- Si el objetivo consistiera en hacer que una planta florezca, sería un despropósito apuntar con la regadera fuera de la maceta para derramar el agua en otra parte. Algo parecido sucede con los fondos europeos para combatir las consecuencias del coronavirus, un dinero que está controlando el Estado español. El Gobierno Vasco quiere que las comunidades autónomas tengan una mayor capacidad de decisión, para que los millones se inyecten en los sectores punteros y estratégicos de cada territorio, para que cada región o nación sin Estado pueda contar con un traje a medida de sus necesidades, y la regadera del dinero apunte donde tiene que apuntar y no a un terreno baldío. El lehendakari Urkullu planteó una gobernanza multinivel en la conferencia del 26 de octubre que dio cita a los mandatarios autonómicos, al presidente Pedro Sánchez y a la responsable de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen y, desde entonces, ha redoblado su marcaje con sendas cartas enviadas a las autoridades de Bruselas con el respaldo de otras naciones y regiones de diferentes estados, y también al presidente español. Urkullu tiene detrás el apoyo de varios gobiernos subestatales con sus mismas reivindicaciones, y argumenta que los proyectos vascos están en sintonía con Europa, y están muy trabajados con el sector privado, de manera que no son una entelequia que podría quedar en nada.

El 30 de noviembre de 2020, Urkullu firmó una carta conjunta, en la que 16 gobiernos subestatales europeos pedían participar en el diseño de los fondos. La carta se dirigía a la atención de Von der Leyen; el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel; y el del Parlamento Europeo, David Sassoli. Entre los firmantes figuraban no solamente otros territorios del Estado español (como Nafarroa y Catalunya), sino de otros estados europeos como Alemania, Italia, Francia, Bélgica, Finlandia, Polonia y Croacia. Enviaban la carta Flandes, Nueva Aquitania, Baden Württemberg, Baviera o Toscana, entre otros territorios.

La misiva ponía en valor que "las regiones de ocho estados miembros" quieren contribuir de manera activa al éxito del plan europeo y que, "durante la crisis del covid-19, las regiones europeas han estado, y siguen estando, en la primera línea", adoptando medidas desde sus competencias para afrontar la "emergencia sanitaria y las consecuencias económicas y sociales". Por ello, los firmantes puntualizaban que, aunque la crisis "no conoce fronteras, regiones diferentes afrontan retos diferentes". Reivindicaban las medidas regionales como la "clave" para evitar un traje de "talla única". En ese sentido, los territorios ponían en valor su experiencia al implementar una gran variedad de fondos europeos y programas, y defendían que, con arreglo al principio de subsidiariedad, "se debería implicar a las regiones en las discusiones sobre la recuperación al más alto nivel". "Buscamos ser activamente incluidas en el diseño e implementación del fondo de recuperación y resiliencia y los planes nacionales que se adopten", zanjaban.

Estas naciones y regiones pedían una interlocución directa a las autoridades europeas. No ha sido así y Europa ha optado por que sean los estados quienes canalicen los fondos. Será España quien recoja las propuestas autonómicas y realice una primera criba de los proyectos hasta el 30 de abril, sin que exista una interlocución directa, sin intermediarios del Estado, entre los consejeros Pedro Azpiazu y Arantxa Tapia y Europa. En vista del desenlace y de que no parece que haya tiempo para replantear este sistema, el Gobierno Vasco ha pasado a centrar sus reivindicaciones en un escenario más pragmático: que el Gobierno español acepte otorgar un mayor margen de decisión a las comunidades siguiendo otras experiencias que ya existen, como el fondo Feder, en virtud del cual el Estado decide el destino del 35% de los millones, pero deja en manos vascas el 65% y hace posible que la comunidad autónoma pueda orientarlo a su medida, a proyectos industriales.

Hasta la fecha, lo poco que ha conocido el Gobierno vasco sobre el proceder de Sánchez no le ha sonado demasiado bien: un sistema de ventanillas que centraliza el reparto y donde, además, los Presupuestos estatales de 2021 dejan entrever una apuesta más centrada en el comercio y el turismo, un reparto muy tasado que puede gustar a las islas o Andalucía, pero no se ajusta tanto a Euskadi.

En una carta enviada la semana pasada a Sánchez, precisamente en la semana en que Pedro Azpiazu presentó la propuesta vasca Euskadi Next, el lehendakari ponía en valor su plan trabajado en coordinación con las diputaciones forales y los ayuntamientos de las tres capitales y Eudel, para que sea tenido en cuenta en el reparto de los 59.168 millones del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, MRR. La comunidad autónoma aspira a recibir 5.702,6 millones, y a movilizar 13.135 millones de inversiones. Urkullu plantea en su carta a Sánchez que el programa es "coherente" con Europa y España, y registra 188 iniciativas que no están verdes, sino que están avanzadas con diversos agentes.

En concreto, Urkullu argumenta en la carta que el plan del Gobierno Vasco es un documento "alineado con el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia presentado por el Gobierno de España el pasado mes de octubre; pretende ser una contribución que mira al marco financiero plurianual 2021-2027". Además, esgrime el grado de madurez de las propuestas. "Euskadi Next reúne un conjunto coherente y consistente de iniciativas públicas y público-privadas, tras un proceso de relación con diversos agentes, diseñadas para afrontar los retos que suponen las tres transiciones. Se estructura en torno a ocho grandes componentes que, a su vez, son coherentes tanto con los siete ámbitos emblemáticos señalados por la Comisión Europea, como con las diez políticas palanca y 30 proyectos identificados en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia-España Puede", defiende. Por ello, somete "a consideración" de Sánchez todo ello y pide "profundizar en un modelo de gobernanza multinivel". Se despide "en la esperanza" de que puedan "seguir profundizando en todo lo dicho" en las "próximas fechas".

El Gobierno Vasco plantea propuestas para afrontar las tres transiciones: la tecnológica y digital, energética y medioambiental, y la demográfica y social. El 63% de su propuesta se centra en el ámbito energético, donde destacan iniciativas como la planta de baterías para los coches eléctricos o el impulso al hidrógeno verde.

Este reparto es vital para el Gobierno Vasco de coalición entre el PNV y el PSE y, en concreto, para los jeltzales, que lo introdujeron en las conversaciones presupuestarias con el Gobierno español para apalabrar con Sánchez el compromiso de que se mostraría sensible con los proyectos vascos. El PNV no pide un trato de favor, sino que la propia Von der Leyen ha elogiado públicamente a Euskadi como ejemplo de innovación en sintonía con los objetivos europeos.

"Buscamos ser incluidas activamente en el diseño e implementación del fondo de recuperación"

Carta suscrita por Urkullu a Bruselas

"Euskadi Next reúne un conjunto coherente y consistente de iniciativas"

Carta a Pedro Sánchez