- Hace ya un tiempo que sociólogos y analistas políticos vienen expresando su preocupación por la brecha abierta entre la política y la sociedad. La digitalización ha imprimido a la vida en este primer cuarto de siglo una aceleración que parece indomable, creando escenarios, expectativas y necesidades que reclaman respuestas instantáneas. En este difícil contexto para la gestión política, a complicarlo todo un poco más ha venido la pandemia, con todo su reguero de graves consecuencias. Para afrontar este nuevo marco, el PNV ha puesto en marcha una proceso de acercamiento a la sociedad vasca desde la escucha, bautizado con el nombre de Entzunez Eraiki y que en Gipuzkoa arranca hoy con una jornada en Errenteria dedicada a las políticas sociales. Imanol Lasa, burukide del GBB y responsable de llevar adelante el proceso en el territorio, cree que "el gran reto de los sistemas políticos de hoy es consolidar modelos de interacción que sean capaces de representar a una sociedad plural y diversa".

El PNV pone en marha hoy en Gipuzkoa el proceso Entzunez Eraiki con el eco de la polémica del PP entre Díaz Ayuso y Casado. ¿Cómo está viendo este guerra interna?

-Es un espectáculo lamentable, donde todos actúan sin escrúpulos, mirando únicamente a su propio interés personal y con unas formas corruptas. Representan la antítesis de lo que debe ser la política y desde Euskadi vemos estos acontecimientos con total estupor y rechazo. Mientras tanto, tenemos una extrema derecha que se frota las manos, porque es a ella a quien beneficia el descrédito de los partidos políticos tradicionales...

¿Qué es Entzunez Eraiki y qué se busca con esta iniciativa?

-Es un proceso de escucha activa, diálogo y colaboración con los principales agentes, asociaciones y ciudadanía en general con quienes queremos construir, de manera compartida, un proyecto para el futuro de Euskadi. Es momento de recuperar los valores comunitarios para fortalecernos como pueblo y para ello es necesario escuchar para tener una radiografía más completa y certera de lo que acontece en la sociedad, comprender mejor los problemas, y compartir una hoja de ruta común para construir el futuro.

Cuando el PNV presentó la iniciativa, puso el énfasis en la necesidad de volver a tomar el pulso de una sociedad golpeada por la pandemia. ¿Sienten que la sociedad vasca es otra tras dos años de covid?

-La pandemia ha demostrado que somos vulnerables e interdependientes, y ha alterado nuestros esquemas mentales y emocionales, tanto a nivel individual como colectivo. Ha aumentado la sensación de incertidumbre e imprevisibilidad respecto al futuro que ya venía de antes. Nos ha hecho tomar consciencia del alcance de las grandes transformaciones que se están produciendo a nivel global y de la necesidad de avanzar hacia un mundo más sostenible. La salud y el empleo se han reforzado como prioridades. En esta nueva fase pospandemia veo necesario reconstruir los lazos sociales, comunitarios y recuperar la confianza en el otro y en las instituciones. Soy optimista, veo a la gente con ganas de emprender nuevos caminos, con nervio, ideas y proyectos.

Encuestas y análisis coinciden en señalar la desafección de la ciudadanía respecto de la política. ¿Cree que en Gipuzkoa y en Euskadi se da también este distanciamiento?

En Euskadi entendemos la política como una herramienta para solucionar problemas y servir a la sociedad. Hay una forma de hacer política con la que los y las vascas nos identificamos, consistente en afrontar nuestros retos desde lo colectivo y el sentido de pertenencia a una comunidad. Con Entzunez Eraiki queremos fortalecer el proyecto del PNV para liderar este nuevo tiempo profundizando en ese modelo de gobernanza, porque es la mejor forma de hacer frente a la desafección y a los populismos. Dicho esto, Euskadi no es una isla. No somos inmunes a esas tendencias. La tentación de conseguir votos a base de eslóganes, manipulación o simplificación es muy poderosa y también aquí hay quienes ya están cayendo en ella, por mucho que a la larga esas prácticas dañen profundamente el sistema democrático y nos perjudiquen a todos y todas.

Digitalización, cambio climático, cuidados... son asuntos que la pandemia ha puesto en primer plano. ¿Sobre qué temáticas se va a articular Entzunez Eraiki?

-Gipuzkoa ya viene trabajando estas cuestiones y en otros retos económicos y sociales de calado a través de Etorkizuna Eraikiz, y desde el PNV ahora queremos ahondar en ese nuevo proyecto de futuro, en coherencia con la Agenda 2030. Trabajaremos cinco áreas: cambio climático, promoción económica y futuro del empleo, euskera, políticas sociales y autogobierno-gobernanza.

¿Cómo se va a articular Entzunez Eraiki en Gipuzkoa? ¿Quién lo va a liderar? ¿Dónde y cómo se va a desarrollar?

-En el GBB veníamos trabajando un grupo de 20 personas, que ahora hemos abierto a la participación de más alderdikides y simpatizantes. Todas las semanas iremos abordando las cuestiones ligadas a la Agenda 2030 por todos los pueblos del territorio. Cada área tiene una persona responsable y será quien vaya liderando la organización de estos encuentros.

Y la participación ciudadana, ¿cómo se va a organizar?

En cada jornada de trabajo contaremos con responsables institucionales y expertos en la materia, e invitaremos a representantes de la sociedad organizada y a la ciudadanía. Queremos conectar más y mejor con las personas y con la sociedad civil organizada, para trabajar en red y aprender: asociaciones, empresas, agentes... Serán sesiones dinámicas y formativas.

¿La política del siglo XXI pasa necesariamente por abrirse a la sociedad? Antes, los partidos elaboraban sus estrategias desde el debate militante.

-Gobernar de arriba abajo nunca fue una opción válida, y menos hoy en día, con un mundo y una sociedad tan complejos e interconectados. La pandemia es un gran recordatorio de esa complejidad. El gran reto de los sistemas políticos de hoy es consolidar modelos de interacción que sean capaces de representar a una sociedad plural y diversa, pero también de conectar e incorporar a distintos agentes en el diseño, desarrollo y evaluación de las políticas: empresas, universidades, asociaciones, centros de I+D... Porque desafíos que nos afectan a todos y todas como la atención a los mayores o la nueva movilidad son imposibles de afrontar sin su conocimiento y colaboración. Es un camino que lleva más tiempo y esfuerzo que el de las recetas simples del populismo, pero es el único válido.

¿Puede existir el riesgo de que el afiliado, el militante, se sienta desplazado?

-Al revés, estamos convencidos de que activará la participación de la militancia y ganar músculo para renovar el proyecto político del PNV.

El PNV en Gipuzkoa parte con ventaja, en la medida en que la Diputación, donde gobierna, lleva varios años desarrollando el modelo de Etorkizuna Eraikiz, que sería la versión institucional del proceso de escucha.

-Así es. Etorkizuna Eraikiz nació en 2016 con el liderazgo de Markel Olano, y creo que hoy podemos afirmar que esa nueva forma de hacer política ha llegado para quedarse. Son muchas las empresas, emprendedores, asociaciones de toda índole que están colaborando y experimentando en infinidad de iniciativas y proyectos que están siendo clave para hacer frente al futuro con éxito. Gipuzkoa tiene una manera de ser, de vivir y de trabajar de manera colaborativa cada vez más consolidada cuyos frutos ya estamos viendo. Y lo mejor está por venir.

Alguien puede pensar que Entzunez Eraiki es solo una estrategia para llamar la atención en un tiempo de desafección ciudadana hacia la política.

-Que venga, participe, y verá que no. Es un compromiso y una actitud renovada para un nuevo tiempo. Durante décadas los batzokis han representado muy bien este modo de hacer, y hoy son y siguen siendo espacios para la participación y el debate político. Con Entzunez Eraiki queremos abrirnos más para incorporar a ese diálogo a más gente, a personas y entidades comprometidas y que en muchas ocasiones son desconocidas. La política también tiene que innovar y desarrollar nuevas formas y maneras para seguir ofreciendo proyectos que ilusionen a la sociedad.

¿Estamos ante un ejercicio de escucha sincero? Es decir, ¿las aportaciones, ideas y reflexiones de este proceso se van a incorporar al quehacer político y a la actividad institucional del PNV?

-Si. Y habrá una devolución a la sociedad de lo aprendido en estas sesiones de trabajo y de las nuevas ideas que incorporaremos a nuestras propuestas de resolución, de las que saldrá un decálogo de compromisos que será la base de nuestro programa electoral.

¿Están preparados para escuchar cosas que no les gustan, críticas a su gestión, a sus propuestas?

-Siempre. En la buena comunicación está el diálogo respetuoso y también la crítica constructiva. El PNV siempre ha hecho una buena lectura de lo que pasa en el país y del sentimiento de la gente desde la centralidad. No es casualidad. Está en nuestro ADN esa capacidad de ser permeables a nuevas ideas y puntos de vista que enriquezcan nuestro ideario político.

¿Se corre el riesgo de que el resultado de este proceso arrincone aspiraciones troncales que están en el ADN del PNV, por ejemplo, el autogobierno o la identidad nacional?

-La pandemia nos ha demostrado, nuevamente, la importancia de ser dueños de nuestro destino y de tener la capacidad de articular, en cada momento y de manera autónoma, las medidas que nuestro pueblo necesita. Desde lo que somos y desde la defensa de lo construido hasta ahora, necesitamos crecer institucional y políticamente para afrontar los retos de futuro como pueblo y garantizar el bienestar de las próximas generaciones. El autogobierno fue, es y será clave.

La legislatura municipal y foral entra en su último año marcada por la gestión casi en exclusiva de las consecuencias de la pandemia. ¿Como cree que percibe la ciudadanía la gestión del PNV?

-Uno de los principales valores del PNV es la seriedad en la gestión. Estamos viviendo una pandemia inédita, que ha puesto patas arriba el mundo y a prueba a todos los países avanzados, sin excepciones. Nadie tenía el manual de instrucciones para afrontar una situación así y lógicamente ha habido errores de los que tenemos que aprender y sacar conclusiones. Pero creo que en líneas generales hemos sabido gestionar la pandemia. Osakidetza ha respondido, cuando hemos visto a países europeos punteros tener que trasladar las personas enfermas a otros países. Hemos protegido a los mayores y a los colectivos más vulnerables, y hemos puesto en marcha ayudas para los sectores más perjudicados y para pymes y autónomos. Todos los indicadores -empleo, recaudación, ventas, producción...- demuestran que nuestra economía se recupera a buen ritmo, aunque eso no quiere decir que no haya nuevas incertidumbres.

Desde la oposición, la nota dominante ha sido la crítica.

-Es en los momentos duros cuando hay que estar a la altura y lo que hemos vivido es muy triste. En medio de una crisis sanitaria, social y económica sin precedentes, en lugar de arrimar el hombro, de sumar y de hacer una oposición constructiva, la izquierda abertzale ha preferido pescar en río revuelto buscando réditos electorales. Los ataques a la gestión de Osakidetza, de las residencias o a las medidas anticovid han sido desproporcionados. No se pueden criticar las restricciones porque perjudican a la economía, y al día siguiente criticar la relajación de las medidas porque va en contra de la salud. Es puro oportunismo. Se puede y se debe hacer oposición, pero desde la responsabilidad y la coherencia. Sinceramente, creo que el PNV habría actuado de otra forma en su posición.

Queda un año para las próximas elecciones forales y municipales. Las encuestas muestran una pugna muy cerrada entre PNV y EH Bildu. ¿El choque de modelos vuelve a estar servido?

Para eso tendríamos que saber cuál es el modelo de gestión de Bildu. Lo único que sabemos es lo que hicieron cuando gobernaron en la Diputación. Para ser una alternativa real hay que hacer algo más que criticar y decir no a todo. Veo una izquierda abertzale con muchas contradicciones en temas como la economía, el medio ambiente o la convivencia, y con tensiones internas. En cualquier caso, es bueno que la sociedad conozca cuáles son los modelos socioeconómicos, educativos, culturales que propone cada uno, y que decida en consecuencia, por lo que sería positivo en términos democráticos que Bildu clarificara sus posturas.

El PSE apunta a que volverá a ser decisivo para decantar el próximo gobierno foral. Hubo un momento, cuando Andueza cogió las riendas del partido, en el que se alimentó la idea de una coalición de izquierdas. ¿Creen que es una posibilidad factible?

Tengo la sensación de que, en su afán por afianzarse y marcar impronta respecto a su antecesora, Andueza está jugando demasiado al despiste cuando lo que este país necesita es honestidad, acuerdos serios e ideas claras, no juegos de tronos. Y lo está haciendo con la complacencia de una izquierda abertzale para la que todo vale con tal de desgastar al PNV. Los escarceos que han tenido hasta ahora van en esa dirección y obedecen más a una táctica partidista. En cuanto al futuro, hoy en día no se puede descartar nada en política. Siempre hemos defendido que, más allá de la discrepancia, la colaboración entre PNV y PSE-EE está siendo beneficiosa para la ciudadanía tanto en Gipuzkoa como en Euskadi.

"En esta nueva fase pospandemia veo necesario reconstruir los lazos sociales, y recuperar la confianza en el otro y en las instituciones"

"La tentación de conseguir votos a base de eslóganes o simplificación es muy poderosa y también aquí hay quien cae en ella"

"Veo una izquierda abertzale con muchas contradicciones en temas como la economía, el medio ambiente o la convivencia"