- La aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2021 consolidó ayer al llamado bloque de la investidura y enterró definitivamente la era de las cuentas de Cristóbal Montoro con los votos favorables de 188 diputados y el respaldo de once formaciones políticas que, al margen de retratar al espectro de la derecha, apunta a “una nueva era” en los referente a la plurinacionalidad y la cuestión territorial. Sin embargo, entre los apoyos obtenidos por el Gobierno de coalición sobresale EH Bildu, no tanto por su suma a este polo sino por haberse plegado por el camino en asuntos que la coalición soberanista ha usado como ariete históricamente. Su posición favorable servirá para continuar con la obras del tren de alta velocidad (TAV) que siempre han demonizado, la financiación de la Casa Real o la permanencia de la Guardia Civil en Euskadi.

Curiosamente, el escenario no ha generado desencuentros públicos en el seno de la izquierda abertzale tradicional. El pasado 11 de noviembre, su coordinador general, Arnaldo Otegi, anunció el sí de Bildu a los presupuestos y apenas catorce horas después, el secretario general de Sortu, Arkaitz Rodríguez, declaraba en un intercambio dialéctico con el PNV en el Parlamento Vasco que “nosotros vamos a Madrid a tumbar el régimen”. Un mensaje en clave interno para marcar distancias con los jeltzales en un tema al que, finalmente, la coalición soberanista ha dado su visto bueno. “Vosotros habéis ido y vais a Madrid a mendigar el TAV y vacaciones fiscales. Nosotros vamos a arrancar derechos sociales y laborales. Vosotros habéis ido durante décadas a sostener el régimen en beneficio de unos poquitos de los vuestros, nosotros vamos a Madrid a tumbar definitivamente ese régimen en beneficio de las mayorías y de los pueblos”, argumentaba el dirigente de Bildu. Tres semanas después, han acabado dando su visto bueno a esa inversión. Y hasta el lehendakari Iñigo Urkullu les afeó hace unos días que, detrás de tanta palabra, hayan aceptado las cuentas ”sin subir los impuestos ni parar el TAV”. En números, la inversión aprobada en la línea de alta velocidad para la CAV y, entre lo ejecutado y lo pendiente, asciende a 5.304 millones de euros, en el global de la memoria completa hasta 2024. Por herrialdes, 2.025 corresponderían a Bizkaia, 2.083 a Araba y 1.195 a Gipuzkoa.

En este contexto, Bildu también avaló la sección del Presupuesto de la Casa Real, fijado en 8,4 millones de euros y que salió adelante con el apoyo añadido del PSOE, Unidas Podemos, ERC y también del PP, y el voto en contra de Ciudadanos y Vox, que justificaron su voto en contra de esta asignación en aras de su objetivo de tumbar las cuentas. He ahí el proceder de la coalición soberanista, en tanto que el derribo de una sola de las secciones a votar implicaba la devolución de todo el proyecto presupuestario. Para evitar ese riesgo Esquerra decidió a última hora retirar sus enmiendas contra la cuantía reservada al Palacio de Zarzuela, que ha aumentado un 6,9% respecto a 2020.

Así, el Gobierno de coalición superó las votaciones decisivas de las secciones de sus Presupuestos con 154 votos en contra, de los 342 contabilizados, y los enviará ahora al Senado. Los acuerdos con el PNV han permitido eliminar la subida fiscal al diésel, un plan renove de 50 millones para la industria de la máquina-herramienta e inversiones territoriales como la venta al ayuntamiento de Donostia de los cuarteles de Loiola, modificaciones legales para incentivar la participación empresarial en centros tecnológicos, incentivos a la producción de energía eólica marina con instalaciones en los puertos, y transferencias por más de 30 millones. El Ejecutivo entiende este amplio respaldo como una garantía de supervivencia para el resto de legislatura, como destacó la portavoz socialista, Adriana Lastra: “Abandonen toda esperanza porque hay Gobierno para muchos años”, espetó a la oposición. El portavoz de Podemos, Pablo Echenique, ahondó en esa idea: “Estos Presupuestos inauguran una nueva etapa política y una nueva mayoría parlamentaria distinta, la del diálogo, la que mira al futuro, y que deja al trío rabioso de la foto de Colón sin pintar nada”. Según el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, “el centro del Estado ha cambiado, bienvenidos a una nueva era”. Pese a la tensiones en Moncloa y a expensas de cómo se comportarán los socios de gobierno, la derecha rumia. “El PSOE ha perdido su alma”, acusan tras unas cuentas en las que el bloque de la investidura celebra “el fin de la austeridad neoliberal”.

“Abandonen toda esperanza (en alusión a la derecha) porque hay Gobierno para años”

Portavoz del PSOE en el Congreso

“El centro del Estado ha cambiado, el apoyo nos hace útiles, bienvenidos a una nueva era”

Portavoz de ERC en el Congreso