Dicen que hoy ha empezado la campaña, pero yo más bien creo, al menos si hablamos de las municipales, que las campañas empiezan cuando empiezan las obras. No sé cómo lo tiene usted allá donde viva, pero en el pueblo en el que resido llevamos meses en zona de obras. Tenemos levantamiento de aceras y peatonalización de calles por encima de nuestras posibilidades. Es tan evidente ese binomio obras-elecciones, que resulta hasta burdo y vulgar. Pero por mucho que me sorprenda, supongo que la estrategia seguirá funcionando de cara a la ciudadanía o a parte de ella, porque en caso contrario no se haría. Es como lo de los trileros en ciertas localidades de veraneo. Ahí siguen. Y aunque nos parezca mentira, aún hay quien cae en su trampa.
En zona de obras parece haber empezado también la campaña oficial. Hay una sensación de ambiente revuelto que me transmite incomodidad. Quizá sea la decisión de EH Bildu de incluir en algunas de sus listas electorales a personas que han pertenecido a ETA. Que sí, que ya han cumplido con la justicia, pero qué necesidad. Es el debate interminable entre lo legal y lo ético. Me pregunto qué pensaron en la coalición abertzale en el momento de tomar esta decisión. ¿Creían que el asunto pasaría desapercibido? ¿Sabían perfectamente que generaría polémica y no les importó? ¿Creen que es justo? ¿Les compensa? ¿No tienen más candidatos? Preguntas que me gustaría plantearle a Arnaldo Otegi, si no fuera porque la petición de entrevista que le hemos hecho en Onda Vasca lleva dos años en el aire. En esta zona de obras de la campaña aparece también como principal “pieza de caza” Vitoria-Gasteiz. Es quizá la mayor incógnita. Según los sondeos electorales, el margen entre PNV, EH Bildu y PSE es muy estrecho. Y lo cierto es que los resultados en la capital alavesa han sido siempre muy dispares (y plurales). Puede pasar cualquier cosa. La clave, posiblemente, estará en los pequeños matices. En el resto, menos suspense, pero siempre hay sorpresas y sorpassos. Me resulta especialmente interesante cómo equilibrarán PNV y PSE sus mensajes diferentes y a veces opuestos, como es lógico en dos partidos distintos, con su cogobernanza en las instituciones. El equilibrio a veces es quebradizo, pero el mantenimiento del pacto está fuera de toda duda. Y para terminar de echar argamasa a la obra, ha llegado el CIS con un barómetro que vaya usted a saber. De Navarra el estudio concluye que el Gobierno de coalición de Chivite tiene muchos visos de repetir, a pesar de la victoria en número de votos de UPN, que ya parece que no “suma” ni en coalición ni en solitario. Y es inevitable mirar de reojo a otras latitudes. Apunta el CIS que el efecto Feijoó se puede quedar en efecto gaseosa. Quitando plazas incuestionables para el PP como la Comunidad de Madrid, donde la duda no es si ganará Ayuso sino por cuánto ganará, el cambio del mapa ibérico de color mayoritario rojo a azul puede que destiña a los populares.
Periodista de Onda Vasca-Grupo Noticias