Si Imanol Pradales se convirtiera en el próximo lehendakari tras las elecciones del 21 de abril, una de las funciones que tendría que asumir sería la relación con el Gobierno español de Pedro Sánchez. El PNV firmó un acuerdo para la investidura del presidente español y es uno de sus socios más estables desde la moción de censura que derribó a Mariano Rajoy, pero la relación ha tenido sus altibajos y ahora tienen por delante el reto de cerrar algunas cuestiones no resueltas, como la negociación de una veintena de transferencias para cumplir el Estatuto de Gernika, la búsqueda de un nuevo estatus que amplíe el autogobierno, y una cuestión que no está recogida expresamente en el pacto pero que sobrevuela desde la época del coronavirus: un reparto de los fondos europeos más ágil y más sensible con las realidades territoriales. El candidato del PNV asegura en una entrevista publicada este lunes por la agencia Efe que espera “respeto y convivencia para poder avanzar en el autogobierno y poder acordar cosas que son muy importantes para nuestro día a día”. “Un ejemplo: los famosos fondos europeos que en estos momentos apenas están llegando al ámbito de las empresas”, recalcó.

“De todos los fondos que ha recibido España, solo ha llegado al sector empresarial el 26%. Pues que nos dejen hacer a las comunidades autónomas esa gestión, porque está claro que el Gobierno español no está teniendo capacidad suficiente para hacerlo. Creo que es una petición importante, y de este tipo de cosas tenemos que hablar el señor Sánchez y yo como lehendakari”, defendió.

Se da la circunstancia de que tan solo hace unas semanas, el pasado mes de febrero, el Congreso tumbaba una propuesta del PNV para activar los Perte regionales, los proyectos estratégicos regionales. La posición del PSOE provocó un malestar importante en el grupo jeltzale, hasta el punto de poner en evidencia públicamente que los socialistas y Sumar habían votado en contra al igual que Vox. El PP también rechazó la propuesta. A estas alturas de la tramitación de los fondos, el Gobierno vasco trabaja para que el dinero llegue a las empresas, porque ya no habrá más para los proyectos del Ejecutivo. Y en el caso del reparto a las empresas, aún queda un margen bastante amplio, porque solo se ha repartido ese 26%. El grifo del dinero se cerrará en 2026 y habrá que devolver los fondos que no se hayan inyectado. De ahí el drama para la parte vasca y para la mayoría de las comunidades porque, según desvelan fuentes de la consejería de Pedro Azpiazu a este periódico, comunidades de distinto signo se están interesando por la propuesta vasca. En concreto, Azpiazu ha trasladado al ministro Carlos Cuerpo una propuesta para vehiculizar esos Perte regionales a través de las líneas de subvenciones que tiene Euskadi.

Al margen de los fondos europeos, Pradales puede acogerse al pacto de investidura del PNV con Sánchez para exigir el cumplimiento del Estatuto de Gernika. En él se recoge la puesta en marcha de una comisión bilateral permanente para negociar las transferencias, una comisión que tendrá que reunirse cada seis meses con la presencia del próximo lehendakari y del presidente Sánchez. Teniendo en cuenta las fecha de las elecciones y el plazo estimado para la conformación de un nuevo Gobierno vasco, esa reunión será una de las primeras tareas que tendrán que resolverse. 

Pradales ha puesto sobre la mesa el traspaso de la gestión del régimen económico de la Seguridad Social, las materias relacionadas con el marco de relaciones sociolaborales, los aeropuertos (con un papel destacado para Foronda, el que mayor capacidad de crecimiento tiene y el único que podría acoger ahora vuelos transoceánicos), y los puertos de Pasaia y Bilbao. Todas las transferencias que quedan deberán llegar en dos años, o menos, si se tiene en cuenta que ya han corrido unos meses desde la firma del acuerdo en noviembre.

El acuerdo de investidura recoge también la negociación de un nuevo estatus en un año y medio desde las elecciones vascas. En ese caso, la relación la llevarían PNV y PSOE a nivel de partido con una comisión de seguimiento, y el acuerdo se forjará en el Parlamento Vasco, pero en los últimos años han sido habituales las propuestas de desbloqueo del lehendakari Urkullu. 

En paralelo, la convivencia entre los gobiernos vasco y español debería ser más pacífica, ya que Sánchez se comprometió a redactar cláusulas forales en las leyes que afecten a materias gestionadas por Euskadi, lo que no ha impedido que salten ya algunas chispas con varias leyes que sobrevuelan en el Congreso como la de Juventud, o con el reglamento para las conferencias sectoriales.

Nuevo estatus

Cuando se le preguntó si ve posible avanzar en materia de autogobierno la próxima legislatura, Pradales aseguró que confía “plenamente” en el acuerdo que tiene el PNV con el PSOE y Sánchez “para avanzar en términos de autogobierno en Euskadi”. “Lo primero es cumplir definitivamente el Estatuto de Gernika y cerrar esa carpeta. Para eso nos hemos dado dos años. A partir de ahí, abrir la carpeta de más y mejor autogobierno”, aseguró.