El Gobierno español presiona a los partidos políticos para que convaliden el decreto de la reforma laboral en el Congreso con el argumento de que nadie debería oponerse a un acuerdo forjado con los sindicatos y con la patronal. Pero la fotografía vasca es otra, porque la mayoría sindical es diferente a la estatal y no se encuentra liderada por CCOO y UGT. En ese sentido, el próximo día 30 va a quedar patente el rechazo de la mayoría sindical vasca a esta reforma: ELA y LAB, las centrales mayoritarias en la comunidad autónoma vasca, han convocado manifestaciones en las tres capitales de la comunidad (y también en Iruñea) para expresar su rechazo a esta reforma, y han llamado a celebrar concentraciones en los centros de trabajo en puertas de que se vote a principios de febrero.

En una rueda de prensa, el secretario general de ELA, Mitxel Lakuntza, ha argumentado este lunes la protesta en que la mayoría sindical estatal y el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos “han dado a la patronal lo que quería: a cambio de modificaciones muy parciales, no se toca el grueso de las reformas laborales aprobadas por José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy”. Argumentó que no se han tocado los despidos y que no se garantiza la prevalencia de los convenios vascos sobre los estatales.

Por ello, reclamó a PNV y EH Bildu que “se opongan a este fraude, que no cuenta con la realidad sindical” de Euskadi. Desde LAB, Garbiñe Aranburu coincidió en que “sin presión social, no hay derechos laborales ni sociales; hay que rechazar la reforma en el Congreso, en los centros de trabajo y en la calle”. La protesta la suscriben ELA, LAB, Steilas, ESK, Etxalde e Hiru.

EL PNV INSISTE

Al margen del factor de presión sindical que añaden a PNV y EH Bildu estas manifestaciones en plena negociación de la reforma laboral con el Gobierno español de Pedro Sánchez y la vicepresidenta Yolanda Díaz, en realidad estas protestas también cargan de argumentos a estos partidos frente al Ejecutivo español. El PNV no es tan demoledor como los sindicatos vascos contra toda la reforma laboral en su conjunto, sino que le reconoce su valor, pero sí se mantiene firme a la hora de exigir a Sánchez que dé prevalencia a los convenios vascos, lo que en la práctica supone blindar la negociación de ámbito autonómico. Además, lo plantea igualmente como una opción atractiva para Nafarroa para que pueda preservar su propio ecosistema laboral.

Y lo exige, precisamente, con el argumento de que la mayoría sindical vasca es diferente. EH Bildu coincide en blindar los convenios vascos, pero sus demandas van más allá y plantean también recuperar la indemnización de 45 días por año trabajado en los despidos improcedentes.

El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, volvió a aclarar que la exigencia de los jeltzales no va “al núcleo” de la reforma ni va a “generar un problema con Europa”, que ha reclamado un conjunto de reformas a cambio de liberar los fondos económicos de recuperación. “Exigimos algo que no rompe nada a la patronal y a los sindicatos: la prevalencia de los convenios autonómicos”, dijo, en referencia a que debe incorporarse de manera expresa el acuerdo interprofesional vasco de 2017 entre ELA, LAB y la patronal Confebask, un pacto que suscitó “unidad” entre estos tres actores, pero que ahora “cuelga de un hilo” si alguien lo recurre a los juzgados. Pidió que se trabaje la mayoría política en el Congreso además de la social.