- La situación no se reconduce. Euskadi vivió nuevamente escenas de tensión el sábado por la noche y parece no tener fin la dinámica de enfrentamientos con la Ertzaintza por parte de determinados grupos de jóvenes que se resisten a cumplir el toque de queda nocturno y la prohibición de consumir alcohol en la calle por el coronavirus. Más allá de las incidencias registradas con grupos de amigos que son sorprendidos de botellón, son sancionados y el episodio no pasa a mayores al margen de casos muy puntuales donde se opone cierta resistencia, Donostia volvió a convertirse en el epicentro de otro enfrentamiento de mayores dimensiones, con un grupo de unas 200 personas y lanzamiento de piedras y botellas.

Los botellones los protagoniza una amalgama de diferentes sectores, pero en algunos casos el Gobierno Vasco ve cierta organización. En ese contexto, el presidente de la Ejecutiva del PNV, Andoni Ortuzar, redobló ayer el marcaje a la izquierda abertzale para que se exprese sin medias tintas y traslade una consigna clara " a sus jóvenes" para que se queden en casa, porque cree que, por los lemas y las pintadas que aparecen en las proximidades, en muchos casos son jóvenes de su órbita ideológica. Pide que EH Bildu dé el paso aunque le pueda perjudicar a nivel interno en puertas de su congreso. En Twitter, el líder de Sortu, Arkaitz Rodríguez, no recogió el guante y lo acusó de "difamar y calumniar para ocultar el escándalo de las vacunas".

El Departamento de Seguridad dio parte informativo sobre los dos detenidos en Donostia e Igorre, uno de ellos menor de edad, al parecer de 15 años. Agentes de la Ertzaintza practicaron los arrestos por desórdenes públicos y atentado contra la autoridad. El suceso más notorio se produjo, nuevamente, en Donostia: dos horas y media de incidencias en la capital guipuzcoana y unas 200 personas implicadas, según calculaban desde la patrulla que intervino (Seguridad apuntó a este diario que se trataba de un grupo numeroso). La Ertzaintza fue avisada a las 19.45 de que varios grupos de jóvenes se encontraban cruzando contenedores en la Plaza de la Constitución. Al acudir no había nadie, y más adelante vieron unas doscientas personas, que en algunos casos recibieron a los agentes con "el lanzamiento de piedras y botellas". Algunos individuos volcaron motocicletas aparcadas en la calle Aldamar. La multitud no se dispersó hasta las 22.30 horas. Un menor fue detenido y no hubo cargas.

Estos incidentes han dado el salto al debate político por la negativa de EH Bildu a suscribir declaraciones de condena de hechos similares en la propia Donostia y Santurtzi. Sindicatos de la Ertzaintza como ErNE o ESAN creen que la izquierda abertzale contribuye a tensionar la situación con las declaraciones de sus principales portavoces, como Arnaldo Otegi y Maddalen Iriarte, que ponen en duda la actuación de la Ertzaintza y dicen que no puede ocupar barrios por un botellón. A todo ello se le suma que uno de los detenidos en Santurtzi tenía antecedentes por kale borroka. El mismo sábado por la mañana, en la tertulia de parlamentarios de Radio Euskadi, Iker Casanova matizaba que cuestionar la proporcionalidad de la Ertzaintza no implica justificar el comportamiento de quienes se saltan las normas. Elkarrekin Podemos-IU, con matices, también ha evitado ciertas declaraciones y censura la actuación policial.

Ortuzar, quien ya ha acuñado el término mozkorra borroka (lucha de borrachos), dijo ayer sobre las declaraciones de Casanova que todavía no ha escuchado nada contundente por boca de la izquierda abertzale, que debería poner orden entre sus jóvenes con unas directrices claras para que se queden en casa. El jeltzale admitió en Radio Euskadi que pueda existir gente que cuestione las actuaciones policiales, pero lo que él pide "es un posicionamiento claro, nítido, una exhortación por parte de los dirigentes de la izquierda abertzale a sus jóvenes, porque son sus jóvenes, no nos engañemos". "En Euskadi nos conocemos todos, sabemos los eslóganes y las pintadas que acompañan a estos incidentes", argumentó. Incluso reveló que contactó con los dirigentes de EH Bildu para poner en su conocimiento los primeros altercados en Mungia, admitió que no cree que Otegi vea con "bien" lo sucedido, pero le afeó no haberle oído "ninguna declaración contundente y dirigida a quien se tiene que dirigir para que no vuelva a pasar".

Ortuzar pidió una consigna clara: "Que les digan que así no, que esto se ha acabado, que no pueden hacer eso, que tienen que estar en casa a las 22.00 de la noche, que no hay que beber alcohol en la calle y no se pueden generar este tipo de situaciones. Aunque esto no les venga bien para su congreso ni su campaña de afiliación, la izquierda abertzale tiene que hacerse mayor. No puede ser revolucionaria en la calle, y pisar moqueta en Madrid y ser colaboradora con el Gobierno imperialista español".

El PNV ya pidió la semana pasada que EH Bildu desautorizase estas protestas por tener ascendencia moral entre determinados sectores que protagonizarían los altercados. Los jeltzales querían que EH Bildu evitase cualquier declaración que se pudiera interpretar como una justificación, ahora que frenar el virus es una prioridad porque miles de vidas están en juego. La izquierda abertzale critica la actuación policial, lo que puede trasladar la sensación de que la Policía local o la Ertzaintza entran a cargar como primera opción sin encontrarse con una resistencia activa. Ortuzar argumentó ayer al respecto que la Ertzaintza actúa después, no a priori, y criticó a quien "va con piedras y utiliza las botellas o se preocupa de quitar todas las tapas de las alcantarillas para que el que pase por ahí tenga un percance".

Ortuzar opinó que "está claro que la izquierda abertzale ha entrado en una guerra de desgaste" y una campaña electoral permanente "de acoso y derribo al PNV", con la intención de sacar rédito de la pandemia y"crear focos de tensión, en la mozkorra borroka, que sería la mayor degradación de cualquier lucha: primero beberse las botellas y luego tirárselas a la Policía". Bildu dice que comparte las medidas sanitarias, pero no ha firmado los textos de condena.

"Sabemos los eslóganes y las pintadas que acompañan a estos incidentes"

Presidente del EBB del PNV