El Gobierno vasco ve cómo se empieza a concretar la mediación europea por la que tanto suspiraba para que el Estado francés se ponga las pilas y acelere su parte del trabajo en la conexión del tren de alta velocidad. El lehendakari Pradales mantuvo una reunión en enero con el comisario europeo de Transportes, Apostolos Tzitzikostas, para que interviniera en este asunto, en la medida en que el TAV forma parte de una red que la Unión Europea ha catalogado como prioritaria, el corredor atlántico. Después, le envió una carta conjunta con el presidente de Nueva Aquitania, Alain Rousset. Antes del verano, estuvieron muy cerca de cerrar una gran cumbre entre los ministros del ramo de los estados español y francés, pero se fue al garete por la situación de inestabilidad en el Gobierno del Elíseo. Pero ahora, finalmente, el comisario Tzitzikostas ha declarado en público su compromiso de agilizar “el cuello de botella transfronterizo” a través de plazos vinculantes que se establecerán de aquí hasta 2027, y anunció que “muy pronto” tendrá lugar esa cumbre. El lehendakari Pradales, por tanto, se lo tomó este jueves como un “espaldarazo político a la posición que ha mantenido Euskadi sobre la conexión de alta velocidad Francia-España”.
En declaraciones a los medios de comunicación, Pradales se mostró “muy contento”, aunque ahora se mantiene en una prudente expectativa a la espera de que se concrete la cita en febrero o marzo y, sobre todo, a la espera de que la parte francesa ponga en agenda su asistencia. Lo que está claro a día de hoy es que se ha concretado al fin la implicación europea que pedía. Pradales recordó su reunión en Bruselas y su carta, donde planteó “precisamente que la Comisión Europea tenía que intervenir para que se acelerara la conexión transfronteriza”, ante la demora que se estaba registrando en la parte francesa, entre Burdeos y Hendaia. Por ello, cree que esta presión ha influido. “La declaración del comisario creo que es fruto de la presión. Creo que vamos a poder tener una cumbre entre Irun y Hendaia con el comisario europeo y los ministros de Transporte de los estados español y francés”, añadió. A Francia le pidió que pase “de la planificación a la ejecución”. Hay que trabajar para que “dé el paso”.
Que el Gobierno francés trabaje con los alcaldes de Iparralde
El Plan de Acción Ferroviario de Alta Velocidad pone un plazo general de 2040, y otro de actuaciones vinculantes hasta 2027 para superar los cuellos de botella en fronteras como la que mantienen los estados español y francés. Preguntado por lo sensible que es el debate del trazado en Iparralde, Pradales volvió a distinguir dos planos: una cuestión es el recorrido francés, que es un asunto interno que le corresponde “fundamentalmente trabajar al Gobierno francés con la mancomunidad y los alcaldes de Iparralde”, y otra es “acelerar la conexión”, que es lo que reivindica Pradales.