- Impotencia, rabia y frustración. Estos tres sentimientos están a flor de piel en la derecha española, que no termina de asumir que no dispone de la fuerza necesaria para hacer caer a un Gobierno de coalición que está a punto de amarrar la legislatura con un acuerdo a varias bandas -y apoyándose en la mayoría de la investidura- para la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2021, que serían los primeros desde 2018.

La derecha ha constatado en los últimos meses que ni siquiera la pandemia del COVID-19 ha logrado tambalear a un Ejecutivo que resiste los embates mejor de lo esperado. Pero, en lugar de moderar el discurso para ensanchar la base electoral y aguardar a una mejor oportunidad para presentarse como alternativa, el jefe de la oposición Pablo Casado ha recrudecido el tono en los últimos días y ha dejado en un mero espejismo su discurso en la fallida moción de censura de Vox.

A las posiciones escoradas en el tablero ha regresado también Ciudadanos, que una vez ha visto frustrada su aspiración de influir en el proyecto presupuestario, ha vuelto a tomar como bandera la crítica implacable contra Pedro Sánchez, a quien en la pasada semana acusó, entre otras cuestiones, de “blanquear” a ETA y de menospreciar el castellano en la futura reforma educativa conocida como Ley Celaá.

Así las cosas, la derecha vuelve a emprender una huida hacia adelante elevando aún más la crítica contra el Ejecutivo español en una estrategia que, a tenor de los últimos sondeos, no le reportaría beneficio electoral alguno. En cualquier caso, los ánimos encendidos en el PP, en Vox y en Ciudadanos volverán a vislumbrarse mañana en un pleno con la presencia de Sánchez en el Senado que se prevé embarullado y que será la antesala de la sesión de control al Gobierno del miércoles en el Congreso.

En la Cámara Alta, el presidente del Ejecutivo tendrá que hacer frente a las preguntas de la oposición sobre la eliminación de la mención al castellano como lengua vehicular en la enseñanza que prevé la reforma educativa, y a cuestiones sobre las cuentas. El miércoles en el Congreso volverá a tomar cuerpo la cuestión presupuestaria, con interpelaciones a Sánchez por parte del PP y de Ciudadanos para que explique el anunciado sí de EH Bildu a los PGE.

En el día de ayer, populares y naranjas fueron calentando el ambiente y acusaron al Gobierno del PSOE y Unidas Podemos de “blanquear” a ETA. En un mensaje en Twitter, Pablo Casado cargó contra el ministro de Transportes José Luis Ábalos, que este fin de semana afirmaba que EH Bildu se ha comportado con mayor “responsabilidad” que el PP en la cuestión presupuestaria. Casado cree que estas palabras “justifican el terror” de ETA y recuerda que 40 políticos “fueron asesinados por defender la libertad y la democracia”.

En términos similares se expresó el portavoz adjunto de Ciudadanos, Edmundo Bal, que acusó al Gobierno de realizar un “blanqueamiento infame” de EH Bildu, y reclamó a Sánchez que, de cara a los presupuestos, opte por “la vía moderada y constitucional que toda España sabe que existe”, en referencia a su propio partido. “Es lamentable asistir a este blanqueamiento a un partido heredero político del terror”, insistió Bal.

Por su parte, los socialistas contraatacaron y acusaron a la derecha de “dar la espalda al país con tal de atacar al Gobierno”. En palabras del secretario de Coordinación Territorial del PSOE, Santos Cerdán, la “verdadera línea negra” no es Bildu, sino “quedarse nuevamente aislado con la ultraderecha de Vox”.

Batería de preguntas. El PP ha presentado una serie de preguntas en el Congreso para que el Ejecutivo responda si Pablo Iglesias aprovechó su reciente viaje a Bolivia para hablar con las autoridades locales sobre una citación pendiente con la Justicia boliviana. Concretamente, el PP quiere conocer la agenda detallada del vicepresidente en el viaje, en el que acompañó al rey a la toma de posesión del nuevo presidente del país, y si mantuvo algún contacto en relación con la petición de la Fiscalía boliviana para que prestara declaración sobre los incidentes en la residencia de la embajadora de México durante las pasadas navidades cuando, según la Justicia boliviana, policías españoles intentaron liberar a los ministros del Gobierno de Evo Morales acogidos allí.

“Es lamentable asistir a este blanqueamiento a un partido heredero político del terror”

Portavoz adjunto de Ciudadanos

“La verdadera línea negra no es Bildu, sino quedarse nuevamente aislado junto a Vox”

Secretario de Coordinación del PSOE