- Felipe VI se salió ayer de su papel de imparcialidad y puso en un brete al Gobierno al cuestionar su ausencia del acto de entrega de despachos a los nuevos jueces en Barcelona. El jefe de Estado no dudó en saltarse la neutralidad que se le presupone y ponerse del lado del sector conservador de la magistratura al telefonear al presidente del Supremo del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes, para transmitirle su inconformidad y su malestar por no haber estado en la ceremonia en la capital catalana. De esta forma, el monarca se rebela contra el Ejecutivo de Pedro Sánchez -que es quien marca su agenda y decide a qué actos acude o no el rey- y evidencia un choque entre Moncloa y la Casa Real.

En esta ocasión, Moncloa había optado por no exponer al rey en Barcelona, un movimiento que se interpreta como un intento de no comprometer el diálogo con las fuerzas soberanistas y de evitar la afrenta que supondría la presencia de Felipe VI en la capital catalana en vísperas del aniversario del referéndum del 1-O y con la inhabilitación de Quim Torra pendiente en el Supremo. El jefe de Estado, por su parte, ha optado por interferir en la vida política y cuestionar una decisión que compete al Ejecutivo español, tomando partido en consecuencia por quienes critican la negociación con los independentistas catalanes para los Presupuestos Generales del Estado (PGE).

A Felipe VI le bastó con telefonear a Carlos Lesmes para posicionarse. Según informaron fuentes judiciales, el presidente del Supremo recibió la llamada del monarca al término del acto de entrega de despachos y éste la pidió que transmitiera a los nuevos jueces que le habría gustado estar con ellos en la ceremonia, en el transcurso de la cual Lesmes realizó una férrea defensa del papel de la monarquía, que a su juicio representa el “apoyo” a la magistratura en su labor de defensa de la Constitución.

Para más inri, el acto de entrega de despachos se convirtió en una suerte de mitin monárquico en el que se corearon gritos de Viva el rey por parte de los nuevos magistrados, lo que provocó el enfado del ministro de Justicia Juan Carlos Campo, presente en el acto. “Se han pasado tres montañas”, se le escuchó decir al ministro dirigiéndose a Carlos Lesmes. Fue el propio Lesmes el que encendió los ánimos con su discurso en la ceremonia, en el que manifestó su “enorme pesar” por la ausencia de Felipe VI, cuya presencia en el acto anual en Barcelona defendió argumentando la “expresión de apoyo permanente de la Corona al poder judicial”, una “tradición” de más de veinte años que a su juicio “va mucho más allá de lo protocolario y adquiere una dimensión constitucional y política”.

El hombre fuerte de la Justicia española se empeñó en su intervención en hacer del sistema judicial y de la monarquía un ente indivisible y aseguró que dicha unión forma parte “de nuestra tradición histórica desde la Constitución de Cádiz de 1812” y sirve “para resaltar la dignidad de nuestra función”. A lo largo de su discurso, Lesmes defendió también que, según la Carta Magna actual, la Justicia “emana del pueblo y se administra en nombre del rey”, por lo que tanto la magistratura como la Casa Real representan “la unidad y permanencia del Estado”.

Felipe VI, por su parte, respaldó abiertamente el mensaje de Lesmes con su posterior llamada telefónica al presidente del Supremo y del CGPJ, y se declaró en rebeldía respecto al Ejecutivo del PSOE y de Unidas Podemos. Con todos estos elementos, ayer se vislumbró el nuevo frente que un amplio sector de la Justicia española ha conformado para confrontar las decisiones del Gobierno de Sánchez; frente que, atendiendo a los hechos, cuenta con el aval de la monarquía.

La actitud del jefe de Estado no fue nada bien recibida en el sector de Unidas Podemos que integra el Gobierno de Sánchez. El ministro de Consumo Alberto Garzón alzó la voz contra el monarca y no escatimó en críticas ante su posicionamiento del lado de los magistrados: “La posición de una monarquía hereditaria que maniobra contra el Gobierno democráticamente elegido, incumpliendo de ese modo la Constitución que impone su neutralidad mientras es aplaudida por la extrema derecha, es sencillamente insostenible”. El líder de IU manifestó con estas palabras su malestar con la actitud rebelde de Felipe VI.

Todo lo contrario que la derecha, que salió en defensa del rey y atizó al Gobierno por no permitirle acudir a la capital catalana. El secretario general del PP, Teodoro García Egea, acusó a Sánchez de “vetar” la presencia del monarca y afirmó que se trata de una “humillación” y una “cesión intoletrable” a los independentistas para que aprueben los Presupuestos Generales del Estado (PGE). “Es un precio que no se debe pagar nunca”, añadió.

“¿Acaso Pedro Sánchez solo va a dejar entrar en Catalunya a aquellos que tengan el visto bueno de los independentistas? ¿Solamente con Sánchez en el Gobierno pueden entrar en Cataluña aquellos que no molesten a sus socios?”, se preguntó el dirigente popular.

Por último, en Vox tacharon de “gesto infame” el “veto gubernamental” que a su juicio Sánchez ha aplicado a Felipe VI, y aseguraron que es una “anomalía” en 40 años de democracia. “El veto es la demostración de que el Gobierno rescinde el Estado de Derecho y lo hará también para sacar adelante los próximos Presupuestos”, defendió la portavoz del partido ultra en el Congreso, Macarena Olona.

Iglesias advierte al rey. El vicepresidente segundo del Gobierno y líder de Podemos, Pablo Iglesias, se sumó ayer a las críticas al monarca por haber violado su imparcialidad y recordó a Felipe Vi que “el respeto institucional significa neutralidad política de la jefatura del Estado”. Asimismo, en un mensaje en las redes sociales, Iglesias aprovechó también para defender la “renovación de los órganos judiciales en tiempo y forma”, en referencia a los cambios pendientes en el CGPJ.

“La Justicia y la monarquía representan la permanencia y la unidad del Estado”

Presidente del CGPJ

“Carlos Lesmes ha sobredimensionado la ausencia del monarca en la ceremonia”

Portavoz del PSOE en el Congreso

“La posición de una monarquía hereditaria que maniobra contra el Gobierno es insostenible”

Ministro de Consumo