- Euskadi sigue sin romper el hechizo que impide que la izquierda abertzale y Elkarrekin Podemos-IU muestren una actitud tan abierta como lo hacen ante los presupuestos del Estado y los de Nafarroa. El Parlamento Vasco aprobó ayer definitivamente los primeros presupuestos de la legislatura, un instrumento clave para añadir estabilidad en el año de la recuperación en plena pandemia del coronavirus, y lo tuvo que hacer con los 41 votos de los propios socios del Gobierno de coalición, la mayoría absoluta de PNV y PSE, y con toda la oposición en contra.

Dejando en otro plano a PP+C’s y Vox por su discurso, que los lleva a la irrelevancia en la mayor parte de instituciones, el PNV se centró en criticar que EH Bildu y Podemos pongan en Euskadi “líneas rojas” que no ponen en Madrid y Nafarroa, donde no se han exigido reformas fiscales inmediatas ni cuestiones relacionadas con los fondos europeos. En el caso del partido morado, volvió a agradecerle al menos que llegase a entrar en una negociación y le tendió la mano. La oposición acusó al Gobierno de aplicar el rodillo por no aceptar ninguna de sus casi 1.300 enmiendas y cambiar solo el nombre de una partida y dedicar una ayuda al Sahara.

El Ejecutivo les pide que valoren que ha existido una negociación pese a no necesitar los apoyos y, en lugar de ser una mera escenificación, se plantearon concesiones concretas a Podemos, como un incremento en la prestación complementaria de vivienda desde los 250 hasta los 275 euros al mes. Las concesiones no fueron valoradas por Elkarrekin Podemos-IU y dejó pasar el tren de la negociación, que era el ámbito para mover partidas e influir en las cuentas. Las enmiendas rechazadas inciden en partidas que ya existen, según defendió el PNV. Jeltzales y socialistas no aceptaron las enmiendas de los grupos en un contexto en el que la oposición no ha querido asumir un compromiso con las cuentas. El PNV preguntó si no son buenos unos presupuestos que destinan el 77,8% a gasto social, y 542 millones a un plan contra el coronavirus, y retrató a los grupos al avisar de que estaban “diciendo que no a 12.442 millones para educación, salud, innovación, mujeres, empleo...”, y rechazando las cuentas “más sociales y sin recortes”.

Pero, dejando al margen la riña política, el Gobierno Vasco se queda con la imagen de la aprobación de las cuentas y la oportunidad de responder al coronavirus con políticas adaptadas a las necesidades del momento. El consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu, quiso poner en valor en declaraciones a los medios que el presupuesto se ha aprobado con “holgura” (41 de 75 votos), y optó por mirar al futuro y valorar unas cuentas que van a permitir poner en marcha más medidas. La oposición las ve insuficientes o con previsiones obsoletas, pero los socios del Gobierno volvieron a recalcar que las cuentas superan por primera vez los 12.000 millones y que existe la opción de exprimir la deuda más allá de lo previsto, como dijo la jeltzale Itxaso Berrojalbiz, quien recalcó que “si fuera necesario aumentar partidas, se hará; siempre se ha hecho, y se hará”. De esa forma desactivaba la crítica de Podemos, que acusa al Gobierno de aferrarse a la disciplina contable.

Quedan cuatro años y habrá ocasión de tramitar más leyes, pero el clima se anticipa tenso. El Gobierno no necesita más apoyos y no le planteará un problema de estabilidad más allá del desgaste que quieran ejercer los grupos acusándolo de ser autoritario.

La oposición se centró en criticar que los presupuestos son, a su juicio, insuficientes para afrontar la crisis, pero el PNV ve vértigo político al acuerdo. La jeltzale Itxaso Berrojalbiz afeó su actitud a EH Bildu, que ha permitido la aprobación de los presupuestos estatales y los de Nafarroa, dos gobiernos liderados por el socialismo y donde el PNV también ha tenido protagonismo en los acuerdos. En la comunidad autónoma vasca, con un gobierno PNV-PSE, han exigido “líneas rojas” que no ponen en otras plazas, donde no han amarrado tampoco una lista sobre el reparto de los fondos europeos ni una reforma fiscal o una tasa covid de aplicación inmediata, sino únicamente un “mero estudio” en Nafarroa. Berrojalbiz recordó que en el Gobierno Vasco también ofreció un estudio fiscal a Podemos. Precisamente, Josu Estarrona centró el discurso de EH Bildu en una tasa covid inmediata mientras se aborda una reforma fiscal, y citó los fondos europeos. El PNV no ve el mismo nivel de exigencia que en otras instituciones, sino una intención de desmarcarse de los jeltzales. De hecho, Estarrona citó en varias ocasiones que “es una cuestión de modelos”, e incluso restó contundencia a la victoria del PNV en las urnas al asegurar que el Ejecutivo pierde respaldos y la coalición abertzale gana votos.

A Elkarrekin Podemos-IU, Berrojalbiz le recordó que la renta de garantía de ingresos vasca es más elevada que el ingreso mínimo vital que ha puesto en marcha Pablo Iglesias desde el Gobierno español, e incluso le reprochó que Podemos haya dicho en el Congreso de los Diputados que no es tan importante la cantidad como la prestación en sí misma. La jeltzale se cuestionó si la intención final de la oposición no es dañar al gobierno, aunque evitó romper los puentes con Podemos, le agradeció su disposición a dialogar, y puso en valor la negociación “sincera, sin simulacros”, del consejero Azpiazu. Se mostró convencida de que será “un primer paso” para lograr apoyos en el futuro. La socialista Sonia Pérez también lamentó haber esperado sin éxito “altura de miras” en la oposición.

El Gobierno obtuvo en las elecciones de julio la mayoría absoluta, pero la oposición le cuestiona su fuerza y ha puesto un precio alto a la negociación a pesar de su limitado peso en el Parlamento. Los grupos cuestionaron al Ejecutivo que las cuentas sean sociales. PP+C’s quitó relevancia a cualquier aumento en las partidas, porque dice que todo mínimo movimiento se nota más en un Estado autonómico donde las políticas sociales están en manos de las comunidades; y Elkarrekin Podemos-IU defendió que lo importante no es la cifra en sí misma, sino a qué se destina, y lo acusó de financiar la educación privada. Todo ello, mientras ELA y LAB alimentaban con una concentración en puertas del Parlamento el rechazo de los grupos de izquierda al proyecto. La jeltzale Berrojalbiz recordó que ha habido negociación, pero sin que suponga una “ruptura del modelo” que tiene el apoyo ciudadano.

Cifras de récord. Las cuentas aprobadas ayer por el Parlamento Vasco superan por primera vez en la historia los 12.000 millones (12.442), el gasto social supone un 77,8%, y el aumento del presupuesto operativo se sitúa en 770 millones, un 7,1% más. El programa para el coronavirus asciende a 542 millones. El límite de déficit es del 2,2% y el de deuda asciende al 16,9%, pero son tasas de referencia y hay margen para más deuda.

“Esperábamos que la oposición entendiera que tener altura de miras iba a aportar certidumbre”

Parlamentaria del PSE

“Hubo una negociación sincera, sin simulacros; una oportunidad para dejar los vértigos”

Parlamentaria del PNV