuevas variaciones apreciables en nuestro genoma?

-Depende de muchos factores. Por un lado, la gente se mueve mucho más ahora, pero las poblaciones son muchísimo mayores. Tener impacto en una población de 47 millones de habitantes como tiene el Estado español es mucho más difícil. Probablemente, esas poblaciones de fuera se acabarán integrando y quedará una señal mínima y puede que en el tiempo incluso acabe desapareciendo porque respecto a la población general es muy pequeña. Y luego, otro factor es la estructuración de la población. No se mezcla todo el mundo de manera aleatoria.

¿Cree que el euskera ha sobrevivido precisamente porque los vascos hemos estado de alguna manera aislados en los últimos 3.000 años?

-Los datos que hemos obtenido sobre el área vasca son importantes porque en Euskadi siempre ha habido ese imaginario de que éramos poblaciones que llevábamos en el País Vasco desde el Mesolítico o Neolítico. Nosotros lo que hemos visto es que no hay diferencia entre lo que pasó en el área vasca y el resto de la península en periodos tan antiguos. La diferencia está en esos 2.500 últimos años, que esas poblaciones que han llegado en periodos históricos y que habían venido a la Península Ibérica, no voy a decir que no hayan influido, porque culturalmente han influido, pero igual en términos demográficos no han afectado tanto. Es por eso que creemos que de todas las lenguas prerromanas que había en la Península Ibérica, que había tanto indoeuropeas, como las lenguas celtas, o no indoeuropeas, como el euskera, el íbero, o el idioma cartésico... De todas esas lenguas que había en esa época, solo el euskera ha permanecido.

¿Se plantea volver a Euskadi?

-Llevo dos años y medio haciendo el posdoctorado en Harvard Medical School, y la idea que tengo es volver en septiembre. Todavía no tengo claro a dónde. Una opciones volver a Barcelona, a la universidad, al laboratorio donde hice la tesis doctoral y otra es volver a Euskadi, que es lo que más me gustaría.

¿Cómo se imagina el regreso?

-En Harvard hay dinero casi ilimitado para investigar y en principio, va a ser duro volver, porque vas a volver a ser pobre otra vez. Ya estoy mentalizado. Pero el País Vasco es de los mejores sitios, porque están las becas Ikerbasque y es una de las regiones donde más se está apostando por la tecnología y la ciencia.