- Pelillos a la mar. El líder del PP, Pablo Casado, ha dado marcha atrás en un intento desesperado de rebajar la tensión en el partido y evitar un Congreso que ponga en la picota su cargo. Ha decidido dar por buenas las explicaciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, sobre los cobros de su hermano Tomás en torno a un contrato para conseguir mascarillas de China. Génova se inclina ahora por cerrar el expediente informativo tras un pulso fratricida entre ambos que ha provocado una crisis sin precedentes en el PP, con Casado deslizando que hubo tráfico de influencias, y con Ayuso acusando a la dirección de espiar a su familia.

En paralelo, OK Diario adelantaba a la noche que la mano derecha del presidente del PP, el secretario general Teodoro García Egea, ha ofrecido su dimisión como dique de contención de esta crisis, para tratar de evitar un Congreso Extraordinario que amenace el liderazgo de Casado. Ayuso se sale con la suya sin mover un solo dedo.

Tras verse con Ayuso el viernes como le pedía el gallego Alberto Núñez Feijóo, Casado ha dado por buena la versión de la presidenta madrileña a pesar de los cabos sueltos que dejó la lideresa. Ayuso reconoció que su hermano cobró 55.850 euros de la empresa Priviet Sportive S.L., pero negó que fuera una comisión a cambio de lograr ese contrato con Madrid. Justificó los pagos en una labor logística para conseguir esas mascarillas y sacarlas de China, y solo desveló una de las cuatro facturas de su hermano con Priviet. Tampoco llegó a enseñar ese contrato en concreto, sino que se limitó a relatar su existencia. Casado hace esta concesión sin pedir nada a cambio, es decir, sin lograr que Ayuso se retracte públicamente de las acusaciones de espionaje desde el partido. Pero Casado, tras la reunión que mantuvieron el viernes en Génova a instancias de él mismo, ha decidido incorporar la información aportada por Ayuso al expediente para "concluirlo satisfactoriamente".

Y el PP desmiente que le pidiera a cambio negar el espionaje a su familia en un comunicado. Las versiones en este punto tampoco encajaron del todo. De hecho, el anuncio del cierre de expediente lo realizó la dirección del PP horas después de que el entorno de la presidenta filtrara otra versión, según la cual Casado condicionó el cierre de la investigación interna a que desmintiera el espionaje. La dirección lo negó después y trasladó que la Comisión de Garantías se reuniría próximamente para valorar seguramente el carpetazo.

Casado gana tiempo con la intención de desactivar las protestas a favor de Ayuso ante la sede del PP. Este gesto con Ayuso lo pedían varios barones, así como la dimisión de García Egea por su papel en la gestión de esta crisis y su dura intervención al estallar la polémica. También se han escuchado voces a favor del cese del asesor de la presidenta, Miguel Ángel Rodríguez, pero no con tanta fuerza como ha sucedido con Egea. A él solo lo ha respaldado en público el presidente de Murcia, y Esperanza Aguirre pidió ayer en Catalunya Ràdio que se vaya ya.

Pero esta solución parece una tirita para curar una grave dolencia. Muchos ven con escepticismo la posibilidad de que los liderazgos de Ayuso y Casado convivan en el PP. Además, ambos han ocasionado un daño reputacional evidente a la formación. Está por ver si los movimientos de Casado bastan para frenar la convocatoria de un Congreso extraordinario estatal. Podría ganar tiempo y evitar que el Congreso sea ya, pero de todas formas hay uno previsto para julio y habrá debate. Vuelve a emerger como hipotético candidato el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo.

A su favor juega un historial con cuatro mayorías absolutas. Vox no ha irrumpido en el Parlamento gallego y, al mismo tiempo, Feijóo exhibe un perfil más centrado que propicia una relación fluida y de cortesía con ámbitos del nacionalismo vasco como el lehendakari Urkullu. Se ha convertido estos días en un portavoz oficioso de la preocupación en el seno del PP. Estos días apostaba por dar una solución "rápida". Este súbito protagonismo y la autoridad que se le reconoce en el partido han disparado los rumores sobre su candidatura. En 2018 ya estuvo llamado a tomar el relevo de Rajoy y renunció. La oposición deslizó entonces que su paso atrás se debía al temor de que salieran a la luz revelaciones sobre su pasado o las fotografías con Marcial Dorado. Se habla también del andaluz Juan Manuel Moreno, aunque no le beneficia la inestabilidad en su comunidad.

Estos días, Ayuso ha contado con un fuerte respaldo mediático en determinados ámbitos de la derecha, y jugaba con el vértigo a expulsar a una presidenta que ha ganado 35 escaños en las elecciones. Pero ahora el PP se mira otra vez ante el espejo de sus viejos fantasmas, con un cierre en falso de un caso que, como mínimo, para Casado era poco ético. Se suma a las dudas que genera que Casado no acudiera a la Fiscalía, lo que da pábulo a la crítica de Ayuso: que fue utilizado políticamente para evitar un Congreso en Madrid que la aupara.

El PP no logra levantar cabeza desde que Rajoy fue descabalgado tras la sentencia de Gürtel, y algunas voces plantean una refundación. El propio Aznar amargó la campaña castellana a Casado deslizando que no tenía proyecto. La otra vía para Génova pasaría por una decisión de la Fiscalía contraria a Ayuso, pero en algunos ámbitos han enfriado que se produzca o que lo haga pronto.

"Casado dijo que Egea es quien tiene todos los poderes, así que ya está tardando en dimitir"

Expresidenta de Madrid

"El Partido Popular lamenta los acontecimientos

de los últimos días"

Comunicado